Capítulo 6: "¿Dónde estás...?"

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Narra: Adrien/Chat Noir

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En cuanto pude separarme de mis compañeros, vi como toda la preparatoria volvió a la normalidad. Aproveché el momento de soledad y me transformé. Recorrí todo el patio, pero ya no había rastro de Ladybug, Blaitt, o Marinette...

Fui a la casa de ésta última, pero nada, también estaba vacío.

Chat Noir: ¿Pero dónde se han metido?

En mi cabeza comencé a montarme las peores películas. De seguro Blaitt se llevó a Marinette a algún lugar... Esa copia no me agrada. ¿Por qué tiene que existir? ¿Por qué desea tanto a Marinette? ¿Y por qué eso me importa tanto?

Los seguí buscando el resto de la tarde, e incluso a la medianoche aún no los podía encontrar, vaya guardián soy. Las calles de París ya estaban completamente silenciosas...

Marinette: ¡Chat Noir!

No supe si me imaginé aquel grito o no, pero después de un rato, lo volví a oír, esta vez más intenso. De inmediato me dirigí al lugar de donde provenía esa desgarradora voz.

Luego de correr un tiempo por fin la encontré. Estaba en una especie de bodega, amarrada a una silla, con Blaitt queriendo hacerla callar.

Blaitt: ¡Oh no, llegó el fantástico superhéroe! –sarcasmo-

Chat Noir: ¿Te morías de ganas de verme? Nadie secuestra a la princesa y sale ileso.

Dividí mi bastón en varias partes y se los lancé con toda mi fuerza formando a su alrededor una jaula. Mi objetivo no era vencerlo, si no detenerlo.

Marinette: ... Así que por fin llegaste.

Chat Noir: Lamento haberla hecho esperar, princesa.

Logré desatarla, pero cuando íbamos a escapar Blaitt me lanzó de vuelta mi bastón, desestabilizándome un poco.

Chat Noir: Oh~ Gracias por devolvérmelo.

Blaitt: ¿Adónde vas cobarde? ¡No te la puedes llevar!

Tomando a Marinette de la cintura di un gran salto hasta la salida.

Chat Noir: Marinette es mía. –sonríe- ¡Nos vemos!

Desde ahí estiré mi bastón para subir a los tejados y correr a toda velocidad. Cuando estuvimos lo bastante lejos, paré a tomar aire.

Pude ver que Marinette aún tenía una expresión algo rara, debió haber estado muy asustada.

Chat Noir: Vaya carrera –agitado- ¿Estás bien?

Marinette: S-Sí, gracias... ¡N-No sé qué me hubiera hecho si no llegabas! –risa forzada-

Preferiría no pensarlo demasiado.

Chat Noir: Hubiera puesto sus sucias manos sobre ti –molesto-

Marinette: Pensándolo ahora... ¿Qué fue eso de "Marinette es mía", eh? –arquea una ceja-

Y yo que creía que lo había olvidado.

Chat Noir: ¿E-Eso? –sonrojado- Fue mi diálogo de guardián victorioso, claro. ¡Hay que adaptarse al papel!

Me pregunto que habrá pasado por su cabeza al momento de hacerme un puchero y cruzarse brazos.

Marinette: Qué decepcionante.

Si te pones de ese modo, me dan ganas de aprovecharme de la situación...

Chat Noir: ¿Esperabas algo más? –se acerca-

Marinette: ¿De ti? Definitivamente no –desafiante-

Viendo como creía manejar la situación, hice un movimiento rápido y le di un beso en la mejilla.

Eso claramente no se lo esperaba, pues su rostro se tiñó de un color rojizo muy pronto, aunque..., mi cara también se siente muy caliente.

Marinette: L-Llévame a mi casa.

Queriendo cumplir su petición, la tomé de la mano para no incomodarla demasiado. Se veía algo pálida, debe querer descansar de una buena vez.

Entramos por la pastelería, no había rastros de Blaitt, así que subimos a su habitación.

Marinette: Podía subir sola, ¿sabes? –ríe-

Chat Noir: No, no. Hay que dejar a la princesa justo en su lugar –sonrisa-

Tan solo le dediqué una sonrisa y me quedé allí. Ella claramente quería que me fuera, pero, no lo haría.

Marinette: -carraspeo de garganta- Ya me puedes dejar...

Chat Noir: ¿Dejarte? Ni pensarlo –mueve la cabeza a ambos lados-. Dormiré en esta habitación, no podría dejar que se la llevasen de mi lado de nuevo...

Vi como dio un largo suspiro y sin siquiera cambiarse de ropa se recostó en su cama. Apagué la luz y tirando una sábana en el suelo me quedé ahí.

Pronto, empecé a escuchar ruidos de molestia por parte de ella.

Marinette: Chat Noir...

Chat Noir: ¿La princesa quisiera que le hiciera compañía en su cama?

Aunque mi tono de broma fue evidente, ella no respondió. Me senté para observarla. Sus ojos llenos de brillo se encontraron con los míos, pero pronto me dio la espalda.

Marinette: ¿Y qué estás esperando?

Su tono tímido me hizo enloquecer de ternura. Con cuidado me gané a su lado, sintiendo de inmediato la calidez de su cuerpo...

Eso pequeño cuerpo que últimamente, sólo quería proteger y que permaneciera conmigo.

Sin fijarme cuándo o cómo, me había enamorado de Marinette.

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Los dos Chat Noir'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora