Capítulo 34

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Luk

Dios como amo a esa chica, haría todo lo que estuviese a mi alcance para hacerla feliz y estoy cansado de esperar, harto de que los tipos se le tiren encima, ella es MÍA, me pertenece y no voy a volver a dejar que nadie le haga daño.

Se me ocurrió comprarle algún regalo, hasta ahora no le he dado nada pero hoy será la excepción. Busqué una campera rompe viento y salí en la moto a comprarle algo que realmente me cueste.
Anduve buscando casi dos horas pero nada me llamaba la atención además que no era tan costoso para lo que merecía Anna, entré a la joyería Bucellati me habían contado que es muy prestigiosa en cuanto a la elaboración de las alhajas.
Una mujer mayor me atendió y exhibió millones de cadenas muy valiosas éstas sí valían la pena aunque aún así no era lo único que merecía Anna. La señora me aconsejó una gargantilla de oro, es delicada, excelente e iba a encajar a la perfección con la piel blanca de Anna. La compré y volví a casa para bañarme y luego darle el regalo a Anna junto con el planteamiento de que me le declararía, eso si, no en cualquier lugar.
Me vestí lo mas elegante posible con un smoking gris plata, guardé muy delicadamente el pequeño regalo y reservé en un yate la mejor cena. Decidido y sin dejarle pensar a Anna le mandé un texto.

"Anna hoy serás una invitada muy especial. Voy por en treinta minutos, esta vez y solo por esta vez seré extremadamente puntual. Bss L." Viernes 20:01

No esperé respuesta por que ella era así, jamás contestaba los mensajes y si lo hacía era sumamente de urgencia.

Alquilé una limusina, compré varias rosas para adornar dentro del coche y esperé hasta que se cumpliese el tiempo.
Mis manos sudaban, a quién no.. más en un momento como este. Siempre fui de estar con cualquiera pero nunca fue nada serio, no me gustaba estar comprometido puesto que sabía que no sería fiel, hasta que apareció Anna tan sencilla pero muy misteriosa además de su frialdad, forma rara de ser y lo difícil que es. Me bajé y muchos de sus vecinos murmuraban cosas muy sorprendidos.

Anna se merecía esto y miles de cosas más.
Sabía que ella se enojaría, no le gusta presumir pero la situación lo requiere.

Caminé a paso super lento hasta su casa, tomé fuertemente el ramo de gerberas y golpeé dos veces con un simple ritmo.

-¡Ohhh! ¿Luk verdad?- su madre me estaba hablando.- asentí ya que no me salían palabras de los labios.- Pasa, pasa.- me hizo una seña para que entrara

Ingresé y ví que esta mujer estaba conteniendo las lágrimas ¿hice algo malo?- me preguntaba a mi mismo

-¡¡Ven a ver Noa!!- ahora ya sé de donde saco la voz chillida Anna.

Se escuchan pasos.

-¿Recuerdas Moni? así fue mi primera cita contigo.- besa sus labios mientras la abraza

Nunca creí que sus padres fueran de esa manera. Una situación muy incómoda.
Un ruido de zapatos sonando contra las escaleras nos sacan del apuro y embarazosa circunstancia.

Y ahí bajaba ella, con un vestido suelto hasta un poco arriba de las rodillas color plateado (ni que hubiésemos pensado lo mismo) su pelo recogido en una coleta alta que la hacía lucir mayor, un poco maquillada y vislumbraba, se veía insuperable, como si nadie ni ninguna mujer pudiese acercarse por que la dejaría en el suelo. Si con los vestidos anteriores (recuerdo el rojo, negro, uno dorado, otro de varios colores) en fin cada uno de ellos era magnífico pero éste la hacía lucir impecable nadie podía compararla, era una diosa en persona. Tanto sus padres como yo la veíamos como si un ángel caía del cielo, esta chica me mataría. Antes de llegar y gracias a la luz se logró distinguir un pequeño rubor en sus pequeñas y lindas mejillas que la hacían ver adorable.

¿ORGULLO O AMOR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora