Antes de nada permitidme que me disculpe por no haber publicado nada en tantos meses (si esque tenía algún seguidor fiel de este conjunto de artículos de opinión).
Hace pocas semanas pudimos ver como el "Presidente" Santos, firmaba un acuerdo de paz con las FARC y cómo era tumbado en las urnas, y no, no perdió por la mínima, fue TUMBADO por la ciudadanía colombiana. Ahora es premio Nobel de la Paz y ha firmado otro acuerdo, esta vez saltándose el paso de las urnas. Colombia será otro país, pero la tontuna más española sigue ahí, en vuestra clase política.
Por cierto, es Premio Nobel de la Paz, sí, pero Hitler fue nominado a mediados del S XX, con lo cual, permitidme que dude de esta atribución.
Hoy, a las puertas de 2017, Colombia está en la media con otros países del mundo. Cumple todos los requisitos para ser un país como otro cualquiera. Tal y como ocurre en otros países, el problema llega al analizar cuando llegan las leyes pro-LGBT, no fue declarada legal hasta 1981, y las leyes reales contra la discriminación llegaron en el periodo 2000-2007, que culminó con la legalización del matrimonio homosexual y la ley para el reconocimiento del cambio de sexo.
Hoy en día, con un clima de inestabilidad, se ha dejado de lado la política LGBT y se han centrado en otros asuntos más importantes como las FARC o la economía, provocando un preocupante incremento de las agresiones a homosexuales y una bajada brusca del apoyo a continuar con la línea pro-LGBT.
Cuidado señor Santos, cuidado.
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¿Soy pecado?
Non-FictionReflexiones sobre la homosexualidad, para aprender a responder a preguntas y tópicos que muchos pensamos pero que nos da miedo compartir. Este libro vale para cualquier lector, sea cual sea su sexualidad. Tan sólo no vale para los que no respeten la...