Capítulo 10

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Que Iruka-sensei les pusiera un diez, tan distraído como estaba durante toda la presentación, fue un milagro. A pesar de haberse estudiado su parte a conciencia, no pudo evitar quedarse varias veces en blanco. Por suerte, Sasuke siempre rellenaba los huecos y continuaba a partir de ahí, como si estuviera perfectamente ensayado.

No podía evitarlo. Ese nombre le perforaba el cráneo como un aguijón, impidiéndole pensar. "Namikaze Minato". Le resultaba terriblemente familiar, y a la vez tan ajeno que le dolía. Nunca el nombre de un padre debería ser algo que ni siquiera parecía tu idioma. Tampoco ayudaba que las escasas veces que su mente parecía olvidar el nombre de su padre, la escenita de su casa con Sasuke viniera a su cabeza. No sabía ni cómo mirarle a la cara después de eso.

Pero sí sabía qué era más urgente.

En cuanto acabaron de exponer -lo que les llevó toda la hora- Naruto salió disparado a la biblioteca. Se sentó en el rincón más alejado y tecleó ese nombre en el ordenador. Namikaze. El resultado que le devolvió el ordenador lo dejó más aturdido y confuso que antes.

No se mencionaba ningún Minato, pero sí un Ryu Namikaze. Y absolutamente nada bueno. Se hablaba -aunque la mayoría eran cotilleos, había alguna que otra noticia- de asesinatos sin resolver, atracos, extorsiones... Y, por si la duda, no era víctima de ninguno. Y alguna vez se mencionaba a un Minato como su posible hijo, pero no se sabía nada de él.

-Naruto.

Dio un respingo y cerró todo inmediatamente. Kiba lo miraba arqueando una ceja.

-Oye... ¿Estás bien?

-S-sí... Sí, claro.

-Ya... Te estaba buscando. Quería hablar contigo.

Se sentó a su lado, mirando con una ceja alzada la pantalla vacía. Centró su atención de nuevo en el rubio, que parecía estar viendo un fantasma en la pantalla.

-Estás un poco... extraño esta mañana. Me preguntaba... ¿quieres dar una vuelta con Hinata y conmigo? Para... despejarte un poco.

-Eh... No. No. Prefiero dar una vuelta con Kyuu -sonrió levemente. -Además, ¿haceros de sujeta velas? Hay planes mejores para un miér...co-les. ¡Mierda! ¡MIERDA, EL EXAMEN!

Kiba soltó una carcajada mientras veía a Naruto salir de la biblioteca soltando maldiciones. Ahí estaba de nuevo el idiota entusiasta que él conocía.

.

Después de acabar el examen -que le resultó bastante fácil- ni siquiera se quedó a las otras clases. El primer motivo -y el más nimio- era que ni de coña quería sentarse con Sasuke, pero no le quedaba más remedio. El segundo era que tenía que hablar con su madre. Necesitaba una verdadera explicación. Y la necesitaba ya.

Cuando llegó a su casa, su madre estaba sentada en el sofá, acariciando a Kyuu con la mirada perdida. Sonrió al verle entrar.

-Sabía que vendrías. Siempre has sido un impaciente. Como él.

-Como Minato -susurró él. -¿No es así?

Kushina asintió levemente. Kyuu se revolvió y se deslizó de entre sus brazos para saltar sobre Naruto. Este lo apartó delicadamente, rascándole el cuello para calmarlo. Se sentó junto a su madre, y la tomó de las manos para obligarla a mirarse a los ojos.

-Necesito que me lo cuentes, mamá. Por qué ha pasado esto. Quiénes son ellos. -cerró los ojos un segundo. -No soy el único que está en peligro.

-No. Desde luego que no. Naruto... te han hecho daño por mi culpa.

-"Dile a Kushina que Hidan le manda recuerdos". Me quedó bastante claro. Me... -tragó saliva. La herida pareció arderle bajo la piel- me disparó para que tú captaras el mensaje.

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