Capítulo 29.

1.5K 108 39
                                    


Me agaché y cogí una flor silvestre, amarilla entre césped, sin más.

Me giré, Jesse estaba mirando como lo hacía -Amarillo.

-Ajá- acentúe - ¿Necesitas algo?

Sus manos se adentraron en los bolsillos de sus pantalones marrones claros y se balanceó en sus talones -Hablar.

-Otro día, tal vez - intenté escabullirme y respiró profundo.

-Te respeto como a nadie -suspiró - Pero de verdad que necesito esto.

-Tengo clase- agarré mi archivador y lo pegué a mi pecho.

-Yo lo entiendo... pero si estás dispuesta a hablarlo otro día, ¿por qué no ahora? Esto me está haciendo daño, la espera, el tiempo.

Miré hacia otro lado y me decidí - ¿De qué quieres hablar?

-¿Nosotros?

-¿Qué pasa con nosotros?- pregunté inocentemente.

-¿Qué es de nosotros? - ahí estaba la cuestión.

-Jesse... yo ahora estoy muy lejos de necesitar una relación - confesé mirando mis pies - Estoy muy lejos de todo lo que pasó, estoy en un punto de mi vida en el que te veo como pasado - le miré a los ojos directamente - Me veo a mí misma, como me comportaba contigo como si fuese pasado.

-¿Y ahora qué? ¿Cambiarás? ¿Saldrás todos los días a montar en moto con tu amiguito y a romper buzones con el bate? - dijo con un tono de retintín es su voz.

-Probablemente- le reté.

-¿Jamás sentirás lo que antes?

-No lo sé - me sinceré.

-¿Y qué necesitas?

-Supongo que un cambio.

-Supongo que sin mí- me tembló el labio inferior.

-Oye, tú tienes otras muchas chicas detrás...
Me cortó- Pero te quiero a ti.

-Y yo a ti, pero no significa que pueda hacerlo. No quiero estar con nadie más, pero a la vez no quiero estar contigo, ¿entiendes?

-¿Sola?

-Sí.

-Pero sin sentirte sola.

-Sí.

-Y para eso tienes que encontrarte.

-Sí.

-Sin mí.

-Sí.

-No lo entiendo.

-Parecías entenderlo hace nada...- agaché de nuevo la cabeza.

-Ni si quiera te entiendes tú- dijo frío.

-Por favor, no me trates así, no puedo soportarlo.

-¿!Tratarte cómo?! - dijo enfadado.

-Jesse yo me tengo que ir...

-A mí me parece que te tienes que quedar para aclararme todo.

-Dijiste que me respetarías- le recordé. Él negó mirando hacia la derecha, tenía entrenamiento a primera hora - Llegarás tarde...

-¡Es lo que menos me importa ahora mismo!- gritó y se tocó el pelo- No me entiendes.

-Yo... yo... - negué despacio.

-Y ese no es el problema, el problema es que ni si quiera te interesas por hacerlo, ni si quiera lo intentas.

-Tendré que entenderme a mí primera, ¿no?
-Claro, piensa en ti, yo no importo- dijo riéndose falsamente y dio media vuelta.

-Jesse...

Él no se giró.
Y yo,
yo no fui a buscarle.

Di media vuelta caminando en dirección opuesta a él.

Ya no tenía ganas de ir a clase.

Fui hasta el aparcamiento, me coloqué el casco, guardé mi archivador y subí en mi moto antigua.

Noté las costuras de mis jeans pegándose a mis rodillas y las de mi chaqueta a los codos cuando encendí el contacto.

Hice que ronronease en el mismo sitio.

Miré a Jesse, que me miraba a través de los metales de hierro.

Estaba calado, su pelo mojado no hacía más que chorrear y una cascada bajaba desde su nariz para ahogarse en sus labios, rojos ante tanta palidez de su rostro.

El reguero de agua seguía cayendo ahora también por su barbilla.

El río continuaba pecho abajo, mojando los números de su equipación de fútbol.

Bajé el cristal protector de mi casco de un golpe de muñeca.

Se llenó de gotas en un segundo gracias a la lluvia torrencial.

Mantuve contacto visual y dejé caer la flor amarilla al suelo, cerró sus puños entorno a la valla y dejé de mirarle para mirar al frente y acelerar al máximo.

Salí del aparcamiento como nunca antes lo había hecho, ahora no pensaba en las normas de circulación, ni en las clases, ni en Jesse.

Pensaba en mí.

Yo era mi problema.

Pero estando tan mal, conducía tan bien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 04, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora