Just A Game

La princesa Sally

Samuel's POV:
¡¡DIOS, DIOS, DIOS, DIOS, DIOOOS!!

¡¡Que alguien me pellizque!! (pero no muy fuerte)

-Bueno... ya te calmaste. ¡ADIÓS!-dijo Samantha. Luego se fue corriendo como si algo la hubiera espantado. ¿Habré hecho algo malo?

-Oigan, ¿pero no es esta su casa? ¿A dónde va?-dijo Anna, entre risas.

-Ahora va a regresar, esperen.-dijo Chris

-¡OIGAN, ESTA ES MI CASA!-gritó Samantha apenas abrió la puerta de su casa.

-¡Qué bueno que viniste! Ya me parecía extraño...-dijo Anna

-Chris, Anna, ¿ya encontraron lo que habían dejado? Ya es hora de que vayan a su casa.-dijo Samantha.

-Am... ¿Nos podemos quedar a dormir?-preguntó Anna a Samantha.

-No hay problema, pero... ¿por qué no quieren volver a su casa?-dijo Samantha.

-Bueno, es mi hermana pequeña. Anna, mi hermanita Sally y yo vivimos en la misma casa junto con mis padres. Y ella siempre se pone difícil a estas horas.-dijo Christine.

Instantáneamente, imágenes de Megan se me vinieron a la cabeza.

-Te comprendo. Mi hermana Megan también es irritante a veces.-dije

-¿Tu hermana tiene 7 años, se cree la reina de las princesitas y obliga a todos a ser sus sirvientes?-dijo Chris.

-Creo que lo tuyo es más grave.-dije

-Pero tienen que enfrentarla. ¿Qué tan mal puede estar la situación?-dijo Samantha.

-Tienes que verlo por ti misma.-dijeron Chris y Anna.

Así que fuimos a su casa. Cuando estábamos a una cuadra de nuestro destino, se oían unos gritos de dolor. Ahora me arrepiento tanto.

-¿Q-Quién entra primero?-dijo Anna, como si fuera a entrar al mismo infierno.

-Samuel, tú entras.-¿qué acaba de decir Chris?

-Am... ¿Yo?-dije. Lo sé, soy un miedoso.

-¿Saben qué? Entro yo. Una niña de 7 años no me va a espantar.-dijo Samantha. ¡Por eso la admiro!

Entramos y... fue peor de lo que pensé.

Habían cabezas de muñecas en el suelo, manchas rojas de dudosa procedencia y se oía una risa macabra. ¿En qué me he metido?

En eso, una niña con una corona de cartón y un gran vestido azul se nos acercó.

♦♦♦

Samantha's POV:
Sinceramente, las chicas exageran. Solo había unas cuantas cabezas de muñecas y manchas de salsa de tomate. Nada fuera de lo común.

Se nos acercó una niñita, al parecer, la hermana de Christine.

-¡Bienvenidos a mi reino! Soy la princesa Sally.-exclamó la pequeña.

-H-Hola hermanita...-dijo Chris

-Chicas, ¿esto fue una bue...-decía Samuel, hasta que fue interrumpido por la niña.

-¡TÚ, CÓMO TE LLAMAS!-gritó la niña, señalando a Samuel.

-S-Soy Samuel. ¿Vas a hacerme algo?

-¡Eres perfecto! Te convertiré en mi príncipe para gobernar juntos este reino.-¡QUÉ ACABA DE DECIR ESA PEQUEÑAJA!

Como si no le bastara, la princesa Sally se lanzó a los brazos de Samuel.