Parte/29/pedida de mano

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Por su parte Santiago quedo muy impresionado con Julia es por eso, que el siguiente domingo se quedó esperando en la esquina de la casa de Francisca, allí estuvo largo tiempo esperando pacientemente a que saliera Julia, cuando la vio salir le salió al encuentro, ésta al verlo tan repentinamente exclamo muy alterada.

─¡Ay oiga me asustó! ¿Qué está haciendo aquí, por qué no entra a la casa?

─Porque quiero hablar contigo a solas.

─Oiga no sea igualado, yo no le di motivo pa que me tutee, ándele si viene con mi abuela llegué y si no déjeme en paz.

─Que te digo que quiero hablar de algo muy importante que solo a ti y a mí nos incumbe.

─¿Y qué es eso que nada más nos incumbe a usted y a mí?

─Quiero que seas mi novia.

El corazón de Julia latió tan fuerte que sintió que se le quería salir del pecho de la emoción, pero se contuvo, le contestó.

─Pues fíjese que eso no se va a poder.

─Pero ¿Por qué, que es lo que le impide corresponderme?

─Muy sencillo, porque yo ya tengo novio.

─Pues termina con él.

─¿Y por qué lo voy a terminar? Nada más porque usted lo dice.

Santiago soltó una ruidosa carcajada, cuando terminó de reír la tomó de la cintura, la recargó en la pared y la beso, fue un beso suave, pero nada casto, ella disfruto mucho, pero reacciono inmediatamente, se soltó de los brazos que la aprisionaban y le propino una bofetada con todas sus fuerzas a Santiago.

Él sonriendo le susurró al oído.

─A poco no te gusto.

─Como se atreve, yo soy una muchacha decente, no soy como las que usted sabe tratar.

─Pues por eso me gusta más, usted parece una virgencita y yo la quiero para mí solito.

Ella se soltó de los brazos del hombre y se fue corriendo a la casa de Francisca, se sentía acalorada, bien lo dijo Santiago, a ella le había gustado el beso, desde ese día el hombre se le aparecía donde ella iba, ella se hacia la enojada, pero bien que le gustaba, tanto insistió Santiago, que Julia acepto ser su novia, él le pidió o más bien le ordenó.

─Como ya eres mi novia quiero que inmediatamente cortes con tu noviecito.

─En cuanto lo vea lo voy hacer.

Ellos se veían a escondidas, cuando Francisca se enteró le advirtió a su nieta.

─Pero Julia, en qué cabeza cabe que andes con ese fulano, yo lo estimo mucho, pero eso no le quita lo que es, no seas pendeja, Santiago es un enamorado empedernido, él ve una escoba con faldas y a esa enamora, no eches a perder tu vida, el jefe tiene que ofrecerte, este desgraciado no tiene ni en que caerse muerto.

Julia solo ría y callaba.

Para Ramona, no paso desaparecido el comportamiento de su hija la veía contenta, radiante, todo el día cantaba se recordaba así misma cuando estaba tan enamorada de su querido patrón, ella se decía.

─Bueno poco a poquito Gonzalo está logrando meterse en el corazón de Julia.

En la próxima visita de Gonzalo, Ramona observó que su hija no sentía ninguna emoción con su visita, al contrario, se veía molesta, entonces, lo comprendió todo, su hija estaba enamorada pero no de Gonzalo.

RamonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora