Capítulo: #11

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-¿Eso quiere decir que muchas de esas personas inocentes de ese pueblo no tienen ni la mínima idea de que están en guerra o mucho peor, que su líder les está mintiendo? -dice April mientras Elizabeth aciente con la cabeza. April me mira con pena en sus ojos.

-De verdad lo siento Matt si hubiera sabido que no lo sabías no te lo hubiera dicho así la verdad no era mi intención llenarte de más confusión. -dice Elizabeth con pena en sus ojos y al fondo escucho la voz de Albert llamándola, ella voltea y Albert le dice algo al odio. -Lo siento chicos debo resolver unos inconvenientes. -dice ella mientras se retira.

Me acerco a la mesa y el chico todavía está ahí y sigo caminando porque no pienso sentarme si el está ahí, porque sinceramente me cae mal y no tengo ganas de verlo ahora.

Pasó junto a la mesa pero no me siento y me dirijo a la puerta de salida. Ya afuera estoy en un pequeño balcón donde hay una linda vista de la luna y los árboles y a lo lejos hay una gran ciudad con muchas luces encendidas. Apuesto que ese es el pueblo de Kenia. Me acerco al balcón y apoyo mis manos en él borde de sementó y estiro mi espalda y miro a cualquier parte.

La verdad no sé qué pensar. Solo sé que Kenia no es quien todos piensan y si no era yo de su confianza entonces ¿quién estuvo trabajando con ella a escondidas todo este tiempo? Tengo muchas preguntas en mi cabeza como ¿qué en realidad pasó entre ella y Elizabeth?, ¿qué hizo que ella se volviera una persona tan cruel? No podía pensar que fuera la misma Kenia que era mi amiga y con la cual trabajaba.

Salgo de mis pensamientos al escuchar la puerta abrirse y escuchar el ruido de unos pasos en tacones acercarse a mí, luego se queda a mi lado y cuando miro es la misma mujer de hace un rato.

-Hanna solo quiero que sepas que no me aburrí y mucho menos vine a buscar compañía de nadie. -dije seguro de mis palabras.

-Oh lo siento pues yo sí me aburrí y vine a buscar la compañía de alguien. -dice ella sonriendo coquetamente. -Por eso estoy aquí.

-Mira si estoy aquí solo es porque eso quiero, estar solo. ¿Bien? -digo. 

-¿Es que te molesta mi compañía o algo así? -pregunta.

-No quiero ser grosero pero seré sincero. Si. -digo mientras la miro con una sonrisa falsa y vuelvo a mirar la luna. Mientras ella está recostada de espalda en el borde mirándome todavía muy coqueta.

-Ah ya sé que te pasa. -dice ella.

-¿Qué? -pregunto mientras ruedo mis ojos. Esta tipa es una cosa fácil y sinceramente no quiero nada con ella porque me cae mal. Hasta su voz me irrita y yo solo quiero que se valla y tener soledad para pensar bien. 

-¿Es por ella verdad? -dice ella mientras me mira con picardía. -Es eso lo sé ella no te quiere o algo así. La verdad yo con un hombre como tú a mi disposición no lo pensaría dos veces sabes. -dice ella sonriéndome aún muy coqueta. -¿Cómo es que se llama? ¿April no es? La verdad ella es muy guapa pero yo soy mucho más.

-Mira. Sería feliz si te callaras la verdad te lo digo con toda sinceridad no me interesa hablarte. Y no es por eso además eso no te importa. -digo mientras la me alejo de ella y entro al salón dejándola a ella afuera sola. Le hablo así porque sé que a ella no le importa, ósea es muy guapa hay que aceptarlo pero si no está conmigo encontrará a otro tipo con quien pasar la noche, que de verdad a ella no le importa y a mí menos.

Ya adentro del salón me fijo que April todavía está en nuestra mesa hablando con el asiático. Así que no pienso en ir a la mesa. La verdad la fiesta de bienvenida está aburrida así que decidí ir a mi habitación. Mientras subía las escaleras un grupo de chicas bajaban muy sonrientes, con sonrisas y miradas coquetas, las ignore y decidí seguir subiendo. Ya en la habitación decidí abrir la ventana de cristal que estaba a la derecha de la cama cubierta por una fina y transparente cortina blanca y me senté en un pequeño sofá blanco que había junto a la venta y comienzo a mirar al exterior mientras escuchaba el ruido del viento moviendo las hojas del los árboles del exterior, me quedé profundamente dormido escuchando ese sonido.

-Matt. -escucho a lo lejos una voz llamarme y una puerta tocarse. -Matt. -vuelve a llamar la misma voz.

Caigo de pie al darme cuenta de que me he quedado dormido y estaban llamando en la puerta. -Ya voy. -le avise a la persona al otro lado de la puerta. Me pongo de pie y cierro la ventana ya que se hizo más tarde y comenzó a hacer frío. Luego de cerrar la ventana me dirijo a la puerta y la abro, y me encuentro con April frene a la puerta.

-Hola. ¿Qué pasó? -pregunto.

-Nada solo me dio curiosidad porque te vi salir del salón hace 2 horas y no te volví a ver. -dice ella un poco preocupada. -¿Está todo bien? -pregunta.

-Si solo que hay una acosadora que no me agrada y solo aquí estoy a salvo de ella. -río al terminar de hablar y April ríe conmigo.

-Oh.

-Pasa. -le digo y le hago seña con la mano de que entre y ella entra.

-Gracias. -dice ella mientas entra y examina la habitación. -Es más grande y más linda que la mía. -dice ella con una linda sonrisa y soltando una pequeña risa.

-¿Enserio? -digo mientras sierro la puerta.

-Si. Aunque es igual de acogedora y silenciosa. -dice ella mientras continúa recorriendo la habitación.

-Siéntate. -le digo y ella se acerca a la cama y se sienta en la parte inferior de la cama frente a mí, mientras yo estoy recostado de espalda en la puerta frente a ella.

-Habían varias chicas abajo mirándome asqueadas y los chicos me miraban de otra forma muy distinta. -dice ella mientras reímos.

-Bueno a mí me miran como si fuera un pedazo de carne. -digo mientras ella me sonríe. La verdad debo ser sincero me encanta su sonrisa, incluso hace que yo también sonría.

-Bueno si lo sé mientras estuvimos allá bajo habían muchas volviéndose locas por ti. -dice ella.

-Si pero acá todas son chicas fáciles. Son muy guapas tengo que aceptarlo pero no me gusta ese tipo de mujeres. -hablo mientras ella me escucha muy interesada. Me acerco a la cama y me siento junto a ella mirando al suelo.

-Elizabeth preguntó por ti. No paraba de presentarme mucha gente. -dice.

-¿Y qué le dijiste? -

-Le dije que te sentías mal. No sabía qué decirle aunque se lo creyó y se quedo tranquila.

-Gracias por excusarme. -digo y volteo mi cara a mirarla y le sonrió y noto como mis mejillas comienzan a ponerse rojas.

Estamos muy cerca la verdad me senté muy cerca, tan cerca que casi la aplasto. Aunque ninguno de los dos se aleja ella solo me mira a los ojos y yo a los de ella. Ella tenía unos ojos muy hermosos, tan grandes y grises, definitivamente hermosos yo solo la miraba y cada ves nos acercábamos un poco más estando más cerca y notaba como se comenzaba a poner nerviosa. Notaba que cada vez sus mejillas se tornaban más de rojo y veía sus ojos más lindos y brillantes. Bajo mis ojos a sus labios y ellas baja su vista a los míos para luego volver a mirarme a los ojos. Estábamos a escasos centímetros uno del otro y me encantaba su cercanía. Yo solo miraba sus ojos y sus labios. Ella todavía me miraba con ese brillo especial y nos acercamos unos cortos centímetros más, los pocos centímetros que nos faltaban.

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