Capítulo 11

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Monstruo.

Ross POV.

Fui un total pendejo al siquiera pensar que _____ podría ser remotamente distinta a lo que recordaba. Ella era y seguiría siendo igual. Se veía diferente, externamente, pero por dentro...

Lo supe cuando me topé con sus ojos y lo siguiente que vi, fue a ella besando a un chico. Se me revolvió el estómago y la comida me hiso daño. Tenía ganas de vomitar o algo peor... como ahorcar al muchacho y a _____ de pasada. Luego tirarles los espaguetis encima y reírme de los dos... pero no hice nada. Sólo me puse de pie y puse cien dólares en la mesa.

- Vámonos de acá, por favor -dije casi susurrando.

Todos habían visto lo mismo que yo, así que en silencio, me siguieron hasta el estacionamiento, a buscar el Jeep de Ellington.

Me llevé la mano al puente de la nariz y sentí que el pulso me golpeaba en los oídos. No estaba dolido... estaba realmente furioso. Y entonces, oí una voz que terminó por quebrarme lo poco de cabalidad que tenía.

- Cariño...

Esa voz me rodó por meses en la cabeza. El mismo timbre lascivo. El mismo timbre codicioso. _____.

Me volví despacio para mirarla y me quedé sin aire.

No podía verse tan bien. No podía ser más hermosa de lo que recordaba. Y ahí estaba, de pie ante mí, luciendo como un ángel. Aunque fuese uno caído. Sería porque ahora su ropa no mostraba, sólo insinuaba. O seria por su pelo, que caía hermosamente por sus hombros, libre del color azabache que solía usar y extensiones... o tal vez esos labios, hermosos, frutales, lustrosos, invitando a ser besados, o las curvas de su cuerpo... o sus senos, apenas visibles ahora. El aire me empezó a faltar y creí que me daría un ataque de calentura o algo así. Pero recordé lo que acababa de suceder y la ira me embrago de nuevo. Ella era como un demonio maligno y no me dejaría arrastrar. No ésta vez.

- No me llamo cariño _____ -le dije, tratando de sonar sereno. -mi nombre es Ross.

La vi temblar levemente. Como si mi voz la hubiese dañado. Era evidente que estaba nerviosa. No aparecía ella misma, siempre tan llena de confianza. Se veía vacilante, como una niña. Muy inteligente Swan.

- ¿Cómo has estado Ross? -preguntó remarcando mi nombre.

Sentí a Ángela alejarce de mí, para darnos algo de espacio. No quería que se fuera, pero no podía quitar mis ojos de _____. Maldita bruja. Era hipnotizante.

- No tan bien como tú. -le dije, sin medir lo que decía.

- Tú te ves bien... -Me dijo con algo de temblor en su voz. -muy bien -repitió.

- Gracias -le dije, nervioso.

Su comentario me había tomado por sorpresa y me había causado un temblor nada agradable al nivel de mi entrepierna. No podía estar pensando con mi intimidad en un momento como éste... "Por Dios Ross, enfócate" me exigí. "Deja de mirar sus piernas y di algo sensato" me recriminé.

- ¿No te gustaría... dar una vuelta? -me dijo.

No podía creer lo que había escuchado... ¿En realidad quería estar conmigo como si nada? ¿Es que estaba loca? ¿Y qué demonios estaba haciendo yo analizando la posibilidad de hacerle caso?

Pervirtiendo A RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora