Capítulo 12.

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AVISO : Capítulo largo debido a no haber podio subir estos dos días ( en el fondo soy una buena persona) ( ͡° ͜ʖ ͡°)

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-¡Oh dios mío! - el grito de Océano me despertó, parpadeé cansada y ella se llevó una mano a la boca mientras que Jesse se iba despertando - ¿Tú y él? - nos señaló insinuando y negué - Oh bueno- volvió a cobrar la calma- No serías buena amiga, es decir, estaba a tres metros de ti- rodé los ojos.

-Buenos días- gruñó Jesse y me derretí al escuchar su voz áspera.

-¡Feliz cumpleaños! - Océano se tiró a abrazarle y él rió - ¡Capullo! ¡Puedes venir las veces que quieras, no debo de tener miedo de que me veas desnuda o con la cara de recién despertada!

Chocaron puños e hicieron un ruido de explosión al separarse -Me voy a la ducha he quedado con África, oh, Jesse tú también vienes - fruncí el ceño, el plan que habíamos creado hace días sobre su cumpleaños no decía esto.

-Está bien- dijo sin más Jesse y yo carraspeé.

-Ve a la ducha, tengo que darle su regalo- murmuré y ella asintió.

Me metí debajo de la cama y saqué tres cajas - No debiste- sonrió tanteando la superficie.

-Sólo ábrelos - él suspiró y abrió la primera tapa para tantear , sacó la zapatilla y la olió, trazó su longitud y sonrió - Es una zapatilla - sonreí despacio.

-Son unas converse amarillas - reí bajo y él arrugó la frente.

-¿Enserio?

-Por supuesto, sé que no pegan con la gran cosa, pero era más por la tradición, ya sabes- me encogí de hombros.

-¡ERES TAN AMARILLA! - me abrazó y sonreí despacio.

-Abre el siguiente- le instruí.

Toqueteó con sus manos pero al final sus labios casi se hicieron uno - ¿Qué es? - preguntó con un hilo de voz y sonreí.

-¿Te acuerdas de cuando estuvimos en tu casa? - asintió -Tú me enseñaste tus libros favoritos y dijiste que odiabas que lo contase esa voz mecánica en alto, dijiste que algunas partes las habías grabado tú porque preferías tu voz - volvió a asentir - Bien, es un libro electrónico, este al igual va con patrones de voz, como tu móvil, sólo que... tus diez libros favoritos los he leído en alto mientras me grababa y ahora... - él sonrió y yo cogí los auriculares que descansaban sobre mi mesa, los conecté en el puerto y los coloqué en cada una de sus orejas, pulsé el primer libro que vi y él sonrió ampliamente al escucharme, bajé un poco el volumen para que me pudiese escuchar también - Lo siento, la grabación no es de lo mejor- hice una mueca-  A veces África entraba y se cortan partes, o simplemente salgo discutiendo por dónde está su ropa o ejemplo discutimos por quién la toca barrer el suelo esta vez- él se rió y yo apagué el aparato despacio para guardarlo y acercarle la siguiente caja.

La abrió y la tanteo al igual para sonreír - ¿Otras?

Miré las converse bajas - Sólo pensé que el amarillo no pegaba con nada de la ropa que tienes y que te gustaría llevar unas negras - él se rió y yo le mandé callar para ir a mi estantería y llevarle la caja - Estas también son negras, sólo que son para mí - sonreí despacio - No sé, algún día llevaremos las mismas - él se abalanzó a abrazarme y me tambaleé.

-Dios, yo... las gracias que te quiero dar no están...yo...

-Calla, dame las gracias al final del día, esto sólo acaba de empezar - juntó sus labios con los míos de forma casta y sonreí para después abrazarle de nuevo y esconderme en el hueco que está entre su pecho y su cuello.

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora