La gran confesion

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Tras haber pasado una semana desde que tres nuevos yokais llegaran al mundo en manos de una yokai sacerdotisa, la más poderosa que hubiera existido nunca además de nunca haber existido una yokai con poderes espirituales. Todos habían empacado todas sus pertenencias e iban en dirección del gran palacio del oeste; tres parejas de yokais con tres bebes yokais además de tres niños humanos dos exterminadores un monje y un demonio zorro iban a gran velocidad para llegar cuanto antes cuando entonces todos lo vislumbraron maravillados menos dos de los yokais que lo conocían a la perfección allí abajo estaba el pequeño demonio sapo Jaken junto a Ah Un el dragon de dos cabezas y junto a todos los guerreros y yokais del palacio esperando la llegada del lord Sesshomaru cuando vieron llegar a una persona que ni mucho menos esperaba.

-Lord Inu no Taisho...-dijo un demonio como poco sorprendido llevaba muchísimo tiempo muerto y ahora estaba allí tan imponente y elegante como antaño todos los demonios se inclinaron ante sus señores y otro yokai que les acompañaban y era muy parecido a los lores quien seria.

Sesshomaru miro hacia los yokais y dijo con su mirada y voz fría como el tempano.

-Necesito que preparen 7 habitaciones y que de la mía cambiarlo todo a una de las que preparen.

-No es necesario hijo- dijo Inu no Taisho.

-Tu volviste padre y ahora este castillo vuelve a ser suyo y por consiguiente todas nuestras tierras.

-Te equivocas hijo el castillo es de los tres mío y de mis dos hijos por consiguiente somos los tres señores de estas tierras por igual.-dijo este seguro de si mismo y de sus hijos mas orgulloso no podía estar de sus cachorros.

Sesshomaru pensó los miro a todos fijamente a los ojos y les hizo una señal para que entraran dentro cuando llegaron al gran salón comedor les pidió que tomaran asientos todos alrededor de la mesa cogiendo a los trillizos de su hermano en brazos y dándoselo a una yokai y a los hijos de la exterminadora y el monje dándoselo a la otra yokais ordenándoles que fuera a la habitación de los bebes y que los cuidaran.

Inu no Taisho fue a hablar cuando Sesshomaru levanto la mano para que su padre guardara silencio este se levanto de su asiento y decidido a lo que iba a decir sin orgullo pero con su voz como siempre fría.

-Padre me alegra que estés aquí después de tanto tiempo aunque antaño te llegara a detestar porque amaras a una humana y yo nunca creí que llegaría a comprenderte como lo hago-dijo esto el gran yokai desviando su mirada a la de Rin.- y a respetarte más que nunca, a ti Izayoi te debo de...-todos se esperaron lo peor y más Inuyasha que sabia a la perfección lo que diría se levanto de golpe y puso su mano en Colmillo de Hierro y en posición defensiva cuando de los labios de aquel hermoso yokai salieron palabras que nadie esperaría- pedirte perdón por muchísimas razones.

Todos observaban al gran demonio orgulloso, frio y calculador por eso no podían creer lo que había salido de sus labios ni el mismísimo padre ni Jaken ni la pulga Myoga que había llegado sin previo aviso y estaba escondida en el pelo de Inu no Taisho la única que no estaba sorprendida era Rin que si conocía de verdad a su señor conocía ese frio corazon; Izayoi se levanto de al lado de su señor se dirigió al hijo de este y le abrazo sin previo aviso al que el correspondió sorprendiendo mas a todos.

-Estas perdonado.-dijo esta con una sonrisa dulce dándole a entender que era cierto y se dirigió al lugar donde se encontraba desde un principio.

-Gracias- dijo Sesshomaru curvando sus labios haciendo amago de una sonrisa que no termino de hacer.

Ahora este dirigiendo su mirada a Inuyasha comenzó hablar sin temblarle la voz aunque fuera a quien más temía aunque nadie supiera este secreto que solo sabia su corazón.

-Inuyasha eres mi hermano pequeño...

Inuyasha le interrumpió para decirle- Medio hermano no te confundas Sesshomaru- cuando vio que todos les miraban con cara de que querían asesinarlo con auras malignas-Pero, ¿Qué pasa por que todos me miran a...- No termino de decir ya que había vuelto hacia la cara de su esposa y esta era la que daba más miedo cuando Kagome dijo alto y claro- Inuyasha ¡ SIENTATE!- Este cayó al suelo estrepitosamente se sentó en la silla sin decir más cuando miro a su hermano para pedirle que continuara.

-Como ibas diciendo tu, somos medio hermanos y aunque siempre he querido darte entender que así te siento pero... no es así para mi eres mi hermano completo siempre te he temido y a ti es a quien más tengo que pedirte disculpas por que las ansias de poder y el odio hacia los humanos me cegó.-Finalizo este dejándoles a todos anonadados al que mas a Inuyasha que no se lo podía creer.

-Sesshomaru lo puedes repetir.-dijo este sin podérselo creer- Que tú me temías a mí el demonio más fuerte de la historia le temía a su medio hermano Hanyou no tiene sentido.

-Inuyasha tu nunca lo has sabido pero siempre has sido demonio completo y humano completo pero no lo has sabido desarrollar tu eres más fuerte que yo y nuestro padre.

-¿Cómo es eso? yo siempre e sido un Hanyou no un Yokai ni humano. -dijo este confundido.

-Te equivocas hermano tu eres un ser raro de encontrar no hay casi nadie que tenga esa fuerza, eres las dos cosas en el momento que pudieras controlarlo te convertirías en demonio completo y cuando quisieses podrías cambiar a humano ya que tienes corazón completo de yokai y de humano, por eso te temía.

Todos miraban a Sesshomaru asombrado no se podían creer nada de lo que escuchaban el gran Lord Sesshomaru Taisho reconociendo miedo ante su medio hermano pidiendo perdón diciendo gracias algo pasaba allí pero todos sabían que era lo que pasaba era aquella pequeña chica que se había metido en el corazón de su amo derritiéndolo lentamente sin que él se diera cuenta y pudiera remediarlo.

-Está bien acepto tus disculpas hermano.-dijo sonriendo abiertamente diciéndole con esta acción que la guerra entre los dos había acabado y que empezaba una nueva relación entre ellos.

-Gracias Inuyasha.

-Kagome a ti siempre te admire y siempre supe tu gran fuerza espiritual y que cuando la potenciaras serias la más poderosa sacerdotisa que hubiera existido perdóname por todos los insultos que te dije, además eres la única persona que puede controlar a mi hermanito.

-Eso ya está olvidado cuñado.- dijo esta sonriéndole ampliamente.

-Y gracias por traer al mundo tres sobrinos Yokais sanos y a salvo.

-Sango, Miroku, Kohaku, Shippo, Kirara y Jaken gracias por ser así de fuerte, valientes y poderosos de ser buenos amigos y acompañantes perdónenme por los desplantes que os haya podido hacer.

Todos lo miraron y asintieron aceptando sus disculpas y mirando a Rin que era la única que quedaba a la que Sesshomaru no le hubiera dirigido palabra.

-A ti mi niña, lo siento por las veces que te hice llorar que moriste por mi culpa que te hice sufrir con mi ausencia, odio, tristeza, afán de poder lo siento tanto mi pequeña aunque a ti debo decirte delante de todos mis seres queridos que se encuentran aquí es que te amo gracias a ti mi corazón se ha descongelado y e podido darme cuenta que la vida es bella y se puede ser igual o más fuerte con gente a tu lado gracias mi pequeña por enseñarme el mundo tal y como es y a enseñarme que existe algo más que la frialdad.- Esta se levanto le sonrió y le dio un beso en los labios perfectos de este cuando le dijo mirando a los ojos color ámbar que ella adoraba.

-Yo también lo amo Sesshomaru.-Finalmente le abrazo.

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