La Boda de Vee

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Narra Nora:

Patch era mi complemento perfecto, era lo que necesitaba.

Lo que me faltaba.

No sé qué haría sin él, la verdad es que desde que el llego mi vida era más entretenida, había tenido muchos... muchos problemas, pero él siempre estuvo ahí... casi siempre, lo importante es que ahora estamos juntos y no hay nada ni nadie que nos pueda separar.

A pesar de que seamos de razas distintas, nos ganamos el derecho de estar juntos y tanto Basso como los demás arcángeles lo saben, después de todo nos encargamos de mano negra.

Nos decidimos del delvicraft y de todos aquellos que lo manipularon.

De igual manera a Patch no le importa lo que ellos piensen... y a mí tampoco.

Lo único que me importa es estar aquí, justo donde estoy, en una cama, en un hotel muy cerca de donde esta Vee, mi madre y todos los amigos de Vee.

Me encanta sentir el rose de la piel de Patch sobre la mía, mi oreja en su pecho, su respiración en mi nuca, su cuerpo desnudo junto al mío.

Pero sobre todo me encanta saber que Patch puede sentirme.

Sé que no debería hablar sobre eso, pero de igual manera me atrevo a hacerlo.

- ¿Patch? -supongo que duerme al ver que no responde- ¿estás durmiendo?

-Para ti siempre estaré despierto Ángel- escucho el leve susurro de su voz en el silencio de la habitación.

- ¿Qué crees que siga? - digo con algo de temor.

- ¿A qué te refieres? - me pregunta mientras se mueve acomodándome para verme a los ojos, tiene el ceño ligeramente fruncido y la voz algo cansada.

- ¿Qué crees que pasara con nosotros? ¿Qué más pasara? - después de todo lo que habíamos vivido no tenía ni la menor idea de como seguiríamos, ni de nada que tuviera el destino preparado para nosotros.

-Seremos felices -dice con seguridad, pero puedo notar claramente que solo lo dice para tranquilizarme.

Me quedo callada ante su afirmación, no sé si discutir sea la mejor opción, esto estaba creando tensión entre ambos.

-Nora... -Patch me mira directo a los ojos-dime lo que te atormenta.

-Es que cada que parece que seremos felices algo pasa y... y alguien termina muerto.

-No comprendo- estaba segura que él no quería escuchar mis dudas, pero seguí.

-Patch, cuando por fin pudimos estar juntos, después de la muerte de Chauncey las cosas no salieron bien, primero tú y Marcie...

-Podemos no mencionarla- me interrumpió. Sé que a él tampoco le gustaba hablar de ella, así que preferí dejarlo.

-Después, Rixon trato de matarme y él termino muerto- continué tratando de mantener la voz lo más neutra posible -cuando las cosas por fin se arreglaron... mano negra... Hank... ya sabes, después de eso... la guerra y tanto Dante como Scott están muertos, Patch ¿y ahora qué sigue?

-No dejare que nada te pase- me aseguro y cerro la conversación dejando un beso en mi frente de forma protectora.

-Lo sé-susurré, negándome a dejar el tema-pero me preocupa perderte... casi lo hice una vez, no quiero volver a pasar por algo así.

-Solo intentaremos no meternos en problemas ¿sí? - su voz era casi como un regaño, un regaño dulce y sabía que lo decía por mí.

Entonces no me quedo de otro que acceder y recostarme de nuevo en su pecho, dejé que el calor de su cuerpo me llevara a un lugar más tranquilo, me permití disfrutar de ese momento.

Narra Vee:

Después de la ceremonia, no volví a ver a Nora, estaba segura que Patch la había llevado a algún lugar para hacer... bueno, ya saben.

La verdad no esperaba que se quedaran mucho tiempo, pero por lo menos esperaba que se despidieran, aunque pensándolo bien... ese no era el estilo de Patch... y ahora tampoco el de Nora.

De todas formas, la noche no se acabaría por ellos, yo era el centro de atención al inaugurar la pista de baile.

Era mi boda.

Estaba parada en el centro de la pista con mi amplio vestido, viendo entre la multitud. Esperando a mi nuevo marido.

Las personas me observaban desde mi alrededor y di una pequeña vuelta dedicándoles sonrisas a todos mientras esperaba, me detuve cuando noté que los invitados se abrían para permitirle el paso a Gavin, llevaba un hermoso traje gris y caminaba con una sonrisa hacia mí.

- ¿Lista cariño? -asentí mientras su mano tomaba la mía y nos guiaba hacia el centro de la pista.

Sus manos se colocaron en mi espalda baja, las mías rodeaban su cuello, mis pies picaban más por terminar esto que por comenzarlo, mi garganta se sentía seca, de pronto sentí como si llevara años sin tomar agua, el amargo sabor volvió a mí como el sol cada mañana.

-Tranquila- Gavin comenzó a moverse lentamente conforme a la música, yo solo seguí sus pasos- sé que es abrumador para ti, pero míralo de esta manera, el estrés de que algo salga mal ya no existe, mi amor... todo salió a la perfección, eres el centro de atención, no llores- me suplico Gavin.

Yo no me había dado cuenta de que las lágrimas corrían por mis mejillas hasta que él lo dijo.

Quería decirle que no lloraba por eso, quería que supiera que en realidad nunca llore por eso... pero ni siquiera fui capaz de decírselo a mi mejor amiga. Nadie lo sabía.

Y nadie lo sabrá nunca.

No es correcto llorar en tu boda... al menos no por otro chico... no por alguien de tu pasado... no por Scott.

Lo peor es que aún lo veía, y me observaba mientras bailaba con Gavin, era como un fantasma que me perseguía. Era mi propio fantasma, que me miraba desde lejos.

-Felicidades-me susurro su fantasma.

Scott me observaba desde la mesa de pastel. Él era algo que había tratado de evitar, algo que me seguía desde su muerte.

Algo que aún no comprendía.

Hush Hush: ReverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora