Cincuenta Sombras de Wayne (Superbat)

Capítulo 7: Mire por donde te mire.

Notas de la autora: escrita años atrás.

Hola a todos!!! Aquí al fin con la actualización de esta historia! Me ha gustado mucho escribirla y ya les voy adelantando que... va a ser bastante hot! Jeje Como siempre me disculpo por el retraso, pero al estar con tres fics a la vez, más todas las obligaciones que uno tiene, inevitablemente me retrasé! Pero ahora que ya terminé una de mis historias serán más rápidas las actualizaciones... eso espero jeje. Este capítulo es un poco largo, para compensar. Bueno, sin más rodeos los dejo para leer!

______________________

Había transcurrido más de una semana desde la última vez que había visto a mi amigo y desde ese entonces no había tenido noticias de él. Una terrible angustia comenzó a apoderarse de mí, consumiendo mis nervios lentamente cada día que pasaba sin poderlo ver. Estaba desesperado porque Bruce se pusiera en contacto conmigo para saber, de una vez por todas, cual había sido su decisión. En nuestro último encuentro, luego de haber leído el contrato de sumisión, Bruce había escuchado atentamente la propuesta que tenía y que nos involucraba a ambos. Había decidido entregarme por completo a él volviéndome su sumiso, con la condición de darnos una oportunidad de conocernos mejor e intentar ser algo más que compañeros de sexo, ya que mi deseo hacia él, iba más allá de lo que pudiera pasar físicamente en una habitación. Pero aunque me moría de ganas por hablar con él y verlo, temía que un intento de contactarlo fuera tomado como una especie de presión ante la decisión que tenía que tomar. Lo que me aterraba era el pensar que se negara a mi petición y que terminara por perder lo poco que habíamos construido. Si él llegaba a decirme que no, eso significaría que no habría nada más entre los dos y que todo terminaría en la nada.

Mientras divagaba sumido en mi pesar, miré fijamente la tasa de té que se encontraba delante de mí perdido en mis pensamientos.

—¡Clark! ¡¿Me estás escuchando?! —exclamó en voz alta mi amiga logrando distraerme de mis pensamientos y regresándome a la realidad.

—Lo... lo siento Lois. Realmente estoy en cualquier lado. —Alcé la vista para mirarla y jugué con el mango de mi taza.

—¿Por qué crees que te obligué a venir a tomar un café? —Buscó mi mano para darme un apretón—. Te he visto estos últimos días muy angustiado. Me mata verte con esa cara tan triste. ¿Qué sucede? ¿Tiene que ver con el hombre con él que sales?

Su pregunta me hizo vibrar y agache mi rostro, angustiado. Ella tenía razón, pensar en Bruce era algo que no dejaba de darme vueltas en la cabeza. La situación se me estaba yendo de las manos y me costaba controlar lo que estaba sintiendo. ¿Por qué me había enganchado tanto? ¿Por qué su posible negativa me tenía tan triste? No quería perderlo, aunque sabía que nunca había sido realmente mío.

—Sí —dije casi en un susurro—. Es... complicado. —Volví a mirarla y le devolví el apretón.

—Bueno, ¿por qué no me cuentas? Quizás no sea de mucha ayuda pero mi oído está dispuesto a escuchar. —Sonrió dulcemente y su sonrisa me contagió.

—Es que... es confidencial. Se supone que no debería hablar de él. —Me oculté tras mis lentes y carraspeé incómodo. Necesitaba contarle lo que me estaba sucediendo, pero eso implicaba romper con el contrato de confidencialidad. No sabía hasta qué punto podía narrarle sin llegar a mencionar algo clave.

Mi amiga se cruzó de brazos y se reclinó hacia atrás con mirada suspicaz.

—Mira Clark, voy hacerte el camino fácil. Te diré lo que ya se de este hombre para alivianarte la presión de tener que decírmelo. —Sonrió con astucia y antes de hablar tomó un buen sorbo de su café—. Sé que este hombre es alguien importante y de mucho dinero. Probablemente algún político o empresario. Obviamente te exige que la relación de ustedes se mantenga en secreto ya que seguramente es una figura pública. Sabiendo el trabajo que tienes, quiere evitar a toda costa que lo de ustedes salga a la luz. —Sus labios se alzaron en una mueca de satisfacción al notar como rápidamente me puse firme en el lugar por lo acertado de su exposición.