Capítulo 21

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Explicación Accidentada.

Ross POV. 


Esto era el cielo. O me había muerto y no me había dado cuenta. Tenía a un ángel a mi costado, sonriéndome y mirándome, y eso yo no lo merecía.

No quería separarme de ella cuando nos subimos a nuestros autos, pero tenía que ser así. Ni modo que dejásemos lo autos varados en la calle en plena carretera.

Manejé rápido, llegando unos cinco minutos antes que ___. La esperé dentro del auto de Ángela hasta que llegó. Se veía hermosa con mi camisa, aún amarrada en la parte de abajo y abrochada del único botón que se había salvado de su ataque. Le quedaba mejor que a mí, eso era seguro.

La miré cuando bajó del auto y aún no me creía lo sucedido. Me quería. Ella me quería. Y no sólo eso, me lo había demostrado... ¡Y de qué forma!

Si contara con todas las veces que soñé con tenerla entre mis brazos, susurrando mi nombre y  perdida en el éxtasis que sólo  yo podía entregarle... pero, en realidad pensé que sólo serían sueños, nunca creí que realmente llegaran a ser reales. Pero heme aquí, impregnado de su aroma y mis manos, aún estaba su sabor. No había hombre más feliz en el universo que yo en este momento.

Me bajé del auto y me acerqué a ella, y sin que lo esperara, la atrapé en un frenético beso. No podía cansarme de ella, y ya temía que me tomara por algún tipo de enfermo sexual. No me importaba en realidad. La deseaba, la quería siempre en mi cama, quejándose y desnuda, siempre desnuda.

Ella me amaba. Lo había dicho. Y yo se lo había reafirmado, porque creo que ella ya lo sabía. Eso me llenaba de dicha y orgullo. ___ era mía, no importaba nada más.

-¿Estarán aún en casa? -preguntó ___, sacándome de mi ensoñación.

-Averigüemos -le dije.

La puerta estaba abierta. Aún se oía música y voces en el interior, por lo que deduje que la fiesta aún no había terminado. Tal vez estaba por hacerlo. De todos modos, con ellos, nunca se sabía.

No tuvimos que esperar mucho para saber lo que pensaban. La música se detuvo en cuanto entramos. Y ahí estaban ellos.

Había diferentes expresiones ahí... podía ver la cara de asombro de Riker, la sonrisa cómplice de Ellington, la cara de ira de Rydel y la cara de "Ya lo sabía" de Alice... aunque las expresiones más graciosas eran las de Jessica y Victoria... no se lo podían creer. Ángela estaba simplemente feliz, y extrañamente acompañada... ya tendía que conversar de eso con ella.

-¿Se puede saber dónde han estado metidos durante toda la noche? -gritó Rydel, furiosa.

-Wow -dijo Ellington, riendo- Yo creo que se perdieron en el bosque... los veo un poco revolcados.

-No sé qué pasaría, pero ¿Me pueden explicar por qué traen el pelo lleno de pasto y ramas? -preguntó Alice.

-Pero, amor, eso es fácil. Estuvieron dándose un tremendo revolcón... ¡Mira nada más la cara de cansancio que traen! -dijo Riker.

Yo estaba rojo de vergüenza. ___ sólo sonreía, aunque estaba bastante sonrojada, pero bastante menos que yo. Lo único que quería era que se largaran y quedarme con ___ descansando el resto del día, o por lo menos algunas horas.

-No es su problema saber dónde estuvimos -gruñí yo, abrazando a ___ -sólo lamento no haberles avisado, pero estamos bien.

-Muy bien -remarcó ___, mirándome. 

Pervirtiendo A RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora