"Tengo miedo de lo que vendrá, pero más miedo de quedarme atrapado en lo que ya ha venido"
–Entonces... ¿ella sabía que la iban a matar?–preguntó Claudia más como una afirmación.
–Al parecer, sí. Cada vez la tengo más respeto a esa niña. Les pone nombres de demonios a sus muñecas, tiene un diario con estos apuntados, y encima sabe la fecha de su muerte–contestó Victoria riendo.
–Esa niña no era normal–dijo Daniel seriamente.
–No me digas–respondió Marcos con una sonrisa que acompañaban a sus palabras cargadas de ironía.
–A lo que me refiero es que si Nimue sabía que la iban a matar.... Tal vez también supiera quien iba a ser su asesino–sugirió el psicólogo haciendo que los demás se callaran. Menos, Marcos, como no.
–Ya, pero aún nos queda descubrir quién es el hombre de la otra foto, porque que yo sepa... ninguno sabe quién es ese tío tan repeinado.
Victoria se inclinó hacia delante en su butacón.
–Tal vez sí–dijo ella captando la atención de los demás. Jugo con sus dedos que acababan en uñas largas y cuidadas, y como si fuera la malvada reina de un cuento infantil, sonrió perversamente–. Esa niña no murió sola.
–Ya lo sabemos, la asesinaron–contestó Raúl diciendo lo evidente.
–No es eso a lo que me refiero–respondió ella. Al ver que los demás no comprendían, le arrebató con un suspiro la foto a Daniel, y se quedó observando la fotografía, algo en concreto más bien–. Lo que yo pensaba...
– ¿Qué? –preguntó Rick impacientado. Ella se limitó a sonreír enigmática sin dejar de observar el objeto– ¡Maldita sea! ¡Dilo ya!
– Está bien, está bien. La niña de los nombres de demonios se llevó con ella alguien más a la tumba. Fijaos en la posición del hombre–dijo tirando la fotografía sobre la mesa, para que los demás corrieran a colocarse alrededor de esta.
–Está sentado en la silla... ¿Y qué? –preguntó Amelia.
–Está sentado, sí. Pero no está precisamente apoyado, sino que parece desplomado en la silla. Fijaros en sus ojos. Es muy evidente que quienes captaron esta imagen, pretendían que el hombre no mostrara ningún signo de muerte, y para ello se trabajaron especialmente los ojos, que quizás retocaron incluso a mano. Por eso el trabajo no es tan bueno y tiene ese siniestro brillo gris en los ojos, que no se si os habréis fijado pero están perdidos.
– ¿Quieres decir que el hombre está igual de muerto que la niña?
Victoria satisfecha, se volvió a dejar caer en su enorme sillón.
–Al parecer la niña sí que estaba endemoniada–comentó Isabel.
– ¿Y qué hacían en aquella época con las personas a quienes había poseído el demonio? –preguntó Daniel pensando ya su siguiente paso.
–Exorcismo.
♦ ♦ ♦
–Esto cada vez es peor–dijo Martín.
–Creo que me voy a volver loca–dijo Claudia.
–Por lo menos vosotros no vais a morir esta misma noche–cortó Amelia.
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Muerte en el zodiaco
Gizem / Gerilim*Tercer puesto en la categoría Misterio/Suspense del concurso LeitholdAwards* ¿Qué ocurriría si los "doce signos del zodiaco", se vieran atrapados en una mansión? Lo que inicia como una broma retorcida, un extraño secuestro o un macabro juego, se co...