Era una tarde cualquiera de escuela, entonces me llamó y dijo que lo viera en su edificio, lo esperé en las escaleras y me dijo que me sentará en los escalones.
Comenzó a relatar una historia y para cuando terminó me dijo que no me quería más, que debía terminar conmigo.
Yo, devastada, no pude soportarlo más y las lágrimas se desbordaron, me dijo que fuera a los campos y que cuando terminara su clase iría a verme para hablar.
Cuando por fin llegó a los campos yo tenía la cara lavada y entre las rodillas.
-Déjame hablar.
Y lo escuche por diez minutos hasta que mi estómago me delató.
-Tienes hambre, siento eludir lo obvio, ¿Qué quieres de comer?
-No tengo apetito.
-Eso no dijo el estómago. Espera, iré por comida.Y cuando se fue lloré desconsoladamente por cinco minutos antes de que volviera.

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Si Te Pierdo
RomantizmFuimos afortunados de encontrarnos tan jóvenes, que si esto se llegará a acabar... M&E