Capítulo 8

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Quien siembra vientos, cosecha tempestades.

Ross POV.


Esto no me podía estar pasando a mí. Quizás estaba soñando, pero el fuerte temblor de mis piernas me indicaba que este no era un sueño.... precisamente.

___ me besaba y yo no estaba en mis cinco sentidos, pero de todas formas le respondí el beso con anhelo... mi mente se encontraba enredada entre las cosas de las que me había enterado recientemente, como la historia completa de Riker y ___ o que Ellington y  mi hermano eran bastante amigos... claro, no se veían hace mucho, pero incluso Ellington los llamo por teléfono para invitarlos y charlar un rato...

Ese chico Ellington era todo un lujo. Ni de cerca parecido a su hermana...

Pero casi ya no podía ni recordar lo que había hablado. Estaba siendo tocado... ¡Y de qué manera!... por dos hermosas chicas... y esto me estaba pareciendo genial.

Lo que era claro es que yo era un mar de nervios. ___ me acariciaba el cabello y el pecho y estaba desabotonando mi camisa. Sus manos eran el mismo cielo. Por su lado, Tanya estaba abriendo con lentitud el cierre de mi pantalón, yo era simplemente incapaz de moverme, decir o hacer algo. Era arcilla en sus manos.

Traté de incorporarme, pero ___ no me lo permitió. Con una agilidad envidiable se subió sobre mí,  basándome nuevamente y con esto, impidiendo que me moviera. Tanya había comenzado a bajar mis pantalones y comencé a sentir una gran vergüenza. Sería la primera vez que estuviera desnudo delante de una mujer y para el colmo, en este caso, eran dos. No estaba muy seguro de ser capaz de seguir.

- ___- murmuré, tratando de hablar en forma coherente, sin mucho éxito.
- No digas nada cariño, está bien... relájate... -me dijo, besando mi cuello.

- Dios ___, qué hermoso hombre... - musitó Tanya.

La voz de Tanya era dulce y sedosa. Me gustó su voz. Aunque apenas podía verla, pues ___ estaba en primer plano, podía sentir muy bien lo que hacía... y mi corazón estaba bombeando a mil por anticipación. Esto eran un sueño hecho realidad.

Mientras ___ me besaba con pasión, sentí que las manos de Tanya acariciaban mis piernas desnudas. Se me erizaron los vellos y comencé a sentir la excitación llegando. Yo sólo estaba en bóxers y me puse algo nervioso. Era inevitable.

___ bajó de pronto de mí, y se sentó a mi lado. Yo era el único ahí con poca ropa. Las vi sonreírme y luego, como si quisieran acusarme algún tipo de daño cardíaco, se comenzaron a desnudar entre ellas. Creí que los ojos se me saldrían de sus órbitas. Lo juro.

___ quitó con suavidad la suave blusa negra que llevaba Tanya, dejándola solo con una incitante ropa interior roja, que contrastaba con su blanca piel. A su vez, Tanya quitó la blusa con suavidad a ___, acariciando uno de sus senos en la maniobra. Ella estaba en ropa interior negra y me excité de sólo verla. Increíblemente tenía a dos bellezas ante mí, pero mis ojos insistían en seguir a ___. Sentí celos de Tanya, y me sentí ridículo. Pronto todo sentimiento se disipó cuando vi como las dulces manos de ___, tocaban los pechos de Tanya sobre la ropa. Ellas me miraban en cada movimiento y me sentí hipnotizado por esos ojos, que me miraban con deseo. Ambas. A mí. Esto era increíble.

Luego, Tanya besó a ___. El beso fue suave, pero me encendió increíblemente. Vi sus labios mordiendo los de ella y viceversa. Sentí un cosquilleo automático en mi entrepierna y una sensación de palpitar que ya me estaba resultando muy conocida. Estaba totalmente excitado y esto se notaba demasiado. Vi sonreír a Tanya y ___ se mojó los labios. Si esto seguía así, iba a tener un orgasmo sin que me tocara nadie. Eso era seguro.

Pervirtiendo A RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora