Capítulo 8.

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-Gracias por acompañarme.

-Todo lo que me pidas lo haré.

Había pasado un mes con Jesse, todo parecía estar bien, él y yo teníamos la misma relación, entre nosotros todo estaba en calma.

Zack iba por la nota número ... ¿29, tal vez? Tampoco me importaba mucho, no las solía leer, Zack estaba fuera de mi vida en estos momentos.

Él me sonrió y apoyó la cabeza en mi hombro, estábamos en el autobús, anteriormente me había explicado que su amiga Alice era la que le solía acompañar a casa, él también habló de la preocupación de su madre, no la culpaba, lo entendía, además, él dijo que su madre haría pollo para comer, no pude negarme a su propuesta.

-¿Cómo sabes que es la parada correcta? - susurré y vi como le daba el sol en la cara mientras seguía descansado.

Él sonrió ampliamente, como siempre y pulsó el botón de su reloj , una voz robótica junto con una luz amarillo anunció "Son las tres y cuarto de la tarde" - Suele llegar a mi parada a y veinte, aun que si no me avisa simplemente le pido al conductor que me lo diga cuando lleguemos -sonreí.

-Vaya, tu reloj es genial - cogí su mano, era especial.

-Lo odio - rió - Esa voz me pone incómodo y a veces cuando estoy dormido pulso un botón sin querer y salta esa estúpida voz.

-Gruñón- jugueteé con él y el autobús se paró, bajamos despacio y él entró en casa anunciando que iba conmigo, aun que había llamado antes por teléfono, su móvil también estaba adaptado, funcionaba por patrones de voz, así que cuando me quería llamar sólo pronunciaba las palabras "Llamar a Valiente" o cuando quería realizar otra alguna acción sólo tenía que pedirlo, era agradable, aun que le tuve que enseñar el orden de las letras del teclado, que era bastante diferente a su máquina de braile, que a penas tenía diez botones, pero él no se desanimó y yo le ayudé a configurar el teclado para que además, dijese la letra que ponía al pulsar y al final dictara la frase, la idea fue genial hasta que un día una voz robótica en alto anunció en medio de clase uno de los mensajes que le había escrito, en este incluía bastantes palabras mal sonantes.

Recuerdo ese día porque fui un poco valiente y le grité al estúpido que le hacía la vida horrible a Jesse que nuestra cara no era la puta pizarra.

Ya no mira más hacia atrás.

Su madre fue muy amable, cuando subí a su habitación todo parecía estar en ordén, él no usaba el bastón dentro de su casa porque decía que se sabía todo de memoria, 18 escalones hasta la planta de arriba y tres puertas hasta su habitación - Mamá tiene todas las cosas ordenadas para que yo pueda saber dónde se encuentran siempre, lo agradezco mucho - comentó cuando entré en su habitación.

Estaba muy ordenada, la verdad, era simple, de un color claro y muy amplia.

Me senté despacio en la cama y él me sonrió - ¿Hoy te enviaron alguna de esas notas?

Fruncí el ceño ,miré dentro de mi bolso y saqué un papel para empezar a leer un "Querida Nina..."

-¿Qué son exactamente?

-Nada, mentiras, propaganda barata - dije sin darle importancia guardando la hoja dentro.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Siempre que quieras- dije como solíamos hacer.

-¿Confías en mí?

-Claro Jess.

-Ven - se puso en pie y buscó directo en un cajón para sacar una corbata y caminar hacia dónde yo estaba, con algo de duda tocó mi hombro y luego me tapó la vista con la tela.

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora