Nota 5.

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-¡Tú! - abrí bien los ojos - ¡Que sea la última vez que tu correo llega a mi buzón! - fruncí el ceño al chico enfadado de ojos verdes que se encontraba delante de mí.

-Hmmm... lo siento- murmuré muy avergonzada sin saber qué decir, no podía prometer que eso no pasase, es decir, yo no me encargaba de meter las cartas en los buzones, si no el señor del correo.

Me tiró el sobre encima del libro y el profesor entró mandandole sentarse a mi lado.

Él me miraba con asco, incluso odio, no entendía el por qué... yo no le había hecho nada, yo no sabía su nombre, yo no había hablado con él jamás, ¿alguien podía odiarme tanto solo porque mi correo llegase a su buzón?

Le vi incluso levantarse a la mesa del profesor para rogarle porque le cambiase a un lugar diferente, el profesor al ver eso le puso conmigo en nuestro trabajo común de fin de semestre.

Realmente él estaba despotricando sobre mí y yo... yo... no le había hecho nada.

Me sentí horriblemente mal y agaché la cabeza cuando él vino y chasqueó la lengua en señal de asco.

Fruncí las cejas algo confusa y le miré disimuladamente mientras él no apartaba la mirada del frente con la cara como una piedra.

Tragué saliva, no entendiendo nada y mientras los demás avanzaban y hablaban entre sí sobre el trabajo que habían mandado, él ni se giró a mirarme, ni se inmutó.

Dado que sabía que no iba a querer si quiera hacer el trabajo conmigo y hablar sólo de términos de la materia decidí ponerme a garabatear algo en una hoja, pero él me miró con odio y me repasó con la mirada de arriba a bajo, con asco.

Suspiré y guardé el papel despacio para no molestarle más con lo que quisiese que estaba haciendo, tal vez no le gustaba que la gente hiciese dibujos.

Después no se giró a mirarme más, así que simplemente abrí el sobre para leer y me aparté lo máximo posible de su lado para no molestarle con mi respiración o cualquier cosa que creyese que había hecho.


"Dicen que las segundas partes siempre son las peores.

No me quiero imaginar, puesto que, la primera vez que te mandé notas de arrepentimiento tú no me contestaste.

Imagínate si una cosa es mala de primeras, que te la repitan debe ser jodidamente horrible.

Soy horrible.

¿Sabes? Tal vez nunca te haya dicho esto... pero supongo que es buen momento.

Tienes unos ojos muy bonitos... cuando los ves piensas que te pueden atrapar y te puedes perder en ellos, piensas que tal vez, allí dentro, puedes dejar de centrarte en tus problemas para intentar solucionar otro que te golpea en la cara : Tú.

¿Cómo solucionarte?, ¿Cómo salir del laberinto?, ¿Cómo saltar e irse fuera de tus ojos?

¿Debo correr?, ¿Debo investigar?, ¿Debo gritar?, ¿Qué debo hacer?

Las paredes me están oprimiendo el pecho, ya casi no puedo respirar, necesito encontrar una salida antes de quedar aplastado entre un muro y otro.

El laberinto cada vez da más miedo... porque cada vez tengo más clara la solución...

Y la solución viene con sentimientos contradictorios hacia Sidney.

Ahora no lo entenderás, pero no veo otra salida al rompecabezas, tus ojos realmente me están dejando sin aire en los pulmones.

Es como si pudiese ver el resplandor de un claro por encima de los altos muros, pero que cuando intento llegar hasta ese punto siempre hay un camino sin salida, algo.

Un barranco, una calle a la izquierda, otra a la derecha... que me llevan hasta ella.

Ella de pelo castaño con reflejos pelirrojos.

Ella y sus ojos.

Sidney.

Y siento como si quisiese retroceder... porque sus ojos no... no me hacen sentir adrenalina.

Sus ojos me miran y sólo veo orbes, los tuyos me miran y automáticamente se crean esos altos muros de los que te llevo hablando tanto tiempo.

El azul era mi color favorito, el azul ahora es mi pasatiempo favorito, el azul me encierra... tus ojos azules me encierran, el azul se está convirtiendo en un desesperante color cálido.

Pero cuando yo cierro los míos, cuando pienso en los tuyos... cuando los visualizo me meto de nuevo en el laberinto e imagino como será ese claro de tranquilidad que se encuentra en el centro, de sosiego, de paz, de sol, de azul cálido.

Y cuando me imagino a mí mismo entrando por esos gran muros hasta llegar hacia el lugar que tanto había estado buscando... te veo a ti, mirándome con esos penetrantes ojos azules pero también veo... a tu novio a tu lado.

Es como una pesadilla.

Espero que leas esto las veces que haga falta para entenderme...

Perdóname, realmente fui un completo gilipollas."

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora