Capítulo 3: No puedo aguantar más.

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Tardé unos cuantos segundos antes de bajarme del auto, no estaba en condiciones de hacerlo, no después de haber tenido ese intenso contacto con Bruce minutos atrás. Apenas pude recobrar la compostura descendí del vehículo sintiéndome aún acalorado y con un deseo completamente despertado. Traté de desviar el tema de mis pensamientos porque me iba ser imposible tener una charla normal si seguía rumiando sobre el asunto. Al bajar, me encontré en un estacionamiento privado del hotel que aparentemente era exclusivo de Bruce; un aparcamiento preferencial que se diferenciaba de los otros.

Nos encaminamos hacia el interior del hotel, y siguiendo sus pasos, fuimos directamente hacia el salón principal en donde había un lujoso restaurante. A medida que íbamos circulando, varios empleados lo saludaban muy formalmente, cuestión que a mí me extrañó. Mi primera impresión fue que Bruce era un concurrente asiduo del hotel al notar la naturalidad con la que se movía por el lugar y como todos los que lo veían lo saludaban, pero luego al ver su nombre en una pared, comprendí la verdadera razón: el hotel le pertenecía.

Al llegar al restaurante nos sentamos en una mesa especial con una vista excelente hacia un patio interno que estaba decorado delicadamente. El lujo desbordaba y la belleza hacía que todos se quedaran embelesados mirando los finos detalles. Pero en mi caso, todo lo que me rodeaba me parecía insípido en comparación a la enorme belleza que tenía enfrente; Bruce era la persona más hermosa de todo el hotel y mis ojos no podían apartarse de su preciosa figura.

Al instante en que tomamos asiento un hombre elegantemente vestido se acercó a nosotros con carta en mano y sonrió ampliamente antes de presentarse.

—Buenas noches, señor Wayne... —saludó a Bruce y luego a mí—... Caballero. Mi nombre es Dimitri, esta noche voy a ser su mozo y estoy a su entera disposición. —Mientras hablaba nos entregó una carta que contenía un enorme listado de vinos.

—Buona notte Dimitri, è la prima volta che il mio compagno arriva al nostro hotel e non conosce il vino della casa. (Buenas noches Dimitri, es la primera vez que mi acompañante viene a nuestro hotel y no conoce los vinos de la casa). —Bruce habló en un perfecto italiano y tal cosa no pudo incitarme más. Su voz grave y profunda era realmente muy seductora.

—Capisco perfettamente, vuoi che portare qualcosa di particolare? (Entiendo perfectamente, ¿Desea que le traiga algo en particular?).

—No, preferisco prima chiedergli i suoi gusti, beh... (No, prefiero preguntarle primero a él sus gustos, además...). —continuó hablando con el mozo en italiano como si fuera su propia lengua.

Ambos dos dialogaban fluidamente y yo no entendía nada de lo que estaban diciendo, el idioma no estaba lejos de mi comprensión, pero la deliciosa voz de Bruce no paraba de provocarme y alejarme de lo que estaban hablando. Volví inconscientemente a morderme el labio excitado. Lo miré detenidamente mientras lo escuchaba y apreté fuertemente mis piernas para controlar mis instintos. Bruce me escuchó resoplar acalorado y desvió sus ojos para verme un instante y su rostro relajado cambió enseguida por uno más serio. Detuvo su conversación con Dimitri al segundo y me observó detenidamente. Otra vez esos ojos que atravesaban mi alma lograron enloquecerme, pero esta vez pude sostenerle la mirada. Deseaba confesarle lo que estaba sintiendo en ese momento, y con la idea fija en la cabeza, traté de expresarme sin más rodeos.

—Bruce... —susurré encendido con ojos brillosos.

Wayne interpretando mi actitud corporal hizo una seña de alto para silenciarme. Entendí que no deseaba que hablara estando aquel hombre a su lado.

—Dimitri, ci scusi uno secondo. (Dimitri, discúlpanos un segundo) —dijo al mozo sin mirarlo y éste comprendiendo se marchó rápidamente sin decir nada—. Clark... soy todo oídos —comentó dulcemente, cosa que me debilitó por completo.

Cincuenta Sombras de Wayne (Superbat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora