Iba andando por la calle dando un paseo, era primavera y el tiempo era agradable tanto que iba con unos vaqueros largos una camiseta de mangas cortas y unos zapatos medio descubiertos, el sol está en todo lo alto calentando mi cuerpo haciendo que tenga una temperatura más que agradable, la brisa es cálida esta acaricia mi cara y mis cabellos color carbón, voy tranquilamente cuando veo una cafetería, curiosamente tengo muchas ganas de tomarme un té y un dulce, me paro un momento justo enfrente de la cafetería y leo el nombre PACKOFWOLVES curioso el nombre manadas de lobos, me llama mucho la atención.
No le tomo más importancia al nombre no más del que debería al fin al cabo es un nombre solamente así que sin pensarlo más he entrado me he sentado en una mesa cerca del mostrador un chico viene a atenderme la verdad es que es muy guapo me resulta incluso familiar, ahora que lo tengo cerca y lo pienso muy familiar.
-Hola, muy buenas ¿Qué desea tomar?- me dice el chico con una sonrisa parece muy amable.
Yo le sonrió no sé porque pero su cara me suena, me resulta familiar y ese chico me da confianza como si lo conociera desde hace ya bastante tiempo, es moreno con el cabello castaño y recogido en una cola le llega a mitad de su espalda, también lleva en su cabeza una felpa que le recoge el flequillo era raro puesto no se llevaba pero debía reconocer que le quedaba ese loock estupendo, sus ojos son azules, azul claro no tanto como el cielo pero no tan oscuros como el mar y parecen amables y sinceros.
-Señorita ¿Le pasa algo?-pregunto el chico con ojos preocupados.
Me había metido tanto en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que el chico me estaba hablando, bueno decidí salir de mi ensoñación.
-Si, si lo siento es que... ¿Te puedo hacer una pregunta?
-Si claro señorita dígame.
-No, por favor llámeme Kagome.- dijo esta con una pequeña sonrisa.
-Bueno Kagome dígame que me quiere preguntar.-le dijo este con una sonrisa invitándole a que le dijera lo que estaba pensando.
-Pues lo que le iba a preguntar es si usted-este le miro con reproche por el apelativo.- perdón si tu yo nos conocemos de algo me resultas familiar.
-Pues señorita Kagome debo decirle que cuando la he visto entrar me ha recordado mucho a alguien pero estoy seguro que no, no nos conocemos.-dijo este riendo.
-Bueno discúlpeme me habré confundido.-le respondió esta con una sonrisa y no muy convencida de que no lo conociera sentía como si hubiera sido un buen amigo pero si hubiera sido un buen amigo se acordaría bueno da igual.
-No hay nada que disculpar ¿Que vas a desear tomar?-le dijo este sonriendo cuando se escucho que llamaban al chico.
-Ya voy Ayame estoy atendiendo.
-Bueno pues me podría traer un té verde.
-Por supuesto ¿Algo más?
-No gracias...
-Koga soy Koga-le respondió este dándose la vuelta rápido dirigiéndose para su novia se imaginaba ya que esta me miraba mal y este le sonrió como si fuera ella la única mujer del mundo y como se temía todo termino con un lindo beso, pero ahora que lo pensaba la chica también le resultaba familiar incluso el nombre de Koga y Ayame les resultaba más familiar, en ese momento miro a la tal Ayame era una chica de piel blanca, que parecía un poco más joven que el chico pero no con muchos años de diferencia, tenía una cara angelical con unas pecas decorando sus mejillas, sus ojos eran verdes muy brillantes y su pelo anaranjado que le hacía ver más angelical. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué esos chicos y sus nombres les eran tan familiares?
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La Gran Profecia
FanfictionTras haber pasado siete años tras la destruccion de la perla de Shikon todos vivian felices y tranquilos en la aldea hasta que una extraña presencia muy conocidas para todos les advierte que hay una profecia que cumplir, los acontecimientos que segu...