Capítulo 3: Shin-Ra Electric Power Company.

512 33 4
                                    

     Se despertó temprano como de costumbre y casi en automático. El ruido de la ciudad, que recién comenzaba a "despertarse", junto con el apresurado inicio de la jornada laboral y el chasquido ensordecedor provocado por las ruedas de los trenes, que comenzaban a movilizarse para aquellos empleados que trabajaban a la superficie, al chocar contra los rieles con furia dada la velocidad; habían sido factores más que suficientes como para sacarla de su corto e insignificante sueño. Realmente quería dormir más.

     Se estiró como un gato escuálido sintiendo todos los músculos del cuerpo agarrotados y contraídos como moluscos y, siguiendo con su rutina, se dirigió al baño con el fin de tomar una ducha. Mientras se enjuagaba el cabello bajo la lluvia artificial se dio cuenta de cuánto extrañaba su pelo largo, lo echaba de menos mucho más de lo que alguna vez pensó que lo haría y sabía con toda seguridad que le tomaría bastante tiempo acostumbrarse a estar sin su extensa melena.

     Como el día anterior, buscó la ropa más cómoda que tenía entre la escasa vestimenta que llevaba en el equipaje. Finalmente, después de tanto rebuscar y "escarbar" entre sus ropas, terminó por ponerse unos pantalones gris plomo, los cuales estaban dotados por una cantidad ridículamente innecesaria de bolsillos, bastante elásticos, medianamente ajustados en los muslos y, a partir de un poco más arriba de la rodilla, la prenda se iba haciendo cada vez más ancha de tal modo que los pantalones quedaban un poco holgados y flojos hasta llegar a las pantorrillas y cubrir sus tobillos. Se colocó las botas que había usado el día anterior y, después de pensárselo mucho, se cubrió el torso con una camiseta negra de tirantes gruesos bastante larga y, sobre ella, una chaqueta de un gris oscuro similar al de su pantalón.

     Recogió las pocas cosas que había sacado de su mochila en busca de sus ropas y ni se molestó en peinar su cabello, se limitó a pasarse simplemente los dedos a través del mismo repetidas veces haciendo que quedara alocado, desarreglado y desuniforme aun estando mojado, poco le importó aquello, al fin y al cabo seguramente se despeinaría más adelante al presentar las pruebas.

     Compró cerca del lugar unas cuántas frutas de un vendedor callejero que estaban en oferta y se las comió lentamente y con gusto mientras se dirigía al cuartel general de Shin-Ra. Primero, luego dar haber dado muchas vueltas y después de haber cuestionado incluso a los niños del lugar para poder conocer su paradero, logró ubicar cada cosa en su sitio y se dirigió hasta el Mercado de los Suburbios. Una vez allí, después de ojear un poco las tiendas y darse cuenta que los pocos Guiles que le quedaban no le alcanzaban ni para comprarse un estúpido lazo, prosiguió a subir la Plataforma.

     Al percatarse de que ya había perdido mucho tiempo entre distracciones, se dirigió corriendo a los Andenes y tomó apresuradamente el tren que llevaba al Sector 1 y que estuvo a punto de partir sin ella. Una vez allí, se ubicó como pudo y, después de salir de la estación y caminar un poco localizó el tramo, algo extenso para su gusto, de escalones que daba hasta la plaza principal del Sector 8; desde donde se podía llegar, según tenía entendido, a la gran sede de la Compañía Eléctrica.

     No supo en qué momento se mezclaron en su cabeza los distintos datos, indicaciones y direcciones que le había proporcionado un gran número de ciudadanos con anterioridad, ni tampoco supo en que  momento terminó perdida en la que, por lo que podía apreciar en los numerosos letreros y carteles, era la famosa Avenida LOVELESS. Realmente no entendía por qué estaba allí. Había llegado a la plaza tal y como le habían dicho que tenía que hacer y había rodeado la fuente central tal y como le habían indicado.

     Entonces, ¿en qué momento había tomado el camino equivocado? ¿Habría estado avanzando los últimos minutos en una dirección errónea? ¿Se habría terminado adentrando por puro descuido en la zona contraria a la que en realidad debía entrar? Probablemente sí había sido así y lo único que debía ser era devolverse.

Embrace your DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora