México en este sentido es una tierra de contrastes. Una tierra en la que una inmensa parte de la población acepta, respeta y tolera la homosexualidad y otra en la que la homosexualidad es vista como una maldición del mismísimo infierno. Como podemos ver, esto es algo de lo que hemos hablado en el capítulo sobre la religión.
Habitualmente, este gran grupo poblacional tolerante suele ser laico, ateo y proveniente de ciudades.
El otro gran grupo suelen ser personas especialmente religiosas y provenientes de familias muy conservadoras.
México siempre ha tenido un gran componente homosexual en su historia, ya antes de la invasión española de 1492, los Mayas y Aztecas tenían un componente homosexual importante y principal. También otras tribus muy cercanas a la Invasión Española han marcado la historia más reciente de México.
Desde 1492, con la llegada de España a América del Sur, la homosexualidad era vista tal y como se veía en España, algo contrario a toda ley o norma. Con la independencia de México y el auge de la cultura de las tribus anteriores a la Invasión, la homosexualidad fue declarada legal en el entorno de 1880, lo cual convirtió a México en uno de los países psicológicamente más evolucionados de entonces.
Desgraciadamente, esa evolución se ralentizó hasta hoy, y México aún guarda estupidez y tradicionalismo rancio en su mente.
Como achaco yo, la religión católica nos ha hecho mucho daño, nos lo sigue haciendo y, aún más; nos lo hará.
Cada día hay miles y miles de tuits, de usuarios que tienen como nombre "El Católico VIP", "Odin Religioso" o "Stophomosexual". Todos de religión católica. Ojo, hay muchos católicos que no son homófobos y yo no soy quien para criticar a la religión católica.
Yo no creo en ninguna clase de Dios, por lo que no ejerzo la religión católica. Para mí una religión que tiene miembros que defienden el amor al prójimo pero que, al entender que tú, homosexual, no estás recogido en La Palabra, les hace pensar que son alguien como para juzgarte, como para recriminarte que seas gay. Por eso yo no creo, ni tampoco puedo soportar a una religión maltrecha, que ataca a la evolución social, que cuyos principios de tolerancia sean para unos modelos y que otros nos quedemos fuera.
México tiene un poder religioso muy grande, igual que gran parte de América, EEUU sin ir más lejos tiene a un ultra de la religión cómo cabeza para ser presidente.
Quedémonos en México, casi el 65% de los Mexicanos se consideran católicos, por esa regla de tres y basándose en la estadística, de ese 65%, un 6,5% de los Mexicanos homosexuales son católicos, lo cual me parece irracional y preocupante.
Un homosexual que se somete a una religión que lo excluye de la propia sociedad de la que es miembro, no piensa adecuadamente, al menos desde mi punto de vista. Es como decir que Hitler estaba casado con una judía, ¡o incluso un judío! Es incoherente, no tiene sentido.
Para mí, ateo, no tener ni Dios al que temer, ni religión a la que someterme, la libertad es la única doctrina a la que me someto. Puedo pensar, puedo cuestionarme todo sin darme de bruces contra "La Palabra".
En ese sentido, México debe madurar. México seguirá evolucionando, tú decides a qué ritmo.
Para concluir, México tiene un aspecto bastante básico en el que mejorar, la adopción de parejas homosexuales y su unión en matrimonio civil. Repito: México puede, tú eres el que debe reclamar estos derechos.
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¿Soy pecado?
Non-FictionReflexiones sobre la homosexualidad, para aprender a responder a preguntas y tópicos que muchos pensamos pero que nos da miedo compartir. Este libro vale para cualquier lector, sea cual sea su sexualidad. Tan sólo no vale para los que no respeten la...