Capítulo 11: De Pies a Cabeza

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(Holaaa!!! Como están mis bellos lectores! Gracias por la enorme paciencia, es una virtud que tienen y que deben saber valorar. Yo lo hago Jajaja No, en serio, fueron varios meses que me demoré y realmente lo siento. Sé que me cuesta mantener el ritmo y ya he dicho muchas veces las razones. Pero... esta vez le sumamos que cumplí aniversario en "Quiero ser tu apoyo" y a la vez como fiker... así que eso retrasó un poco las cosas.

Pero aquí estamos al fin con una nueva actualización que los tendrá atrapados de comienzo a fin, con sensaciones de sorpresa y les dejaré con la boca abierta. Me auto publicito jajaja. Solo como advertencia, habrá partes de la historia que podría impresionarlos un poco, para que estén preparados. No es nada tan explícito o hard (bueno, solo un poquito), no se ilusionen. Jeje

Bueno... sin más vueltas los dejo leer. Nos vemos al final que hay varias cosillas que tengo para aclararles.)

Gracias a mi insistencia y desobediencia, conseguí convencer a Bruce de quedarme en el club BDSM a pesar de su descontento y desaprobación. No iba a permitir que él se encontrara con otro hombre con el que tiempo atrás había mantenido un vínculo como Amo/Sumiso. Eso estaba fuera de discusión y lo dejé bien en claro minutos antes cuando me habían ordenado que me marchara; cosa que obviamente no hice. Su enojo era visible ante mi negativa por irme de aquel lugar sin él, pero eso no me impidió oponer resistencia y mantenerme firme en mi decisión. Me di cuenta que cuando había algo que deseaba con todas mis fuerzas, ni la mirada penetrante de mi amigo, ni su voz dominante me podían persuadir. Y gracias a eso, pensé que esa determinación era la clave para manejarme con Bruce si quería obtener algunos resultados a mi favor. Aunque obviamente no había tenido en cuenta el castigo que llevaría mi actitud, en ese instante solo me importaba el haber logrado lo que quería; y por tal motivo me sentí más que satisfecho.

Habiendo conseguido su aprobación, me quedé a la espera de seguir sus órdenes de manera obediente como el caso lo requería. Estábamos en su terreno y por ende debía actuar como las circunstancias lo ameritaban. Él me había dicho que si quería permanecer allí necesitaba cambiar mi vestimenta y debía usar un collar que identificara que le pertenecía. Al parecer a todos los sumisos que asistían al lugar se los obligaba a usarlo para moverse por las instalaciones. Si yo quería quedarme a su lado hasta esperar a que nos marcháramos de aquel lugar, también debía portar uno. La idea no me molestaba tanto en sí como tener que ver el encuentro que se daría con uno de sus sumisos.

Tras haber deslizado sus dedos por la solapa de mi saco, confesándome que necesitaba cambiar mi atuendo, Bruce miró fijamente mis ojos y metió la mano en el bolsillo de su pantalón para retirar su celular. Dándose media vuelta, realizó una breve llamada y volvió a tomar asiento en su lugar tranquilamente. Yo tímidamente regresé a mi sillón y me quedé observándolo con la cabeza gacha mientras un incómodo silencio se perpetuaba entre los dos. De repente, sus labios se alzaron en una enorme sonrisa y fruncí mi seño sin entender tal súbito gesto. Me parecía por demás extraño verlo sonreír de esa manera, y con la duda creciendo en mi mente, me animé a interrogarlo.

-¿A qué viene esa sonrisa? -pregunté un poco molesto, sabiendo que probablemente se reía de algo que tuviera que ver conmigo. Al instante, tras darme cuenta que mi pregunta sonaba bastante autoritaria, mordí mi labio sabiendo que se enojaría.

-No creo que estés en posición para hablarme de esa manera. -Entrecerró sus ojos y me fulminó con la mirada-. Pero ya que estás tan interesado en saber, te lo diré. Estaba pensando en todos los problemas que has pasado solo por inmiscuirte en este lugar para espiarme. Muy osado de tu parte, a decir verdad. Y aún no paro de rumiar tu conducta atrevida y rebelde. No me olvido el hecho que has sido desobediente sin meditar en las consecuencias de tus actos. A veces creo que olvidas tu lugar, Clark. Eres mío, mi sumiso, quién debería asumir una posición dócil y obediente. ¿Debería recordarte todas las trasgresiones cometidas el día de hoy? -Volvió a sonreír y la vez sus ojos se oscurecieron, y por tal motivo, sentí un cosquilleo recorriéndome el cuerpo.

Cincuenta Sombras de Wayne (Superbat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora