Todos en aquella habitación estaban sorprendidos no se esperaban nunca que ellas regresaran de la muerte y menos para ayudarlos a ellos pero pensándolo bien ellas no eran malas simplemente estaban siendo controladas por Naraku.
-Bueno vamos a entrenar.-dijo una Kagura sonriente.
-Nosotras os ayudaremos a haceros mas fuertes con nuestros ataques.-dijo Kanna adaptando su actitud inexpresiva que era la más habitual.
-No os preocupéis no seremos muy duras.-dijo Kagura con un poco de diversión en su voz.
Todos se dirigieron hacia la zona donde se entrenaban y empezaron con el entrenamiento Kagura luchaba sin descanso con todos al igual que Kanna les mostraban sus peores ataques de los cuales salían ilesos todo el tiempo, se dieron cuenta de la fuerza espiritual de Kagome era increíble además de la demoniaca los habían dejado exhaustos Kanna estaba luchando contra Inuyasha, lo cual Kagome había visto que este caía al suelo y no se levantaba así que le puso un campo de energía se puso alrededor de Inuyasha y de Kagome por lo que la danza de la serpiente de Kagura no llego.
-Kagome muy bien, eres muy poderosa.-dijo Kagura sorprendida y alegre de que aquella que antaño había sido humana que en un principio parecía una común como cualquier otra fuera tan poderosa.
-Gracias Kagura.-dijo aquella yokai dedicándole una sonrisa a la hechicera del tiempo.
Tras todo el dia de entrenamiento se reunieron todos en el comedor para disfrutar de una gran cena, incluso Sesshomaru se les unió aunque no sin que haya tenido que haber antes mucha insistencia por parte de Rin pero como siempre el Lord del Oeste le hizo caso a su joven compañera, acción que no paso desapercibido por Kagura quien veía nostálgica pero feliz a aquel demonio de suma belleza pero carácter frio, orgulloso y distante del que se había enamorado muchos años atrás y pensó en que ella nunca hubiera podido tener el corazón de aquel yokai como lo tenia Rin, y es que desde que era pequeña le perteneció con su dulzura, inocencia, espontaneidad, su sonrisa y alegría había despertado sentimientos en el yokai que empezaron con simple amor y cariño con un ser querido pero que se había convertido con el crecimiento de su protegida en un amor profundo tanto como hacerla su compañera de vida y que estuviera cambiando ese carácter con el que le había conocido.
Resulto ser una cena bastante alegre, divertida y reveladora pero tras largas conversaciones anécdotas y recuerdos decidieron que ya era hora de dormir al fin y al cabo al dia siguiente le volvia a esperar un dia de duro entrenamiento y debían de descansar y dar lo máximo puesto que cada vez estaban mas cerca la fecha de la gran pelea en la que debían de salir victoriosos de eso todos estaban seguros de que no debían fallar.
.....
-Rin.-dijo aquel ser de ojos dorados como el sol, con un tono de voz que le hacia saber a aquella que sabia que algo pasaba.
-Sesshomaru...-contesto aquella con su nombre no sabia que quería decirle asi que espero que su amado compañero le revelara su pregunta y que no formara ese incomodo silencio.
Sesshomaru se acerco a Rin que estaba apoyada en el marco de las puertas de la terraza aquella que tenia las vistas a todos los jardines de palacio aquellos que ella junto a las demás mujeres se encargaban de cuidar, cuando llego a estar delante de la espalda de su mujer estiro sus brazos y comenzó a acariciar los brazos de su compañera hacia arriba y hacia abajo con movimientos lentos y con cariño, poco a poco la fue acercando a su cuerpo y poso sus perfectos labios en la coronilla de su pelo regalándole un beso dulce cuando termino la abrazo contra su pecho duro lleno de músculos y poso su cabeza en la coronilla de su acompañante.
-Dime Rin ¿Qué te pasa?-dijo Sesshomaru con su voz tranquila y pausada la que siempre utilizaba con su compañera era con la única que podía tener paciencia.
ESTÁS LEYENDO
La Gran Profecia
FanfictionTras haber pasado siete años tras la destruccion de la perla de Shikon todos vivian felices y tranquilos en la aldea hasta que una extraña presencia muy conocidas para todos les advierte que hay una profecia que cumplir, los acontecimientos que segu...