Capítulo 1

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Conociéndote.

____POV

Sé lo que los hombres quieren. Siempre buscan lo mismo. Sexo. Perversión. Jugar. Es por eso, que yo voy por ellos. Así de simple. Ellos no juegan conmigo. Yo juego con ellos.

Tengo un grupo de amigas... más bien conocidas, que no son más que unas perras. Es verdad, sé que están conmigo porque les acarrea fama... y por eso me siguen como perritos falderos. La única que realmente vale la pena es Alice, porque ella es como yo, y no busca llamar la atención por mi causa. Ella sola es un maldito imán. Así que como verán somos la una para la otra.

En el colegio ya no hay nadie que en realidad valga la pena. Unos cuantos chicos que me llamaron la atención, ya eran historia antigua. Nada más que una noche de pasión o dos, si es que el tipo era muy bueno. Eso era todo para mí. Lo gracioso es que la mayoría de los idiotas quedaban prendados y me estaban molestando por semanas, antes de darse cuenta de que ya habían sido desechados. El último de ellos había sido Mike Newton, un lindo chico rubio, tan bello como idiota, al que me llevé a un hotel una noche, pero el muy necio no sirvió de mucho... no duró nada y simplemente no valió la pena.

Todo un fiasco.

El resto era nada más que un montón de perritos falderos que ponían el mundo a tus pies por un beso o una mamada. Idiotas. ¿Qué creían que yo estaba a la venta? Yo elijo a mis hombres, no ellos a mí. Por lo que, por ahora.... estaba en sequía. Qué mierda más grande.

Estábamos en lo mismo de siempre, en medio del patio, tomando un poco de sol, que era muy escaso en el estúpido pueblo al que me había mandado mi madre. La muy idiota me envió con mi padre porque dijo que yo era una pérdida y no tenía futuro si seguía cogiéndome a todo Phoenix. "Mira quién habla" le contesté, y me mandó de una patada a Forks. Maldita.

Ahora tenía que estar entreteniendo a un cúmulo de estúpidas que me seguían para ver si conseguían algo de sexo con mi fama. Ellas se hacían cargo de mis sobras. Eran como un cúmulo de malditas rameras...

Fue entonces que vi a aquel chico que, si no fuera por mi completo aburrimiento, jamás hubiese visto. Ni siquiera de lejos. Pero ahí estaba, observándolo y analizando mis opciones. Como si se tratase de un juego. La historia de mi vida.

-Hey, Alice - le dije a mi amiga, golpeándola en una pierna- ¿Quién es ese?

-¿Quién? - susurró Alice, que estaba ocupada mirando la cancha de rugby, mirando traseros.

-Ese chico de ahí... el de lentes. - le dije

-¿Esa cosa? -dijo Alice con un dejo de asco.

-Bueno, ¿Me dirás o no quién mierda es?

-Vaya _____ , te hace falta un buen polvo chica....-me dijo- claro que sé quien es. Es un idiota, si quieres que te lo diga. Se llama Ross... Lynch, o algo así. No es más que una rata de biblioteca. Nada de tu tipo.

-Mmmm- dije yo, observándolo

Alice era muy amiga mía, pero era una estúpida. Si no era capaz de ver el potencial de ese chico, era porque le faltaban neuronas. Era alto, se notaba que tenía un cuerpo atlético. Tenía la piel algo bronceada y el pelo rubio claro demasiado peinado, con una partidura al medio que lo hacía ver más bobo de lo que ya era. Además esos lentes... por Dios, hace años que habían inventado los lentes de contacto.... estaba sentado leyendo y tenía las piernas abiertas. Deliberadamente fije mis ojos en el bulto de su entrepierna y pude ver, aún desde la distancia que el chico tenía lo suyo. Un cambio de ropa, un corte de pelo.... adiós a las gafas.... y sería todo un dios... habría que ver lo demás.

Pervirtiendo A RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora