Somos una familia

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Los seis de los siete guerreros que quedaban se habían quedado asombrados del poder que habían desprendido aquellos inuyokais la pelea seguía sin descanso además habían aparecido demonios menores que se encontraban a todos lados, todos luchaban sin descanso preocupados por que no sabían donde se podía encontrar la pequeña Yumiko.

Sango, Kohaku, Kirara y Miroku encargarse de los demonios menores que aparecen desde el sur y oeste, Ah Un Shippo y Jaken los que vienen por el norte y este dijo la voz de Inuyasha que se encontraban en sus cabezas.

Nosotros nos encargaremos de los seis guerreros dijo Sesshomaru con una sonrisa perpetua en los labios.

-¿Por qué parece que hablan entre ellos?-dijo Jakotsu admirando la belleza de los tres yokais que allí estaban.

-Cállate Jakotsu y concéntrate es lo que tienes que hacer.-dijo Renkotsu con autoridad.-Se algo más inteligente hermano.

Este puso un puchero y en menos de un segundo cambio su cara y puso unos ojos anhelantes y soñadores.-Dejadme a mí al lindo Inuyasha por favor que aunque no tenga esas lindas orejas está extremadamente atractivo.-dijo Jakotsu con una sonrisa de emoción.

-¡Como quieras hermano!

Poniéndose todos en posición delante de los seis yokais y empezaron a luchar seis contra seis.

-Lindo Inuyasha ya me mataste una vez pero no habrá una segunda, ahora seré yo quien tenga el placer de matarte a ti y siempre te recordare como el mejor de mis adversarios sin lugar a dudas.-le aseguro este lanzándole su catana que se estiraba abriendo muchas cuchillas para rodear el cuerpo pero lo que este no sabía es que había cambiado era más veloz, silencioso y fuerte; esquivo su ataque dando un salto y sin que este se lo esperaba le corto con sus afiladas garras la parte de arriba del Kimono.

-¡Jakotsu no hables tanto y lucha más!-Dijo un Inuyasha satisfecho pues la cara de aquel le había hecho mucha gracia.

-Inuyasha esta vez no moriré te lo aseguro.-dijo este ya más concentrado y cabreado pues le había roto la parte superior de su nuevo Kimono.

Los dos estaban enzarzados en un combate cada vez más intenso lo sorprendente es que Inuyasha no estaba ni la mitad de cansado que si hubiera tenido el mismo combate hace un año por el contrario su sangre yokai le daba muchísimas fuerzas además de que habían entrenado con mucha frecuencia.

-Ya me canse Jakotsu no voy a perder más el tiempo tengo que ir a por mi cachorra.-dijo esto desenfundo de su vaina a Colmillo de acero y sin tiempo para que hubiera reaccionado batiendo la espada chillo con todas sus fuerzas

-¡KONGOSOHA!

Lanzándole una gran cantidad de diamantes perforando todo su cuerpo haciendo que este cayera en el suelo sin inmutarse sabiendo que moriría en solo en unos segundos cuando escucho la voz de Inuyasha diciéndole.

-Jakotsu me subestimaste.

Sesshomaru había acabado con la vida de Ginkotsu con la ayuda de su amada Rin entre los dos habían terminado con aquel, se fueron en dirección a Kagome que estaba con un poco de dificultades para derrotar a Renkotsu que no paraba de mandarle ataques de fuego mientras ella se los devolvía mandando fuerza purificadora hacia este.

Kagome estas bienpregunto Rin.

Si, no te preocupes pero es que esto de tener de controlar la balanza entre mis poderes espirituales y los de yokai me resulta muy agotador

Lo sé, a Izayoi y a mí también nos está costando mucho

No te preocupes Kagome yo acabare con esto dijo Sesshomaru.

Desenfundo su espada no eran los colmillos era la temida Bakusaiga que ya su filo se tornaba de color verde brillante cuando la batió y chillo.

-¡BAKUSAIGA!

Este se había convertido en cenizas en menos de veinte segundos había sido increíble.

Cuando se dieron cuenta que Inuno e Izayoi se encargaban ellos solos de Kyokotsu Mukotsu y Suikotsu, estos lo hacían sin descanso pero a Izayoi le había alcanzado una de las afiladas garras de hierro que tenia Suikotsu en las manos y estaba soltando veneno Mukotsu para que murieran asfixiado lo que no lograban comprender aquellos estúpidos que ellos eran yokais y para que murieran ellos con ese veneno no les serviría para nada.

Sesshomaru, Rin Kagome e Inuyasha que acababa de llegar comenzaron a luchar sin más sin ningún descanso cuando Inuyasha recordó.

Kagome, madre, Rin necesito que purifiqueis a Suikotsu

Estas asintieron recordando su doble personalidad, si lo purificaba podría ser que desapareciera el asesino malvado que allí en frente tenia aunque sabía a la perfección que este moriría en cuanto alguno de los seis lo matara, las tres mujeres se enderezaron y estirando la mano al frente con la palma de la mano extendida, de ahí salió una luz morada y cegadora que recibió directamente su cuerpo.

No le dio tiempo a hablar puesto que en ese mismo momento la mano de Inuno atravesó su corazón dejando el cuerpo de aquel sin vida.

Los otros dos guerreros fueron derrotados con solo Sesshomaru sacar su espada y volver a chillar.

-¡BAKUSAIGA!

Y todos allí habían acabado muertos pero seguían apareciendo demonios pequeños y había uno que había desaparecido donde se habría metido aquel cobarde de Takemaru, en menos de diez minutos habían desaparecido todos aquellos pequeños demonios, cuando Kagome empezó a buscar alguna energía que le diera pistas de donde se encontraba su hija cuando lo noto dos auras malignas alrededor de una pura que se iba apagando como si una flor se marchitara esta corrió y detrás iban todos adentrándose en el monte.

Cuidado nos acercamosdijo Inuno

A lo que el monje contesto.

No hay nada de lo que preocuparse nos tenemos unos a otros, nada nos ha de pasar y a Yumiko la regresaremos a palacio sana y salva

Todos habían escuchado la voz del monje alta y clara en sus cabezas y querían creerle pero su preocupación no les dejaba pensar con claridad.

-Pero bueno mira a quien tenemos aquí por fin llegaron para ver como muere esta dulce niña.- dijo Takemaru riéndose escandalosamente con Yumiko en sus brazos muy asustada.

Todos con aquella escena se habían quedado distraídos por lo que Tsubaki aprovechó para hacerle un corte a Kagome en su mano y hacerle un conjuro al siguiente segundo esta se apuñalo en el corazón no sin antes pronunciar.

-Esta es mi venganza. -Dijo riendo antes de caer al suelo muerta. Justo la distracción que le había hecho falta para que Takemaru se distrajera un segundo cuando le quito a su nieta de sus manos se la lanzo a Sesshomaru mientras él le sacaba el corazón y se lo enseñaba furioso.

-Te lo advertí que con mi familia nadie se podía meter con mi vida los defendería.

Pero ahora había surgido un problema Kagome se encontraba inconsciente en el suelo la sacerdotisa esa le había hecho un hechizo y ninguno de allí sabia como se debería de deshacer su hija y esposo reposaban sus cabezas en el cuerpo de aquella yokai sacerdotisa llorando sin parar abrazando el cuerpo que pareciese que no tuviera vida si no fuera porque la escuchaban respirar y los latidos de su corazón lo pensarían, mientras todos a su alrededor lloraban menos dos yokais que lo único que hacían era tener su mirada fría pensando en cómo resolver aquello.

La Gran ProfeciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora