¿Soy pecado?

Introducción: ¿La homosexualidad es azar?

Efectivamente, la homosexualidad es un complejo azar. Todo homosexual nace homosexual. Pero hay muchos mitos actuales e incluso bíblicos que es necesario erradicar.

Para empezar la homosexualidad no es una enfermedad.
La homosexualidad no es una deficiencia.
La homosexualidad no se hereda.

Por tanto, la homosexualidad no afecta a la salud de la persona y, en contra de lo que dicen los homófobos, y a pesar de que a los tolerantes nos suene estúpido, la homosexualidad no se contagia. Puede sonar y es estúpido decirlo, pero es muy importante saberlo, pues parece que a veces se nos olvida.

A menudo nos encontramos con ideologías, religiones y doctrinas que sobrepasan todos los límites imaginables de la tolerancia y nos enseñan el odio hacia los homosexuales, transexuales, bisexuales...

Hay vertientes del cristianismo que alientan a los padres de dicha vertiente a asesinar, pegar y maltratar psicológicamente a los hijos de confesión homosexual.

Este capítulo está destinado a hacer de la homosexualidad algo que no es condenable. ¿Acaso hay más asesinos homosexuales? ¿Hay más violadores homosexuales? De hecho casi el 70% de los delincuentes son de confesión heterosexual.

Sin embargo, los homosexuales con estos datos, ¿han desarrollado heterofobia? Evidentemente no. Sin embargo el homófobo anda a la busca continua del defecto homosexual. Pero este es otro tema.

Evidentemente la sexualidad no debería ser un tema tabú en la sociedad contemporánea, pues nace de la persona y se consolida con la educación recibida.

Otro punto importante sobre la homosexualidad es que al ser causa del azar, no se elige. Todo aquel que nos pregunte a los homosexuales: "¿por qué elegiste ser homosexual?", como mínimo no se merece que le respondamos a esa pregunta. La correcta sería: "¿Cómo te diste cuenta de que eres homosexual?". Ahí si hay diálogo.

Para concluir: no dejes que nadie te menosprecie, o te quite valor por ser gay. Sigues siendo una persona, un semejante a aquel que te lo dice. Tú no has elegido serlo, y todos aquellos que hemos sufrido distinción por serlo o nuestro entorno no favorece confesarnos homosexuales debemos ser fuertes, otorgándonos una fuerza imparable para superar el miedo al rechazo, para superar el propio rechazo y construirnos como personas en nuestra sociedad.

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