Capítulo: #13

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Ya estábamos en el funeral. Hoy había más gente que el día de ayer en la bienvenida. Más gente que nos miraba mal a mi y a April y que todavía no se creían nuestra verdadera parte de la historia.

Luego del funeral April y yo estábamos sentados en el césped mirando el gran bosque, las enormes montañas y al fondo de un hermoso día soleado, mientras hablábamos sobre cualquier cosa.

-Bueno. ¿Lista para mañana guerrera? -dije sonriendo, pero ella me miró como si hubiera hecho un mal chiste sin gracia.

-No lo creo. -dijo sonriendo por lo bajo.

-Tranquila ya verás que todo saldrá bien.

-¿Estás seguro de eso? -preguntó ella preocupada.

-No lo sé. Solo sé que tenemos que estar tranquilos, porque si nos desesperamos por eso las cosas saldrán peor.

-No estoy diciendo que me estoy desesperando o entrando en estrés o algo parecido. Solo quiero que tengas en mente que también todo puede salir completamente diferente a como lo imaginas y hay que estar preparados para cualquier cosa. -dijo ella todavía preocupada mientras miraba el hermoso atardecer yo la observaba y analizaba todo lo que decía.

-Tranquila. Ten fe. -las palabras acabadas de salir de mi boca no le habían caído nada bien. Ella volteo a mirarme con los ojos abiertos como si estuviera molesta o ofendida, preparada para hablar.

-¿Así y la fe va a hacer que todo salga bien? Porque déjame decirte que la fe no ha servido de nada desde que todos y cada uno de nosotros hemos estado aquí, porque hasta donde tengo entendido todo cada vez sale peor y no quiero que nos pase nada, por eso me preocupo, ya que te sientes tan confiado de que la fe nos va a salvar cuando no es así. -noté como su tono de voz ya había cambiado y era más seco, directo y molesto. La notaba cada vez más molesta.

-Está bien entiendo, pero solo quiero que tengas un poco de esperanzas y no seas tan pesimista. -hablo en tono serio y me mira fijamente.

-Perdón pero déjame decirte que no me queda otra opción.  Ya no es mi culpa ser tan pesimista como tú dices, cuando todos nos han engañado. No me sorprendería que Elizabeth también hiciera lo mismo que Kenia. Pero si quieres tener fe adelante, solo te diré que yo no la tendré. -dice molesta, se pone de pie y se retira mientras me deja con las palabras en la boca y observo cómo se aleja de mí molesta.

La verdad la entiendo, pero también hay que tener un poco de esperanza porque la preocupación y la angustia no nos servirán de nada.

•••

Ya había pasado más de una hora de haberse acabado el funeral y subí a mi habitación a ducharme, prepararme y bajar a cenar.

Tomé mi comida y me senté en una mesa solo en una esquina y busco a April con la mirada, hasta que la visualizo en una de las primeras mesas con ese maldito asiático que me cae tan mal. Lo peor de todo es que está muy sonriente con él. Totalmente diferente a como estuvo conmigo hace unas horas. La verdad me molestaba, me daba muchísima rabia y celos saber que estaba muy feliz con él. En un momento ella mira a todos lados como buscando algo hasta que me ve a lo lejos y nuestras miradas se conectan. Nuestra actitud cambia, note el cambio que dio de alegre a seria al verme. Nos miramos por casi un minuto hasta que evadió mi mirada y volvió a su conversación con aquel idiota junto a ella. Sigo observándola a ella y cada uno de sus movimientos  hasta que noto que alguien se sienta en la mesa y miro a la persona y es Hanna.

-Hola. -saluda ella con mucha alegría.

¿Esta no se rinde?

Me ahorro el saludarla ya que ella también me cae muy mal y le sonrió falsamente.

-¿Por qué tan solo? -preguntó. -O ya se. Tú novia no te quiere. -dijo en forma de burla, lo que me molesto.

-No es mi novia. -digo mientras pasó mi manos por mi cara en forma de desesperación.

-¿Aún? -dice ella con una risa molesta.

-Mira me haría feliz que me dejaras solo y te fueras llevándote tus chistes -hice una pausa remarcando la última palabra. -de mala calidad y mal gusto.

-Oye. Calma caballo. Solo estaba bromeando aunque en caso de que quieras hablar me... estaré junto a tu novia y su otro novio. -fue lo último que dijo mientras se marchaba riéndose.

Cuando ya se había ido, terminé mi comida con calma. Luego decidí ponerme de pie e ir a mi habitación para descansar un rato y leer un poco.

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Estaba sentado en el sofá de la habitación mientras leía, cuando escuche que tocaban la puerta. Cuando abro la puerta me doy cuenta de que es April.

-Elizabeth nos busca. -dice ella en tono molesto.

-Claro. -cierro la puerta y la sigo hacia dónde ella se dirigía. Llegamos al lugar donde habíamos estado hace unos días, cuando seguimos a la niña de ojos azules. Estaba Elizabeth, el asiático idiota y las otras personas que estuvieron cuando llegamos a este lugar, la mujer rubia, el otro chino canoso y también el que parecía latino.

-Que bueno que ya llegaron. Estábamos esperándolos. -dice Elizabeth mientras veo a April. Parecía algo molesta, incomoda y muy rara.

-¿Para qué nos llamó? -pregunta ella en tono serio.

-Como saben mañana es la guerra y quería saber si estaban preparados y ponerlos a practicar con las armas porque apuesto a que no saben utilizar una. -dice ella muy segura de sus palabras.

-Claro. -dice April de modo molesto y sarcástico.

-¿Qué pasa? -pregunta Elizabeth confundida.

-Pasa que usted ya hace planes con nosotros como si fuéramos parte de su gente sin preguntarnos si de verdad iremos a esa guerra o no. -dijo ella remarcando la palabra guerra.

-April. -digo en un susurro dejando el saber que se calme mientras tomo su mano y ella saca su mano con fuerza y violencia alejándola de mi mientras me mira con fastidio, como si la estorbara.

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