Cuidadito [Justin, Zayn y tú (rayita)]

Cαρíтυℓσ 8

El ambiente se calentaba aun más, y yo sólo podía esperar a que Justin se levantará y se fuera, pero no pasó nada, y se me preocupaba más todavía. Pero de repente Justin se levanta y dice:

-Qué descanses.

Con una sonrisa y como si nada hubiera pasado.

"Qué extraño."

Me quedé ahí, en mi cama, pensando en lo sucedido y llegando a una conclusión, acepté que no pasaba nada, además ésta era la segunda vez que pasaba, si pasaba otra vez, ahí realmente sacaría otra conclusión y ahí sí que se podría decir que mi hermano o hermanastro tramaba algo conmigo y no era nada que me gustaría. Pero bueno, no estuve todo el rato pensando en eso, sino que estuve pensando en Zayn y lo de la invitación a su casa, tan sólo pensarlo, aparecían mariposas en mi estomago. Primero: ¿Qué traje de baño me pondría? Y busqué en mi armario; rojo, naranja, rosado..., ¿verde? Iuhg, no había ninguno bueno, así que pensé que sería mejor comprarlo. Así que bajé disimuladamente las escaleras, abrí la puerta de la casa y...

-____.

Uups.

Me di la vuelta. Justin estaba de brazos cruzados mirándome.

-¿Hacía dónde crees que ibas?

-Al centro comercial. –le dije descaradamente.

-¿Qué? ¿Sola? ¿Y sin mi permiso?

-Sí, no necesito tu permiso. –le dije como una niña pequeña.

-¿Así, ah?

-Ajá. –afirmé cortante.

Sin decir más, fui afuera, y saqué las llaves de mi auto. Las que no estaban en mi bolsillo, me di la vuelta y me encontré a Justin de golpe.

-Y dime, ¿cómo vas a ir sin tus llaves?

Me mostró las llaves que estaban colgando de su mano derecha. Sonrió victorioso.

"Maldito hijo de..."

-¡Devuélvemelas!

Intenté agarrarlas, pero él elevó su mano y como era más alto que yo, no pude alcanzarlo.

"Rayos."

Me reí.

-Al final de esto, todos sabremos que yo tendré mis llaves y me dejarás en paz.

-Eso crees tú.

-Ya veremos. –le dije.

Nos miramos fulminantemente para ver qué pasaba, y de la nada yo ya estaba en el auto, sólo que yo estaba en el asiento del copiloto y Justin conduciendo.

-Te crees muy lista, niñita.

Lo miré un poco enojada y dije:

-Para de decirme "niñita", ya tengo quince años, no me puedes tratar así. –dije con los brazos cruzados.

Se quedó callado sonriendo en todo el camino y sin decir nada, eso me molestaba. En algunas ocasiones me miraba, pero yo sólo lo ignoraba. O lo miraba de reojo, pero nada más. Y al llegar, nos bajamos del auto, entramos al centro comercial y vimos la sección de trajes de baños. Había mucha variedad, así que no me decidía por ninguno, Justin sugiero ayudarme, pero yo en absoluto no quería que mi hermano me viera con un bikini, eso no. Qué horror. Y con lo que recientemente estaba pasando, no podía dejar que me viera así, qué vergüenza. Pero después de tanto insistir, le dije que estaba bien, de todos modos era mi hermano ¿no? No creo que me vaya a ser algo malo.

Luego de probarme tantos bikinis, Justin le decía no a todos. Pero esta vez me probé un bikini de color celeste, el brazier era cruzado y sin tirantes, sólo se sujetaba por atrás, y las bragas tenían la forma de unas pantaletas, se sujetaban de unas tiritas con un nudo, me gusto bastante, pero no sé si a Justin le gustaría, como siempre dice que se me ve todo, esto sería peor. Así que salí de vestidor, y Justin subió la mirada y me miro con tanta atención que me puse bastante nerviosa. Se mordió el labio.

"¡SE MORDIÓ EL LABIO!"

Y empezó a decir en voz baja:

-Qué sexy.

-Ehm...

-Date la vuelta.

Dudé en hacerlo, pero me atreví y lo hice, me sentí un poco nerviosa. Espere unos segundos y dijo que me diera la vuelta para poder mirarlo y él estaba sonrojado

-¿Y qué opinas? –tartamudeé.

-Está bien. –dijo sin ánimo.

"¿Qué?"

-Bueno, voy a pagarlo.

-No, quédate aquí, yo voy. –me dijo.

Mientras tanto, yo entré al probador, me miré al espejo y vi que estaba roja por lo nerviosa que estaba, esperé un momento a que se pasara, y al pasarse, me empecé a quitar el brazier, pero de repente sentí una respiración entre mi cabello, me di la vuelta con un poco de temor y sólo vi una figura negra que inmediatamente me tapó la boca y me colocó de espaldas.

-Shhh, tranquila, soy yo.

Me di la vuelta.

-Justin, ¿qué haces?

-Algo que he querido hacer hace mucho tiempo.

Se acercó a mí, me dio la vuelta de nuevo y me quito el brazier.

-...Ayudarte a quitarte el brazier. Toma...

Y me pasó mi ropa.

"¿Ah?"

-Bueno, me voy.

Después de eso, me quedé perpleja. ¿Qué era lo que tramaba y por qué hizo eso así de la nada?

Pero después de haberme quitado el bikini y vestirme lo pensé mejor y tal vez sólo estaba tratando de ser buen hermano, quizá. Y entonces al salir de ahí, nos fuimos del centro comercial y directamente llegamos a mi casa.