Desperté. Pero está vez era otro lugar distinto. Esta vez estaba afuera, al aire libre con el fuerte sol sobre mi cabeza, amarrado a un fuerte tronco con sogas. El lugar estaba rodeado de muchos árboles y plantas. Estaba escondido de todo, por lo que no podía ver más que árboles, hojas y ramas.
Pasaron horas y trataba de soltarme pero era imposible. Cada vez tenía más dolor en la parte de las costillas, cara, espalda, piernas y estomago, etc. No solo por los golpes que me dieron ya que fueron muchos y entre muchos, también era por las fuertes sogas que me apretaban y la fuerza que hacía para soltarme. Cada vez tenía más hambre y dolor. Pero nunca apareció nadie.
Así pasé un día.
Moría de hambre, aunque el dolor ya había calmado, todavía me dolía la parte del torso ya que era donde más apretaban las sogas, me dolía el pecho y el estomago. Sentía que no podía más. Cada vez que serraba mis ojos, inconscientemente pensaba en ella, era imposible no pensar en April, era horrible no saber nada de ella. Me dolía más no saber nada de ella que el dolor físico que llevaba sintiendo hace días.
Luego de unas horas callo la noche y nadie había venido a verme, todo igual a como habían pasado estos dos días y igual a como pasé otro día más.
Todo era igual hasta que escucho un fuerte grito un poco apartado de aquí y luego de unos cortos minutos veo como en la noche el cielo se pone gris, llegando con un fuerte olor a fuego, cada vez se escuchaban más gritos y disparos desde otra parte no tan lejos de aquí. Lograba oler el fuerte olor a fuego hasta que lo vi llegar a mi. Todos los árboles a mi alrededor comenzaban a ser consumidos lentamente por el fuego.
Ya muy asustado comencé a tratar de soltarme con más fuerza la cual no sé de donde la había sacado.
Trataba de soltarme y escucho cómo se acercan personas corriendo, escucho el sonido de los zapatos de las personas corriendo por el césped. Cuando de la nada sale April bañada en sangre, junto a otro hombre calvo un poco mayor, que andaba en las mismas condiciones que ella. Ella se percata de que hay alguien junto a ellos, hasta que se da cuenta de que soy yo.
-¿Matt? -se pregunta sí misma en casi un susurro.
-April. -la llamé con voz cansada y en tono bajo.
-Matt. -dice en tono bajo y preocupado, abriendo sus ojos muy grandes. -¡Matt! -grita sin poder creerlo acercándose a mi corriendo. -Dios Matt. -dice ya a centímetros de mí y toca mis mejillas, mirándome a los ojos y logro ver que están cristalizados como si estuviera apuntó de llorar. -Estaba tan preocupada. -dice ella.
-April. -la llama el hombre que está a sus espaldas. -Hay que soltarlo. -dice él acercándose.
Ya cerca de mí, acerca sus dedos a mis ojos hasta tocar mis párpados y abrir grandes mis ojos para luego alumbrarlos con una linterna, comienza a fijarse en mis ojos, en seguida nota el cansancio que hay en ellos y veo cómo abre los ojos preocupado. -Está demasiado débil. Hay que soltarlo ahora y llevárnoslo. -dice él, yendo rápidamente atrás de mí. Luego siento como aprietan las sogas para luego sentir como todo mi peso se va hacia al frente, haciendo que cayera inconsciente sobre April.
Casi no escucho nada. Solo escucho a April gritar mi nombre, mientras siento como me voy perdiendo en una profunda oscuridad.
•••
Me sentía cansado, sin mínima energía o fuerza. Estaba acostado en una cama, en algún lugar que no conocía. Vi a April dormida, estaba sentada en una silla y con su cabeza sobre la orilla de la cama, mientras sujetaba mi mano.
Me quede unos segundos mirando el lugar antes de darme cuenta de lo que estaba pasando. Cuando me di cuenta di un pequeño brinco en la cama y April se despertó sobresaltada y mirándome asombrada, con los ojos muy abiertos, llenos de un brillo de alegría y asombro, seguidos por grandes ojeras bajo sus ojos.
-¿Qué pasó? -pregunté asustado. April se endereza en la silla y me sonríe. Sin mínima preocupación y acaricia mi cara.
-Tranquilo. Estamos seguros aquí. -dice ella sonriendo cálidamente y me vuelvo a dormir profundamente.
•••
Volví a abrir los ojos pero esta vez fue más tranquilamente. Ya abiertos me doy cuenta que estoy en el mismo lugar en el cual me había despertado antes junto a April. Está vez April no estaba, había otras persona, si no me equivoco era el hombre calvo que me encontró con April. Que se voltea a verme.
-Valla. Al fin despiertas. -dice él sonriéndome.
-¿Dónde está ella?
-Salió a cambiarse de ropa ya que llevaba más de 24 horas aquí contigo. -dice él con una sonrisa en su rostro. -No se quería ir. -dice el nuevamente mientras de su boca sale una pequeña risa.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí? -pregunté.
-Estuviste tres días dormido.
Luego de decir eso hubo un silencio incómodo. Hasta que él decidió hablar.
-Ella estaba muy preocupada por ti. -dice él mientras se voltea a mirar por la ventana. -No paraba de hablar de que quería encontrar te y de que estaba preocupada por ti. Espero que también te hayas preocupado o te golpearé. -dijo él con una fuerte risa a la que me uní hasta que April abrió la puerta y lo interrumpió. Su cara cambio inmediatamente de expresión al verme despierto.
-¡Gracias a Dios! -gritó mientras corría a la cama a abrazarme.
Gruñí al sentir que me apretó por uno de los hombros, que me dolió ha que aún me sentía débil. -Lo siento. Lo siento. -decía mientras se alejaba de mí. Mientras el calvo y yo reíamos.
-Tranquila. -le dije mientras sujeté una de sus manos y la apreté con cierta calidez.
-Bueno yo los dejo para que hablen. -dijo él mientras salía y le alborotaba el cabello a April con una de sus manos y me sonreía.
-No tienes idea de lo horrible que la pasé. -dijo ella mientras el calvo salía por la puerta.
-Eso es porque no sabes cómo la pasé yo. -dije sonriéndole mientras ella soltó una pequeña risa.
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Origen
General FictionMi nombre es Matt Grimes, tengo 19 años y vivo una vida como muchas personas pero la mía es muy diferente en muchos sentidos. Nadie sabe que se siente vivir al límite sin tener nada importante que hacer o una vida como todos quieren por otras perso...