He decidido aparcar el proyecto de Las dos H en el mundo por este capítulo, porque creo que es importante hablar de lo que viene a continuación...
Normalmente vemos que la comunidad homosexual de una gran ciudad suele tener un barrio para ellos, quizá esto sea un error, o ¿acaso los homosexuales somos seres perfectos y, como tales, lo hacemos todo bien? Pues no, somos personas como otras cualquiera, ¿no nos gusta tanto la igualdad? Pues tomad igualdad.
Pongamos un ejemplo práctico, el barrio de Chueca, en Madrid, es conocido por tener una alta población de carácter homosexual, pero ¿esto está bien? Pues, simplemente es un arma de doble filo.
Por una parte está bien vivir en un lugar rodeado de aquellos que, como tú, se enfrentan cada día a los prejuicios y gilipolleces de la sociedad,implantadas hasta la médula de la misma, que marcan nuestro día a día. A esas pequeñas actitudes homófobas yo las llamo actitudes microhomofóbicas. Pero eso lo trataremos más adelante. Es normal que haya, gays, bisexuales, lesbianas y transexuales que quieran vivir en un barrio, que desde su punto de vista, es más cómodo para ellos, porque todos te comprenden. Un lugar donde incluso, y de manera evidente, puedes encontrar a alguien que te complemente, pues te rodean tus iguales.
Pero por otra parte puedes entender que tus iguales son todas las personas, metiéndonos de lleno en el ejemplo práctico, que tus iguales son todos los madrileños y madrileñas que te rodean, independientemente de su ideología o de su orientación/ identidad sexual. Para mí, personalmente aquí es dónde reside la verdadera igualdad. ¿Qué hay más igualitario que vivir cómodamente entre personas de diferentes ideologías, orientaciones e identidades sexuales? La igualdad está en poder vivir, en paz y cómodamente con aquellos que no piensan igual que tú, predominando el respeto.
Esta reflexión puede dar lugar a equívocos, para empezar, no hay igualdad si tú te fueses a vivir al barrio más conservador de Madrid, ¡evidentemente! Pero ellos, los homófobos somos los que debemos mostrar que son los intolerantes, por aislarse en sus barrios libres de los nuestros.
Por esa misma razón soy de la opinión que, aislándonos en barrios de los nuestros, ejercemos un auto-apartheid, pero metafóricamente hablando, que existan estos barrios es muy bueno y beneficioso para la comunidad LGTB, pero, desde mi punto de vista, no debemos reclamarlos como un sitio especial para homosexuales.
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¿Soy pecado?
Non-FictionReflexiones sobre la homosexualidad, para aprender a responder a preguntas y tópicos que muchos pensamos pero que nos da miedo compartir. Este libro vale para cualquier lector, sea cual sea su sexualidad. Tan sólo no vale para los que no respeten la...