Capítulo 32

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El Pasado Golpea Duro, Pero Yo Más.

___ POV.

Para cuando abrí los ojos, ya no estaba en mi casa. Me tenían atada a una dura y extraña cama, y no reconocía nada a mí alrededor. Mi mirada fue borrosa y errática por unos minutos, pero luego ya pude reconocer que estaba en un sitio que no me era familiar. Traté de moverme pero me di cuenta de que estaba inmovilizada. En la habitación, no había nadie, pero se oían algunos murmullos en alguna habitación cercana. Traté de recordar algunos datos, pero mi cabeza dolía muchísimo. Lo único que pude asimilar fue que no estaba en casa y que el culpable de todo esto era Phil. Y Jacob. Ese puto bastardo.

Trate de zafarme del agarre, pero fue imposible. Sendas cuerdas rodeaban mis manos y también mis pies. Solo habían tenido la delicadeza de no amordazare, aunque creo que solo lo habían olvidado. De pronto, un recuerdo me golpeo en forma demoledora.

Ross.

¡Dios mío!

La última vez que supe de él, había sido golpeado bestialmente por Jacob. Lo más probable es que lo hubiese noqueado. Solo quería que estuviese bien y que tratase de encontrarme, pues eso podría hacer que corriera aún más riesgo. Si es que estaba bien.

Traté de buscar alguna debilidad en las amarras o de ver alguna forma de soltarme. No la encontré, y bufé desesperada. Esto no me gustaba nada y viniendo de Phil, no podía ser nada bueno. Me estremecí al recordar su cercanía.

Deben haber oído algún movimiento en la habitación, pues en dos segundos los tenía a mi lado. Ambos me observaban con una sonrisa en el rostro, y me llamo la atención la familiaridad con que se trataban. Eso me parecía sospechoso.

- ¿Estás cómoda, querida?- pregunto Phil, con una sonrisa que no podía presagiar nada bueno.

- Creo que está algo asustada- dijo Jacob, acariciándome una pierna.

Me volvía una completa idiota e incompetente con Phil cerca. Era verdad que estaba furiosa, pero el miedo que sentía ante su presencia era mayor a cualquier furia. Sentía como la barbilla me temblaba y las palabras no salían de mi boca.

- Pues tiene razón de tener miedo- dijo Phil con voz ronca. Esta pequeña zorra y su madre me deben muchísimo, pero son unas malagradecidas. Hay que enseñarles modales, sobre todo a las mentirosas como ______- murmuro Phil.

- Quisiera ver eso- murmuro Jacob, acariciando mi muslo.

La cercanía de Phil no me hacía bien. Normalmente le hubiese dicho miles de cosas, pero nada parecía salir de mis labios secos. Lo único que salió de mí fue una lágrima traicionera, que rodo por mi mejilla hasta caer a la cama. Sentía nauseas.

- Mírala tiembla como una hoja- murmuro Jacob, sentándose a mi lado- No te preocupes amor, no haremos nada que no hayas hecho antes. Creo que hasta te gustará.

Abrí los ojos como platos al escuchar las palabras de Jacob. No irían a hacer lo que estaba pensando ¿verdad?

- Si se te ocurre ponerme un solo dedo encima, Ross te matará- le escupí furiosa, sin mirar a Phil, o se me acabarían las palabras.

Jacob rió, y eso solo me enfureció más.

- Claro. Eso si tu inútil novio te encuentra. Recuerdo que la última vez que supe él no era más que una basura tirado en la alfombra, el muy debilucho no soportó ni siquiera un golpecito. Además no sabe a dónde te trajimos.

Oí la risa burlona de Phil y me estremecí por completo con la oleada de recuerdos que me vinieron. Con terror advertí que Phil se acercaba a mí, haciéndome sombra con su cuerpo. El terror me paralizó una vez más y mi respiración se hizo rápida y agitada. Sentí su mano áspera en mi rostro y trate de gritar. No pude. Solo un sonido bajo parecido a un gruñido ahogado salió de mi boca. No podía contra él. Lo único que sentía era el golpeteo incesante y acelerado de mi corazón. Creí que moriría cuando me tomó por la barbilla y me hizo mirarlo a los ojos. Las lágrimas salieron automáticamente y me estremecí.

Pervirtiendo A RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora