Cuántas veces hemos contemplado en las noticias, tal y como ya he mencionado, que los regímenes más extremistas y tradicionales condenan a muerte los homosexuales. ¿Cuántos mueren al día? ¿20? ¿50? ¿800? Yo digo, ¡qué mas da! ¡Con que muera uno es suficiente! Acaso si en vez de morir uno, mueren cuatro ¿es menor la injusticia? Conciencia por Dios, que nos están aniquilando.
Política infecciosa... sí, definitivamente es el nombre perfecto. Política infecciosa de los gobiernos y Estados retrógados que no saben que es el respeto por el semejante, tan básico y tan necesario que es la base sobre la que se sustenta la sociedad. ¿Hay que respetar, pues, todo lo que haya en el Estado? ¡Claro que no! Estamos hablando de respeto hacia la persona que tenemos delante, atrás, a nuestro lado... estamos hablando de aquellos, que por temor a ser rechazados se ocultan en lo más profundo se su alma para evitar la condena social.
Este capítulo surge como una llamada de emergencia ante una noticia estremecedora. Podíamos ver en Twitter en la cadena 'La Sexta' : 'A partir de la próxima semana declararse homosexual en Rusia podría ser penado por la Ley' ¿A quién representa esa 'ley? ¿A los homófobos empedernidos que se sientan en sus divanes a contemplar como morimos? ¿A los gobernantes extremistas que por ganar votos condenan a su población? Pues si esto es así, en Rusia, de media, será condenado el 10% de su población. Esto me preocupa en demasía. ¿Esta es la evolución que esperan las grandes potencias? Quizá si en tecnología y economía, pero no en inteligencia ni respeto.
Me dan asco los gobernantes que piensan así, se llamen Putin, D. Trump, o Al-Assad. Asco es lo que me dan si de verdad piensan eso. ¿Acaso qué tuerca se les ha caído? ¿Qué habrán visto en sus vidas (privilegiadas cuanto menos en los mandatarios y mandatarias anteriores) para creerse superiores?
Yo digo basta, basta contra los que oprimen y muestran la peor cara de una sociedad que, a pesar de todo es minoritaria, pero que controla a la mayoría con una fuerza sobrenatural y para nada soberana y/o legítima, y que coloca a esos representantes de una supuesta mayoría contaminada por las mentiras y la falsedad ideológica que tantas desgracias ha traído al mundo moderno en su corta historia.
En España, queridos españolitos, no nos libramos de esta lacra, ¡Ni mucho menos! Muchos ya habréis olvidado el suicidio de aquel muchacho que no pasaba de los quince años de edad en Barcelona... ¿Cuantos días ese niño fue noticia? ¿Uno? ¿Dos? Y cuánto es noticia el culebrón post-electoral entre Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera. Casos así se merecen una reacción nacional, y eso es lo que, la sociedad española. Regeneración para una sociedad y política podridas.
Podrido, infeccioso, enfermizo, extremista... a la homofobia institucional se la puede denotar de muchas maneras diferentes, maneras de lo más variopintas y originales que dejan entrever a una sociedad que no puede con sí misma y a una política que necesitaría una autoregeneración profunda y reflexiva. Meditemos sobre lo que queremos en el futuro para nosotros y los demás.
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¿Soy pecado?
Non-FictionReflexiones sobre la homosexualidad, para aprender a responder a preguntas y tópicos que muchos pensamos pero que nos da miedo compartir. Este libro vale para cualquier lector, sea cual sea su sexualidad. Tan sólo no vale para los que no respeten la...