Mientras los siglos pasaban, la relación de La Catrina y Xibalba iba cada vez creciendo, el amor que le tenía la diosa hecha de azúcar era tan intenso que cuando veía que Xibalba debía pasar todo un año en esa tierra horrible a cumplir su exilio se entristecía. Por eso siempre que se encontraban se divertían como podían, sobre todo en las fiestas de los vivos donde se disfrazaban como mortales y se mezclaban entre ellos.
Claro que, no todo era perfecto en su relación, debido a que tuvieron algunas disputas, como cuando La Catrina descubrió en que en una de sus apuestas había hecho trampa, algo que le pareció indignante ya que no parecía aquel Xibalba que había ganado aquella apuesta de manera justa con la que él se había ganado el derecho a convertirla en su esposa.
¿Por qué ese deseo repentino de ganarle siempre en las apuestas? No lo entendía, tuvo hasta que replicarle varias veces, tanto que incluso en una de esas apuestas Xibalba le prometió que no volvería a hacer trampa nunca más en ninguna apuesta.
Si La Catrina se molestaba por algo que había cometido Xibalba, el dios con desenfreno le suplicaba su perdón, incluso olvidar todo su ego para que su amada novia le aceptara ese perdón y así se volvían a amar de nuevo.
«Solo así podré convertirla en mi esposa, en cuanto logre casarme con ella tendré fin de mi exilio» pensaba Xibalba. «Y el amor de una diosa que al fin me ha dado el amor que jamás recibí».
Para Xibalba era algo que adoraba, que alguien que lo ame a pesar de estar hecho de un material asqueroso era algo complaciente en muchos sentidos. Agradecía cada día ese amor que La Catrina le tenía y no estaba dispuesto a perderle por nada en el mundo, ni siquiera por el Hombre de Cera de quien sabía que estaba enamorado de La Catrina.
Menos mal que se le ocurrió hacer la apuesta y la suerte le hizo ganarla porque si no lo hubiera hecho La Catrina podría haber terminado con el hombre hecho del material con el que se fabrican las velas. Después de saber de lo mal que se había portado al esconder las cartas de La Catrina se dio cuenta que ese dios no se la merecía más de lo que él.
Otro año y un nuevo Día de los Muertos, La Catrina llegó a la Tierra de los Vivos para verse con su novio, lo esperó hasta que llegó la noche y al ver que no aparecía por el cementerio, decidió buscarlo por todo el pueblo un poco preocupada, pensando que tal vez olvidaba que ese día podría salir de su exilio.
En su búsqueda observaba a los niños jugar en los alrededores, personas vistiendo altares en sus hogares para honrar a sus muertos, el cementerio se llenaba de velas y flores en las tumbas junto a comida y bebida que los difuntos disfrutaban en vida. Todos estaban alegres, tanto que le contagiaron la alegría a la diosa, aunque se desvaneció al instante al no encontrarse con Xibalba.
¿Y si decidió no ir ese año? Pensaba ¿El Hombre de Cera será nuevamente responsable?
Se dio por vencida y se detuvo para darle fin a su búsqueda, Xibalba no daba señas de venir. Estaba por marcharse hasta que, su visión se centró en una caléndula que estaba cayendo hasta el suelo y ella la levantó.
—Aquí arriba—le llamó una voz que le era familiar.
Ella miró hacia arriba y observó como en la cima de una torre sobre unas nubes oscuras se encontraba Xibalba sosteniendo un ramo de caléndulas. La diosa hecha de azúcar se elevó hacia arriba a donde estaba Xibalba para recibir el ramo de caléndulas.
Su rostro se llevó de asombro al ver que había una mesa con unas cestas de paja llena de frutas y pan, con decoraciones de flores, calaveras y velas en el centro, unas copas y una enorme botella de vino con la etiqueta que ponía el nombre Sabor Romance.
—No te imaginas todo lo que tuve que hacer para traer todo hasta aquí—soltó Xibalba ofreciéndole la mano para llevarla a la mesa.
La Catrina estaba del todo sorprendida, incluso cuando supo que el Hombre de Cera le había prestado las nubes para organizarlo todo.
![](https://img.wattpad.com/cover/58225300-288-k120386.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El azúcar y alquitrán se mezclan
FanfictionEstos dos dioses son tan opuestos entre sí como el día y la noche, pero de alguna manera están juntos y aunque estén separados, no soportan la idea de vivir separados uno del otro. Nuestra historia se sitúa tiempo atrás, como fue que comenzó este si...