Just A Game

Samantha, la repostera

Samantha's POV:

Como nadie se quería comer el asqueroso sándwich, lo devolvimos al taxista. Yo quería tirarlo por la ventana, pero Samuel me soltó un sermón sobre buenos modales y, se me quitaron las ganas.

Después de 2 horas, el tráfico se disolvió y pudimos llegar a mi casa.

- ¡Necesito comida! ¿Samantha, dónde está la cocina?
- Si quieres comida, ve a tu casa. ¡Ya vete!
- ¡No puedo esperar por comer! ¡Ya encontré la cocina!
- Que... bueno
- Oye, ¿tu mamá es repostera? Hay un montón de harina, huevos, ...
- Am...
- Hay un mandil que tiene tu nombre. ¿Samantha, qué significa esto?
- ¡Ok, lo admito! Yo...
- ¿Qué cosa?
- Yo hago pasteles cuándo estoy estresada. ¡Listo, lo dije! ¡Búrlate de mí!
- Wow...
- ¿No te vas a burlar?
- Quién diría que Samantha Stevens hornea pasteles...
- ¡No me juzgues!
- ¿Puedo probar una de tus creaciones?
- Bueno, en el refrigerador tengo un trozo de pastel de chocolate...
- Quisiera probarlo, ¿se puede?
- Ok... - ¡Dios! Pensé que nadie se enteraría de mi secreto. ¡Samuel es un metiche!
- ¡Wow, es el mejor pastel de chocolate que he probado en mi vida!
- Gracias
- Deberías compartir tu don con el mundo
- ¡Estás loco! Nadie puede saberlo. ¡Tú no le dirás a nadie sobre esto! - Samuel y sus grandes ideas
- ¡Ok, ok! Una pregunta, ¿puedes hacer más pastel?
- ¡Samuel!
- Si quieres, te ayudo. Tienes que admitir que fue bastante estresante estar horas en el taxi.
- ¡Sí que lo fue!
- ¿Entonces?
- Ok, haré otro pastel
- ¿De chocolate?
- Yo hago el pastel que se me antoja. Ahora, si quieres que haga el que tú quieres, me vas a pagar cómo se debe.
- No traigo dinero ahora, pero te puedo ayudar.
- ¿Sabes hacer un pastel?
- Un poquito...
- ¡Bueno, vamos a empezar!

Samuel podrá ser bueno en matemática, ciencias y toda esa cosa. Pero, si existiera un curso de cocina en el instituto, reprobaría con un cero más grande que su cabeza.

- ¡Samuel, debes batir los huevos con más fuerza!
- ¿Por qué no puedes comprar una batidora?
- ¿Y qué la gente sospeche de mí? Eso nunca. Además, debes aprender a trabajar con lo que tienes. Yo aprendí hacer con los utensilios que tiene mi mamá.
- ¡Wow! Samantha, parece que fueras otra.
- ¡Jaja, qué chistosito!
- Bueno, solo unas cosas más y ya podemos mandar la mezcla al horno, ¿no?
- Supongo que sí
- Samantha, me gustó mucho cocinar contigo.
- A mí también me gustó mucho...