Thousand years

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Al haber pasado ya veinte años desde esa pelea, de ese día en que descubrieron secretos que no se podían creer, Kagome lo estaba recordado todo como si hubiera sido ayer mismo aunque ahora era una yokai el tiempo no pasaba tan rápido como cuando era humana, se le vino a la mente un recuerdo de una semana después de esa intensa charla, ese año que tuvieron tantísimos acontecimientos sorpresas en las que la vida de su familias habían cambiado por completo al igual que la de ella misma.

FLASHBACK

-Mama, mama mira lo que nos enseño a hacer el abuelo, papa y el tío Sesshomaru- decían sus gemelos que no tardaron para hacer una demostración estirando los dos con una sincronización perfecta sus dedos índice haciendo que de sus garras saliera como una especie de hilo brillante que parecía un látigo pero este a diferencia de los otros yokais era violeta y en vez de romper el árbol a el cual habían apuntado lo repararon y lo hicieron crecer.

Todos los habían mirado impresionados por que momentos antes habían salido dos tipos de látigos uno azul y otro verde, ya estos se habían quedado impresionados por que habían salido dos látigos totalmente distintos y ahora había salido un tercero y encima curaba no dañaba era impresionante.

-¿Cómo hicisteis eso cachorros?-Dijo Inuyasha asombrado y orgulloso de sus niños.

-No lo sé papa, yo solo pensaba que quería que mama se pusiera contenta y orgullosa.-Dijo Riki inocentemente.

-Si es cierto.- dijo Mamoru asintiendo y dándole la razón a su gemelo.

-Impresionante.- dijo una Kagome asombrada.

-¿Mama entonces estas orgullosa de nosotros?-dijeron las dos voces de sus hijos a la vez.

-Claro que si mis niños estoy muy orgullosa de mis tres niños.- en cuanto oyeron a su madre decir eso sus tres hijos se lanzaron a los brazos de su madre abrazándola pero ese entusiasmo no les duro mucho ya que se levantaron y se fueron a jugar aquellos tres.

-Me siento muy orgulloso de mis nietos muchísimo pero en estos momentos me siento inferior.-dijo Inu no Taisho con una sonrisa en sus labios.

-Es increíble, y que sean hijos tuyos Inuyasha no me lo puedo creer.-dijo Sesshomaru con una sonrisa arrogante y es que le encantaba hacer rabiar a su hermano pequeño como en los viejos tiempos aunque ya no lo odiase y se sintiera orgulloso de que fuera su hermano no podría dejar a un lado las viejas costumbres que tanto le divertían.

-Sesshomaru, eres tonto.-dijo Inuyasha muy ofendido.

-Jaken ve con los niños al riachuelo y cuida de ellos.-dijo Sesshomaru con una mirada fría Jaken decepcionado de que todo fuera igual que cuando Rin era una niña y que su amo bonito como el solía decir siguiera tratándolo como niñero en vez de tratarlo con más respeto en ese momento a este le aterrizo una piedra como por arte de magia en la parte superior de su cabeza a lo que Rin pensó que Jaken había pensado algo que no debía esta rio con la misma risa y alegría de cuando era niña cosa que a Sesshomaru le encantaba.

Cuando de repente una luz cegadora les rodeo por completo haciéndole a todos que cerraran los ojos.

-¿Qué es esa luz?-dijo el monje desconcertado.

La luz ceso y de ella aparecieron caras conocidas y caras no tan conocidas cosa que los desconcertó.

-Princesa Kagome, Princesa Rin, Princesa Izayoi y Princesa Sango.-dijo una mujer muy bella junto a un demonio muy parecido a sus amados yokais estos dos les hicieron una reverencia a ellas dejándola sin palabras.

Kagome fue la que pudo despegar sus labios además de la lengua del paladar, y hablar intentando aparentar seguridad.-Perdonen os estáis equivocando nosotros no somos princesas somos las mujeres de Lores no princesas.

La Gran ProfeciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora