Notas de la autora:
Hola mis bellos lectores y lectoras! Como prometí en honor al aniversario de esta historia... les traigo actualización preferencial jijiji. Aquí tienen un nuevo capítulo recién salidito del horno.
No contengan el aliento mientras lean, ¡eh! No quiero que se me ahoguen. Respiren a medida que van transitando cada palabra. Los dejo con la continuación. Disfrútenla!
La inesperada aparición de Talia Al Ghul en el club de BDSM descolocó y perturbó a Bruce de una forma que no pude entender. Sus ojos perdidos y de alguna manera... desorbitados, su respiración acelerada, y la palidez de su tez eran claras señales de que no se encontraba bien, que la mujer que estaba acercándose a nosotros le había hecho algo en el pasado como para perturbar de aquella extraña manera al impasible Bruce Wayne.
Él se encontraba aferrado fuertemente a mis brazos, con el corazón latiendo demasiado rápido, gotas de sudor frío formándose en su frente y con el cuerpo temblando. Me asusté, por un segundo creí que se desplomaría y quedaría inconsciente en mi regazo de lo mal que se veía. Acerqué discretamente mis labios a su oído para que nadie se percatara de aquella escena, tomé su rostro entre mis manos con afecto e intenté susurrarles palabras para tranquilizarlo. Le decía "todo estará bien", "tranquilo, estás conmigo", "respira, Bruce... nadie te hará daño". Pero mis palabras parecían caer en saco roto porque él solo seguía mirándome confundido, asustado, buscando desesperadamente ayuda en mis ojos. Y fue entonces que decidí actuar, no podía seguir permitiendo que él cargara consigo todo ese peso solo. Lo miré seriamente dejando atrás mi retraimiento, mis nervios, la vergüenza y los sonrojos del tímido reportero Clark Kent, y le brindé toda la confianza que el último hijo de Krypton poseía cuando usaba su investidura, la fuerza y el temple que me caracterizaban cuando era Kal-El, Superman. En esos momentos retiré cuidadosamente mis anteojos hacia abajo apoyándolos sobre el puente de mi nariz y dejé ver aquella mirada que pocas veces le había dedicado a él. En esos momentos necesitaba mi fuerza para recomponerse y estaba más que dispuesto a volverme quién debía ser para hacerlo. El pareció reaccionar levemente con un sacudón al verme a los ojos y fue entonces que sentí como su agarre se fue ablandando lentamente. Sin dejar de mirarlo tomé su pañuelo que llevaba en el bolsillo frontal de su saco y sequé el sudor que se había formado con cautela, tratando de no sobresaltarlo con mi accionar, porque me daba la sensación que cualquier acto brusco de mi parte podría alterarlo más.
—¿Qué sucede, Bruce? —Continué fijando mi mirada en él y lo vi cerrar duramente su boca para respirar fuertemente por la nariz—. Sea lo que sea que ocurra... estoy contigo —volví a susurrarle mientras no dejaba esa conexión y al notar cómo me asentía levemente coloqué mis lentes nuevamente en su lugar.
—¡Bruce! ¡Mi amor! ¡Te estoy hablando! —Talia lo llamó insistente mientras cada vez se acercaba más, esquivando y disculpándose con las personas con las que se iba encontrando en el camino. Era cuestión de segundo para que llegara hasta nosotros.
La voz de la mujer llamándolo nuevamente lo alteró haciéndolo vibrar y apretar por un segundo con fuerza mis brazos, pero no volvió a caer en el terror que anteriormente lo había embargado. Esta vez pareció concentrarse para no perturbarse, cerrando sus ojos con fuerza e inhalando en profundidad para llenar sus pulmones con aire; obviamente estaba intentando no agitarse de más como hacía un momento. Su corazón fue ralentizando su repiqueteo y las manos que antes se aferraban a mí con tanto nervio, ahora iban soltando su afiance hasta soltarse por completo. Al abrir sus ojos, pude ver a un Bruce más calmado y centrado; lentamente regresaba a ser la persona firme que era a pesar que aún su rostro lucía pálido y desmejorado.
—Lo... lo siento —dijo en un susurro tan suave que era extraño de escuchar—. No debí perder... la compostura así.
Y yo me sentí estremecer ante sus palabras. Era tan raro verlo así. Tenía un semblante con una mezcla de sensaciones y emociones que no supe interpretar, pero todas y cada una de ellas lo desbordaban. Quise en ese momento abrazarlo con fuerza para brindarle mayor sostén o arrastrarlo si era necesario a salir de allí para evitar cualquier tipo de conexión con aquella mujer, pero era imposible, porque ella ya nos había alcanzado y en esos instantes se encontraba parada justo detrás de nosotros, mirándonos con ojos entrecerrados y con claras intenciones de abrir su boca a punto de soltar su lengua filosa.
ESTÁS LEYENDO
Cincuenta Sombras de Wayne (Superbat)
FanfictionBruce Wayne es un hombre muy reservado que guarda muchos secretos, algunos tan oscuros que hasta sus más cercanos desconocen. Clark está encantado por descubrir ese lado del murciélago y poco a poco se va a ir sumergiendo en su mundo, un mundo del c...