Capitulo 20

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Entramos y Jesús enciende la chimenea, hace mucho frío. La casa por dentro es muy pequeña un salón la cocina y una habitación con un baño pero me encanta, se está tan bien ahí alejado de todo.
La casa se empieza a calentar y decido que ya es hora de contarle a Jesús todo lo que me pasó, él me ha tratado muy bien y tiene que saberlo.
Yo:Jesús ven, quiero contarte lo que pasó.
J:Estás segura?
Yo:Sí,confío en ti.
J:Adelante- me dice dándome la mano.
Yo:Verás todo empezó hace dos años, yo era una chica normal,feliz, nunca tenía problemas. Cuando lo deje con mi novio decidí que no estaba en edad de rayarme por ningún tío y empecé a salir más. Ese chico me había hecho mucho daño y yo pensé que ya era hora de hacer lo que quisiera sin importarme los demás.Me vestía diferente, y empecé a salir con otra gente, me colaba en discotecas y volvía borracha a casa todos los fines de semana. Ya ves lo que puede llegar a cambiarte una ruptura sentimental.-Jesús me miraba muy sorprendido mientras yo le contaba todo esto- Siempre volvía sola a casa porque la discoteca a la que iba estaba en la plaza de al lado de la mía. Eran las cinco de la mañana y yo había bebido más de la cuenta asique me despedí de mis amigas y me fui. Cuando salí había dos chicos en la puerta que empezaron a decirme cosas. No les hice caso y tiré para alante pero me estaban siguiendo, me alcanzaron y se pusieron delante de mi. Estaba casi al lado de mi casa pero no podía pasar porque ellos me lo impedían. Me agarraron cada uno de un brazo y me metieron a un callejón. Allí...- casi no puedo hablar,recordarlo me llena los ojos de lágrimas- Intentaron violarme. Por suerte justo en ese momento apareció un señor, no se quien era, pero me salvó, me acompañó a casa, nunca he podido estar más agradecida a nadie. A los chicos no les conocía asique no les pude denunciar,además salieron corriendo en cuanto el señor pego una voz, menudos cobardes. Después de aquel día tenía pánico a salir sola a la calle y cada vez que un chico se me acercaba, aunque fuera un amigo de toda la vida, me ponía a llorar y salía corriendo. La imagen de aquella noche me daba pesadillas y no pasaba día que no llorara. La situación era inaguantable y yo no podía seguir viviendo así, asique cogí un bote de pastillas y me lo tome entero. Mi madre estaba preocupada, yo la decía que estaba mejor pero ella sabía que no. Aquella noche no bajé a cenar ni a ver mi serie favorita y se preocupó, además antes de tomarme las pastillas puse mi canción favorita de Bisbal para que se repitiera todo el rato,no se me ocurría mejor manera de morir que con él de fondo, y cada vez que mi madre pasaba por la puerta la escuchaba. Cuando entró a mi habitación se llevó el peor susto de su vida, llamó a la ambulancia,me llevaron al hospital, me hicieron un lavado de estómago y me salvaron, pero el medico dijo que si llegan a llamar 10 minutos más tarde no lo habría contado y que deberían plantearse llevarme al psicólogo. Éste me ayudó mucho,dejé de pensar tanto en esa noche y ya no volví a intentar suicidarme,aunque todavía a veces tengo pesadillas. Pero sabes? Nunca me arrepentí de hacer eso, quería haber muerto aquel día, pero gracias a que mi madre me salvo ahora te he conocido, creo esta era mi misión en la vida y no podía irme sin cumplirla. Eres la única persona que me ha dado un motivo para levantarme por las mañanas, hacia tiempo que no era tan feliz.
Jesús está llorando pero no es capaz de decir ninguna palabra, me abraza muy fuerte, como nunca antes me habían abrazado.

Mi Mejor Error jd;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora