Capítulo 7

247 12 5
                                    

Mala Hierba.

___POV.

Estaba en el Instituto y ya seria el cuarto día que Ross no aparecía. Empecé a pensar que no lo volvería a ver más, quizá se me pasó un poco la mano con lo que hice, pero yo no creía que fuese tan malo. Además, el pendejo se lo merecía, por idiota.

En mi interno, deseaba verlo. Me descubría a mi misma mirando anhelante la entrada del Instituto, pero no aparecía. Lo hubiese llamado, pero no quería toparme con su familia.... ¿y si resultaba que él les había contado algo? Él se lo perdería, porque si lo hacía, yo no le hablaba más. Pero aún así me gustaría saber que pasaba con él... No sé, por lo menos saber algo y ya.

Fue cuando finalmente apareció. Lo vi en cuanto entró, porque el chico brillaba más que un sol, ahora que estaba con su cambio de look. Mis amigas no lo habían visto, y me reí de ellas cuando comenzaron a preguntarse quién sería el nuevo chico que venía entrando.

- No sean taradas-les espeté- no es ningún nuevo. Es Ross Lynch.

- No puede ser... Ese no es Ross... ¿o si?

- Si que lo es -dijo Jessica con enfado- mamá le cortó el pelo... se ve divino ¿no creen?

Uf, el silencio otorga y estas perras se lo estaban devorando con los ojos. En realidad se veía muy bien... había hecho un buen trabajo. El cabello se lo había dejado despeinado y no llevaba esos lentes feos. Vestía jeans, camisa y llevaba un sweater en los hombros. Era una delicia... y a mí me estaba dando hambre. Cuando casi estaba llegando a su lugar vi que se topó con mis ojos. Por un instante me perdí en esos ojos verdes, pero sólo un instante. Luego ya no lo miré más, para que no se creyera el cuento. Había que ser de este modo con los hombres o te basurean. Yo sé muy bien eso.

Condenado. Al verlo de espaldas miré un poco más de la cuenta y ya me veía apretando ese lindo trasero o abrazada por esos brazos... me sentía así por la falta de vida sexual. Pero ya me había contactado con Jacob, el chico de la otra noche en el Fantasy, para disculparme y habíamos quedado de vernos... eso era polvo seguro y adiós sequía... así podría seguir amaestrando a mi mascotita sin pensar idioteces.

Las chicas quedaron todas encandiladas con Ross. De todas maneras, las dejé advertidas, que no se pasaran de listas.

- Escuchen, pequeñas zorras -les dije- Ross Lynch es mío, está claro... y no se cuando me aburra de él.... mientras, ni se les ocurra mirarlo.

- Cánsate, te lo ruego - me dijo Victoria, la zorra más grande después de Alice y yo, claro está.

- ¡Ese es mi problema pendeja! -le grité- ni se te ocurra que compartiré a mi creación. Si ninguna se fijó en ese chico antes, están jodidas ahora...

- ¿Será virgen? -preguntaba Jessica, deleitándose al mirarlo irse.

- No lo será por mucho más, si lo es -reí yo. Sabía que si lo era.

- Qué maldita, déjaselo a una chica que lo quiera. -me gruñó Alice, que había estado extrañamente silenciosa.

- Hey, los hombres están ahí para nosotras. Yo lo vi primero y es justo que yo lo pruebe primero. Si nadie más lo hiso no es mi problema. Zorra entrometida.

Pervirtiendo A RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora