Capítulo 28.

2.4K 221 28
                                    




                  

-Lo siento, pero no soy de esa clase de amigas – rodé los ojos cansada de su actitud – Es que prefiero que me haga sexo oral mi novia a escuchar tus problemas.

-EX novia, querrás decir – le remarqué a Océano y África sonrió.

-¿Ibas en serio?- hizo un puchero.

-Te pasaste – asintió África.

-¿¡Por qué todo el mundo está contra a mí?!

-Porque eres insoportable -dijimos a la vez África y yo y chocamos.

-Bien, sí que presté atención, estás enfadada con el rarito barra pene amarillo porque el asqueroso ladrón de condones sufrió un engaño por parte de vuestras familias.

-Correcto – alcé el pulgar.

-¿Llevas un micro? – suspiré cansada y negué.

-No se lo digas a nadie, pero estoy del bando de Zack, me da mucha pena, su novia se ha ido, se ha quedado solo, ha sufrido un accidente, su familia le ha engañado, no tienes amigos aquí, tiene que irse a su antigua ciudad para verles...

Cogí aire sabiendo que tenía razón – No sé qué es lo que está bien, no sé si está correcto pasar de Jesse sin más, sé que la idea no fue suya...

-Pero colaboró – añadió África.

-Yo haría que se arrastrase un poco y le perdonaría – se miró las uñas Océano con una sonrisa perversa.

-No soy así, odio que alguien se arrastre, se me encoje el corazón.

-Tu hermano lo lleva haciendo también unos días- susurró África y yo agarré mis piernas para valancearme en la cama apoyando mi cabeza en las rodillas.

-Chicas, ¿Qué hago?

-Perdónale – dijo África.

-No le perdones- dijo Océano.

Miré al techo cansada – No perdones a nadie, nadie se lo merece, ha sido algo fuerte, centrate en el plan de combate, tenemos que quitarle el preservativo...

-¡Océano ya! – le gritó África enfada - ¡Lo que le está pasando es en serio y tú no haces más que mirar por ti misma y bromear!  ¿Cómo quieres que vuelva contigo si sólo piensas en ti? ¿Y yo? ¿¡Yo qué?!

La conversación se alejó rápido a sus problemas.

Al final Océano había pensado en ella.

Y al final África sin darse cuenta también había pensado en ella misma.

Y al final la única que pensaba en los demás era yo.

Así que tomé una decisión : que fuese lo que el destino quisiese, yo no iba a pensar en ellos ni me iban a dar pena, si algún día sentía que debía perdonarlos lo haría, pero por ahora no me comería más la cabeza.

Y punto.

Ya era hora de pensar en mí misma.

Estoy pensando en mí y por mí.

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora