Capítulo: #14

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-Bueno ¿si eso es lo que te molesta? Dime qué piensas o qué quieres. -dice Elizabeth en un tono retador que molesto a April aún más.

-¿Quieres que te sea sincera? -pregunta April retándola más aún.

-Totalmente. -no se podría decir cuál de las dos tenía la mirada más directa y molesta o peor aún cual estaba hablando más amenazante.

-Bueno pues pienso que no confío en ti y no quiero ser parte de tu guerra, si es que hay alguna. -dice ella muy directa, mientras Elizabeth le toman por sorpresa sus palabras por lo que abre sus grandes ojos verdes como si se fueran a salir de su lugar.

-Que bueno saber eso. Pues déjame decirte que si no piensas participar en la guerra olvídate de que este lugar existe y que tu amigo no se irá contigo. -dice Elizabeth retándola.

-¿Ah sí? Pues déjame ir llendo me desde ahora. -April se voltea y se aleja caminando. Elizabeth me mira de modo interrogatorio, sorprendida y molesta.

-Iré con ella a ver si la puedo hacer cambiar de opinión. -digo mientras Elizabeth asiente con la cabeza y yo me alejo corriendo hacia dónde April.

-¡Espera! -le gritó a April reduciendo mi velocidad, pero ella me ignora y sigue caminando.

-April. -la vuelvo a llamar ya estando a su lado pero ella me ignora. -April espera. -me pongo frente a ella y le aguanto los brazos y ella choca conmigo.

-Muévete. -dice ella molesta.

-No. Escúchame.

-Ya lo he dicho muévete o ¿prefieres que te empuje? -dice ella aún más molesta y retadora.

-No. Has lo que quieras pero no pienso moverme hasta hablar contigo. -digo serio.

-No me interesa lo que tengas que decir solo muévete. -dice ella empujándome.

-No. Basta ya April. -gritó y ella se molesta aun más.

-¿Eres sordo? ¡No ves que no quiero escucharte y mucho menos si tiene que ver con algo de esa supuesta guerra! ¡Osea no me interesa nada, además ella literal ya me hacho y si eso es lo que quiere eso haré! -ell me gritaba muy fuerte, yo solo me limitaba a mirarla. Estaba tan molesta que juraría que en cualquier momento explotaría. -Me largaré porque la verdad no tengo nada que hacer aquí y no me importa... -la bese y noté como se tensó. Solo conocía una manera con la que se que pararía de gritarme.

Ella se quedó paralizada y sorprendida, pero luego me sigue la corriente y me responde el beso por unos cortos segundos hasta que se dio cuenta de lo que estaba pasando y nos separa con un empujón y me pega en la mejilla con la mano abierta, lo cual me quemo demasiado en la mejilla.

-¿¡Qué demonios haces!? ¿¡Qué te pasa osea ahora me besas como si tuvieras permiso o derecho!? -dice ella con los ojos muy abiertos con asombro.

-Sabes lo que hice y porque lo hice también. -digo sonando lógico. -Además hace unas horas dijiste que lo volverías a hacer y por lo que pude notar sé que te gusto. -vuelvo a decir sonriendo

-¡Claro que no! ¡Cállate! Además no tenías derecho a hacer eso. -dice ella buscando un pretexto y sonrojándose.

-Por Dios April tuve que hacerlo para qué paras de gritar, además ambos sabemos que si no era así no te callarías. -digo y ella se calma, traga saliva, y cambia la cara y fijando su vista en el atardecer.

-¿Qué quieres? -pregunta seria y vuelve a mirarme.

-Escucha. Sé que no quieres hacer esto y la verdad yo tampoco, pero es la manera de agradecerles a ellos lo que han hecho por nosotros, además si te vas yo también me voy y yo dudo de que si nos ponemos en su contra y no vamos a la guerra lo más seguro nos maten o nos echen. -el asiente con la cabeza.

-Tienes razón. Aunque no confío para nada en ella. Además ya me echo. -dice April poniendo las manos en su caderas.

-Ella te amenazo pero todavía no te ha echado y de verdad no te pido que te quedes por ella, hazlo por mí, ambos sabemos que si te vas no nos volveremos a ver y de verdad no quiero eso y sé que tú tampoco. -mis palabras la llenan de frustración por lo que ella pasa sus manos por su cara con desesperación y frustración. - Ademas aunque no te lo diga yo también sospecho de que ella puede engañarnos como nos han hecho todos. Pero vamos quédate y luchemos juntos. No importa lo que pase pero hay que estar juntos y preparados para cualquier cosa. -ella sigue mirándome atenta y pensando.

-Agh. Que conste que me quede por ti y no por nadie más, además ambos sabemos que no podría dejarte aquí sabiendo que esa mujer puede hacer cualquier cosa. -dice ella rendida y a mí se me forma una sonrisa de oreja a oreja.

-Ya tranquilo. Ni que e te hubieras pegado la lotería. Que Idiota eres. -ella termina de hablar y la atraigo hacia mí y le doy un fuerte abrazo que hace tronar todos los huesos de la columna vertebral y la dejo en el suelo y depósito un beso en su frente. -Pero me debes una. -dice ella señalándome con su dedo índice y fulminando me con la mirada.

-Ya sabía que de gratis no era tu amabilidad. -digo riendo y ella me golpea fuerte en el brazo, comienzo a reír y luego ella sonríe. Dios mío esta mujer mata a cualquiera con esa sonrisa. -Bueno ya volvamos. -digo y volvemos a donde está Elizabeth.

-¿Y? -pregunta Elizabeth molesta.

-Se queda. -le contestó.

-Ahh que bien. Bueno comenzamos. -dice la castaña sonriendo maliciosamente. Mientras que el asiático se acerca sonriendo coquetamente donde April y le entrega una pistola, yo me acerco más a April y pongo mi brazo al rededor de sus hombros, de repente escucho una pequeña risa proveniente de April. El asiático cambia su mirada a mí y me fulmina con la mirada llena de celos y envidia, lo que me causa gracia, por lo que le sonrió y me entrega el arma.

Ya había caído la noche y nos habían dicho cómo usar una pistola, otros armas y que teníamos que hacer mañana también. Yo estaba en mi habitación muriendo de aburrimiento, mientras no paraba de pensar en April. Así que decido ir a tocar si puerta.

Estaba frente a la puerta de April y toque la puerta suavemente dos veces, luego de unos segundos April abre la puerta sorprendida y sonriente.

-¡Matt! -exclama ella sorprendida. -Pensé que siempre tendría que ir yo a tocar tu puerta, pero veo que no. -dice sonriendo.

-Osea que todo este tiempo rezabas porque viniera a tocar tu puerta. -digo de forma bromista y ella pone los ojos en blanco.

-Como sea. Entra. -dice dándome paso para entrara a su habitación. -¿Y cuál es el motivo de tu visita? -habla mientras nos adentramos en la habitación y ella cierra la puerta. -Siéntate.

-¿Tengo que tener un motivo para verte? -preguntó irónico mientras me siento en el borde de su cama.

-No es eso, es que no habías venido a tocar mi puerta ni una sola vez. -dice mientras se sienta junto a mí.

-Solo quería verte y hablar contigo. Ya que no sé que valla a pasar mañana y si pasa algo malo tal ves no te vuelva a ver nunca y mucho menos hablarte o escuchar tu voz. -al decir eso ella se ruborizó inmediatamente y bajo su cabeza.

-Ven te enseñaré algo. -dice poniéndose de pie y tomando mi mano, cambiándome el tema como si fuera algo incomodo que le hubiera dicho eso.

-¿Qué vas a hacer? -pregunto dudoso todavía sin ponerme de pie, mientras ella sigue tomando mi mano y llevándola con ella en dirección a la ventana.

-Ven ya veras. -dice mientras logra hacer que me ponga de pie, suelta mi mano y se dirige a la venta.

-¿Qué planeas? -preguntó mientras la veo forzando para abrir la ventana.

-Deja de preguntar y ayúdame. -dice ella mientras yo me acerco.

-De acuerdo. -luego de unos segundos la venta logró abrir y ella saca la cabeza fuera de la ventana y cierra los ojos, disfrutando la brisa de afuera, mientras que el viento roza su rostro y aleja el cabello de su cara, lo que me deba mejor vista de su rostros.

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