Desde los hechos de esa apuesta de Manolo, María y Joaquín, la relación de La Catrina y Xibalba había mejorado, con tal de hacer feliz a La Catrina, era muy atento con ella, le ayudaba con sus responsabilidades, algunas al menos, le demostraba su amor de muchas maneras: enviándole caléndulas por la mañana cuando despertaba con una nota encima, siempre que podía, la abrazaba y besaba con pasión; cuando comían, Xibalba siempre le daba un beso en los labios antes de que comenzaran a comer, diciéndole:
—Buen provecho, mi amor.
La Catrina se sonrojaba un poco sonriendole con ternura, estaba tan feliz que ella repitió la misma acción que Xibalba logrando que el también sonriera, repitiéndolo de nuevo hasta terminar riéndose y empezar a comer. Por las noches, se entregaba el uno al otro con mucha pasión.
Las actividades de ellos eran distintas cada día. Un día que estaban libres, fueron a los campos abiertos de la Tierra de los Recordados, con espadas en mano comenzaban un duelo por diversión, Xibalba tenía todas las de ganar, hasta que La Catrina le aventó su espada y derribó al suelo.
—Mi padre fue un gran guerrero, me enseñó bien el uso de la espada—mencionó La Catrina apuntándole con su espada.
Xibalba estaba sorprendido por su esposa, no era como aquellas mujeres que había visto en la Tierra de los Vivos que siempre esperaban a que un hombre les salvara del peligro, ella sabía como actuar en situaciones de peligro, tal vez era por eso que su hermano nunca logró abusar de ella, podría parecer débil en su apariencia, pero era una mujer fuerte y valiente. Que equivocado estaba con las mujeres todo el tiempo. Otro día, Xibalba acompañó a La Catrina en una tarde de juegos con aquellos niños en la Tierra de los Recordados, estaba muy alegre riéndose y jugando con aquellos pequeños mientras que Xibalba la contemplada desde cierta distancia, los niños tenían miedo de su presencia. Pero no le importaba, siempre que hiciera feliz a La Catrina estar con esos niños, él lo aceptaba, amaba tanto a su esposa que no deseaba volver a romperle su corazón. Durante la noche en su habitación, La Catrina suspiraba con nostalgia recordando su tarde con los niños.
El siguiente Día de Muertos, La Catrina y Xibalba observaron a Manolo y María charlando con la familia Sánchez, ahora las cosas eran distintas ese día, debido a los acontecimientos del año pasado, ahora los muertos podían ver a sus seres queridos en la Tierra de los Vivos; la mayor sorpresa que tenía Manolo, fue presentar a todos los Sánchez a sus hijas; unas hermosas gemelas de casi 6 meses de edad, sus nombres eran: Carolina y Carlota. Ambas niñas tenían el rostro y cabello de su madre, y los ojos de su padre, Carmen estaba muy contenta de ver a sus nietas, Carlos no dejaba de salirse de la emoción de ver que era abuelo, Luis estaba muy feliz por sus bisnietas, la familia Sánchez seguiría creciendo, Carmelo le hacía cosquillas a las pequeñas. Jorge celebraba cantándoles una canción de cuna estilo opera; las Adelitas no dejaba de hacerle mimos a las pequeñas, la abuela Anita, ya les tenía unos calcetines que fue tejiendo para ellas.
La Catrina no dejaba de mirar aquella alegría que tenían por las niñas, Xibalba la veía, y por unos momentos, ella bajó la mirada un poco triste lo que preocupó a su esposo.
—¿Qué te sucede, mi amor? cuestionó él levantandole el rostro para que lo mirara.
—No es nada. Descuida, estoy algo cansada, vayamos a la Tierra de los Recordados, debo organizarles a todos la fiesta.
Algo le pasaba a La Catrina, eso pensaba Xibalba, conocía bien a su esposa, así que, averiguaría que era lo que le estaba ocurriendo.
Días después, cuando La Catrina dejó de jugar con los niños y veía a algunos reunirse con sus familias, de nuevo volvió a tener esa mirada en todo el resto del día. Xibalba no soportaba verla así, por lo que, la detuvo unos momentos antes de que ella se fuera a resolver unos asuntos mirándola de forma suplicante.
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El azúcar y alquitrán se mezclan
FanficEstos dos dioses son tan opuestos entre sí como el día y la noche, pero de alguna manera están juntos y aunque estén separados, no soportan la idea de vivir separados uno del otro. Nuestra historia se sitúa tiempo atrás, como fue que comenzó este si...