Capítulo 6: Busquemos Mediar.

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Notas de la autora: publicadas años atrás.

Hola gente!!! Cómo están? Esta historia va tomando color!!! Al fin verán el famoso contrato de sumisión. Obviamente hay varias palabras que quizás necesitan ser aclaradas así que en las nota al pie estarán sus definiciones, lo menciono por las dudas por si hay alguno que no entiende de que se está hablando en el contrato.
Espero como siempre que lo disfruten y los invito a leer!!!

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El cansancio que había notado en Bruce era realmente evidente y me llamaba mucho la atención verlo en ese estado, ya que generalmente, él suele ser una persona nocturna a la cual no le molesta permanecer despierta. Siempre que trabajábamos juntos de noche lo podía ver fresco y despierto, manejándose entre las sombras y durante largas horas como si fuera su ambiente natural; propio de un murciélago. Creí entonces que su condición se debía probablemente a la falta de sueño y al instante me preocupé por él; realmente era extraño e insólito notarlo así de agotado. Por momentos me preguntaba, ¿seré yo el responsable que esté en ese estado? Y una parte de mí se entristecía al pensar que fuera así, porque lo que menos deseaba era perjudicarlo de alguna manera; pero la otra parte, totalmente egoísta, se sentía un poco feliz. En mi cabeza, me gustaba la idea que estuviera sintiendo lo mismo que yo, y que su falta de sueño se debiera a la ansiedad o la emoción por lo que estábamos viviendo, tal y como lo vivenciaba yo. La ausencia de sueño para mí se había vuelto una costumbre desde que me había enterado que mi mejor amigo me deseaba, pero a pesar de todo, podía manejarlo sin problemas.

Mientras pensaba todo esto, me recosté un poco en el sillón mirando el sobre que tenía en la mano por largo rato dudoso si leer el contenido en la mansión o si regresar a mi departamento para hacerlo. Realmente la ansiedad me carcomía y deseaba abrirlo en ese instante, pero tampoco quería abusar de la hospitalidad del dueño de aquella mansión. Aunque este me había invitado a quedarme sin problemas, aún no me sentía del todo cómodo con la idea. Lo que me hizo tomar la decisión de permanecer fue el verlo a Alfred aparecerse con una bandeja, sonrisa en los labios y picardía en los ojos.

—Estoy seguro que ahora sí desea una taza de té, señor Kent —dijo acercándose a mí para luego apoyar la delicada bandeja sobre la mesita que tenía en frente.

—En verdad sí que es oportuno Alfred, realmente estaba necesitando algo para calmar mis nervios. —Miré con ansiedad el brebaje sintiendo inesperadamente seca mi garganta mientras el mayordomo preparaba la infusión.

—Me lo imaginaba. —Sonrió delicadamente y me ofreció la taza—. Sé que necesita tiempo a solas para leer y meditar, así que le dejaré las cosas y me retiraré. —Dejó la tetera sobre la mesa y acomodó prolijamente todos los objetos que traía sobre la bandeja.

—Alfred, disculpa que te pregunte, pero... ¿tú sabes de que trata todo este asunto? —pregunté avergonzado y el exhaló una pequeña risa.

—Podría decirse que sí, estoy al tanto. Soy la única persona cercana al amo Bruce que conoce el secreto, nadie más —comentó con una pequeña tristeza en los ojos que percibí fácilmente. Luego su mirada se transformó de manera resplandeciente y no supe interpretar esa reacción—. Si disculpa mi atrevimiento, señor Kent. —Apoyó su mano derecha sobre su barbilla como meditando lo que iba a decir—. Sé que quizás no debería exponerle esto, pero tengo la necesidad de hacerlo.

—Habla con confianza, Alfred, puedes decirme lo que quieras. —Sonreí para calmarlo. Él suspiró e inhaló inflando su pecho antes de hablar.

—Sé que lo que le está proponiendo mi señor es... como decirlo... ¿demasiado singular? ¿único, quizás? El punto es que puedo asegurarle que jamás vi al amo Bruce tan interesado por alguien como lo está por usted. Es la primera vez que lo distingo con tanta incertidumbre y vacilando a la hora de proponérselo. Hasta podría afirmar que probablemente aún tenga dudas sobre si está haciendo lo correcto. Solo sé que estoy seguro que usted realmente le importa.

Cincuenta Sombras de Wayne (Superbat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora