Ya habían pasado tres días del incidente en la oficina de Kenia. Se habían tomado muy enserio lo de querer matarnos a los dos así que fuimos a la casa de Alex donde el nos escondía durante un tiempo. Ahora sólo estábamos nosotros tres, April, Alex y yo. Todos en la ciudad nos querían muertos ya que Kenia me hizo ver como el traicionero que no soy y que nunca espero ser. Ahora April y yo somos los mas buscados aquí. Así que nuestra única opción será escondernos hasta no se sabe cuando. Así que estamos con Alex y me preocupa ya que él esta buscándose un gran problema al cubrirnos a nosotros. Kenia es una loca y lo va a querer matar a él también pues ahora queda el disimular que no nos ha visto aunque nos vea todos los días en su casa y nosotros escondernos para que no nos maten.
Alex había salido a hablar con Kenia ya que ella lo mando a llamar. Por lo que estábamos April y yo en la casa de Alex. Estaba en la sala mirando por la grande y linda puerta de cristal estaba abierta y cubierta por unas cortinas que dejaban ver al seco patio que tenía Alex, mientras tomaba un café y leía un libro de misterio que me a cantaba. Luego de unos segundos me asusté al escuchar algo de cristal romperse en el piso en uno de los cuartos. Rápido me paré de la silla reclinable y puse la taza de café y mi libro en la mesa a un costado de la silla. Me dirijo al pasillo y choque con April que salía corriendo de el cuarto que le había dejado Alex para que se quedara.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien? -pregunté preocupado.
-Mmm eso creo pero tengo una pregunta. -le hice una señal para que me dijera.
-¿Sabes como curar una herida abierta? -preguntó con sonrisa insegura.
-¿Qué pasó? -le pregunte asustado.
-¿Sabes o no sabes?
-Pues si pero, ¿qué pasó?
-Me corte. -me sonrió.
-¿Qué? Déjame ver.-me extendió su mano y tenía una larga línea que iba desde el dedo índice hasta su muñeca.
Fui rápido a la cocina por un paño húmedo y volví para curar un poco la mano ya que obvio no soy médico así que hice lo que pude. Luego busque alcohol, vendas y otras cosas de primeros auxilios y fuimos a la silla reclinable en la que estuve hace unos minutos y se sentó y curé su mano.
Luego de eso ella fue a su cuarto y yo me quede dormido de la silla reclinable hasta escuchar a April llamarme, gritando y moviendo mi brazo de forma desesperada.
-¡Matt! ¡Matt! -abro mis ojos inmediatamente y caí de pie de un brinco, estaba gritando muy asustada. Su mirada se veía muy aterrada.
-¿¡Qué pasa!? -pregunté muy asustado.
-¡Tenemos que irnos ahora! -dijo muy alterada mientras señalaba a la puerta. Caminé hacia la puerta para ver qué sucedía y vi a Alex corriendo hacia nosotros y unos tipos tras el corriendo hacia la casa mientras nos gritaba que huyamos.
-¡Corran, sálvense! -tomé a April de la mano y salimos corriendo de la casa descalzos y había fango en el piso por lo que resbalaba un poco, pero seguimos corriendo. La verdad no me quería ir pero Alex me mataría si no lo hacía así que me puse en sus pies a él le gustaría que yo esté bien así que corrimos. No pasó mucho cuando se escucho un disparo. Me detuve y sentí como casi se me sale el corazón.
No. Me volteé y vi a Alex en el suelo. Alex. No. Alex no cualquiera menos tú.
-¡Alex! -grité muy fuerte con todas las fuerza a que tenía y no puede aguantar caer al piso de rodillas. No mi mejor amigo no. No todos menos él.
-¡No! ¡Alex! ¡No! -sentí un fuerte vacío en mi corazón y no pasó un segundo y bajo un lágrima por mi mejilla comencé a llorar. Él no, pues él lo es todo para mí. Él es como mi hermano, mi única familia podría decir, lo más cerca de una familia que puedo tener y ahora lo pierdo.
-Matt. Tenemos que irnos. -decía April mientras tocaba mis hombros.
Me puse de pies seque mis lágrimas y iba a correr allá a matar a esos idiotas. Pero sentí la mano de April tomar mi mano. Su toque frío me hizo calmarme. Voltee a verla y ella me miraba con los ojos llorosos pero no había llorado todavía.
-Tranquilo sé que estás destrozado y que no te esperabas eso, la verdad yo tampoco pero piénsalo. Alex quería que nos salváramos así que creo que en su nombre y por respeto a él deberíamos irnos de aquí antes de que nos maten a nosotros también. Hazlo por Alex si. -me dijo tocando mis mejillas con sus suaves y frías manos mientras secaba mis lagrimas.
-De acuerdo. Ahora vámonos dije sorbiendo mi nariz y calmándome un poco aunque fuera casi imposible pero no pude salvar a Alex pero si puedo salvar a April así que de ahora en adelante ella será mi única razón de estar vivo.
-¡Están allá! -se escuchó uno de los hombres gritar mientras nos señalaba. Rápidamente toma a April de la mano y corrimos hacia el bosque que estaba detrás de la casa de Alex. Corrimos como por un minuto los tipos nos seguían y nosotros seguíamos corriendo tratando de salvar nuestras vidas de esos inútiles. Seguimos corriendo hasta que pisé una piedra y me dolió muchísimo ya que no tenía zapatos puestos y April me miró y dijo.
-Ven vamos tras esas matas. -pues nos metimos en los arbustos para perderlos. Luego de un rato que siguieron corriendo salimos y revisamos mi pie y estaba sangrando pues me dolía mucho. Había pisado una piedra que había en el suelo y me corté.
-Sigamos. -le dije a April.
-¿Estás loco? ¿Cómo pretendes seguir con una herida en la palma del pie?
-Olvídate de eso, peor será si nos pillan y nos matan así que sigamos.
-¿Estás seguro? -me miró confundida.
-Si ya vamos sigamos. -digo mientras la tomo de la mano.
Seguimos corriendo sin saber hacia dónde. Hasta escuchar un cascada cerca, April me miró con brillo en sus ojos.
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Origen
General FictionMi nombre es Matt Grimes, tengo 19 años y vivo una vida como muchas personas pero la mía es muy diferente en muchos sentidos. Nadie sabe que se siente vivir al límite sin tener nada importante que hacer o una vida como todos quieren por otras perso...