Los tres yokais volaban por el cielo para llegar a la aldea cuanto antes ya que después de la charla habían ido volando a dar una vuelta con el motivo de despejarse cosa que casi habían conseguido, Inuyasha estaba sorprendía con lo que podía hacer y lo poderoso y lleno de vitalidad que se sentía, ahora lo que no sabía era lo que les esperaba al llegar a su cabaña, cuando llegaron se encontraron con que Izayoi se encontraba fuera de la cabaña de pie y con la espalda recostada en la pared, cuando los vio fue hacia ellos y hablo alto y claro para que los tres demonios les escucharan y no tuviera que repetir lo que iba a decir ya era suficientemente duro como para tener que decirlo mas de una vez.
-Sesshomaru Rin está bien se está transformando con normalidad con un poco de tardanza ya que es joven pero no va a tener mayor complicación pero...-Izayoi miro a su hijo con tristeza sin saber cómo decirlo, este al darse cuenta de que la mirada de su madre le daba a entender que algo malo le estaba pasando a Kagome, fue a entrar cuando su madre lo agarro del brazo impidiéndole que lo hiciera.
-Inuyasha Kagome no ha cambiado nada sigue siendo humana y está muy débil no se cuanto tiempo podrá aguantar así sin la transformación, además te debo advertir antes de que entres ella está... ella esta... algo cambiada.-finalizo con mal sabor de boca no quería ver mas a su hijo sufrir y otra vez el destino lo volvia a hacer.
-Pero madre no dices que no ha cambiado nada como me dices que ha sufrido un cambio no te entiendo explícate por favor.-decia Inuyasha desesperado sin entender que podía esperar.
Su madre no sabía cómo explicárselo ya que ni ella misma lo entendía ese cambio había sido tan brusco.
-Inuyasha, Kagome no ha sufrido ningún cambio a demonio pero tu hijo es un demonio completo y ella es una humana yo calculo que estará de unos 8 meses y medio.
-Eso es imposible madre ella estará de cuatro meses, se le hubiera notado y me lo hubiera dicho.-dijo Inuyasha ahora mas confundido cada vez entendía menos lo que su progenitora le decía.
-Hijo al ser demonio completo crecen antes y ella es humana su cuerpo no lo soportara por mucho más tiempo.
Inuyasha no escucho mas lo que decía Izayoi corrió hacia la cabaña que habían compartido el y Kagome desde que ella regreso de su época, cuando fue hacia el futon, donde se encontraba Kagome recostado con sus dos buenos amigos y camaradas Miroku y Sango a su lado observándola como estaba inconsciente e iba sufriendo cambios que estaban haciéndole daño se le notaba en sus rasgos cansada y sin color en su rostro además de estar conteniendo dolor, Inuyasha se quedo paralizado sin saber que hacer asustado como nunca e impotente por no poder ayudarla, ahora era un yokai y no podía hacer nada más que esperar a que ella se convirtiera y si no lo conseguía... no no era posible ella le había demostrado demasiadas veces cuanto lo amaba.
-Inuyasha lo que la mantiene con vida es su gran fuerza espiritual de sacerdotisa pero no aguantara mucho mas.-decia la anciana Kaede con su mirada decaída.
Inuyasha anduvo hacia Kagome y recostó su cabeza en su brazo sintiendo un dolor desconocido para él para los yokais los sentimientos eran más intensos para bien o para mal, recostado en el brazo de su amada empezaron a resbalarle lagrimas por las mejillas sin poder controlarlas Miroku y Sango se levantaron y fueron haber como seguía Rin y dejar que su gran amigo se pudiera desahogar con tranquilidad sabia que a este le costaba trabajo demostrar sus sentimientos y no quería que se sintiera incomodo, cuando se fueron este se incorporo y de manera delicada la empezó a abrazar y lloraba encima de su cuerpo y le hablaba como si le escuchara y como si fuera una oración para que ella volviera.
-Kagome mi amor resiste se fuerte tu puedes yo confió en ti, me prometiste que nunca me dejarías solo, lo recuerdas ahora no puedes faltar a tu promesa nosotros te vamos a necesitar.- dijo este acariciando la prominente barriga que poseía Kagome.
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La Gran Profecia
Fiksi PenggemarTras haber pasado siete años tras la destruccion de la perla de Shikon todos vivian felices y tranquilos en la aldea hasta que una extraña presencia muy conocidas para todos les advierte que hay una profecia que cumplir, los acontecimientos que segu...