Capítulo 9: "Alguien importante"

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Narrador omnisciente

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Marinette despertó en su habitación, como toda persona normal. Abrió sus ojos color cielo un poco, pero su cuerpo le pedía que los cerrara nuevamente y siguiera durmiendo.

Marinette: Buenas noches...

Se acurrucó de nuevo entre las sábanas, pero los fuertes gritos de Tikki la hicieron saltar y quedarse sentada.

Tikki: ¡Marinette, Marinette!

El kwami entró en la habitación bastante alterada. La peliazul la tomó entre sus manos y la miró con interrogación.

Marinette: ¿Pasa algo malo?

Tikki: ¡Chat Noir y Blaitt se están peleando abajo!

Marinette: ... Y yo que quería seguir durmiendo –suspira-.

Bajó las escaleras con rapidez y vio a ambos gatos peleándose con sus bastones. Les gritó reiteradas veces que se detuvieran, pero ellos no hacían caso alguno, por lo que decidió cruzarse en medio.

Marinette: ¡Deténganse de una vez!

Los chicos estaban tan sumidos en la pelea que sus ojos sólo estaban fijos en los movimientos del otro. Sin dudarlo un segundo se acercaron nuevamente, pero Blaitt se detuvo antes con la cara llena de risa, viendo a Chat Noir acercándose hasta que su bastón topó con algo sólido.

Blaitt: Vaya, has lastimado a la gatita –ríe por lo bajo-.

Chat Noir: ¿¡M-Marinette!? ¿En qué momento...?

Simplemente se había cegado por los celos y las palabras molestas de Blaitt. La peliazul estaba sobándose la frente suavemente, con una expresión de dolor. Se levantó siendo observada por los dos chicos que esperaban ser regañados, pero ella solo se colocó un pequeño parche y sonriendo movió la mano para luego irse.

Tikki: Debes ser más dura. A este paso nunca se comportarán.

Marinette: No me apeteció regañarlos. Parecían llevarse bien por primera vez.

Tikki: Creo que debemos corregir con urgencia tu concepto de "llevarse bien", de seguro el golpe te movió algo dentro de la cabeza.

Al llegar a la preparatoria, Marinette se encontró con Alya en la entrada, que por supuesto notó el parche que ésta llevaba en su frente.

Alya: Ya sabía que no estarías bien sin tus padres.

Marinette: No exageres, no fue nada grave, un raspón –sonríe-

Alya: Aún así estoy preocupada por ti. Hoy dormirás en mi casa, no creo que sea una buena idea que sigas sola.

La chica se quedó en silencio viendo que no le podía contar la verdad a su mejor amiga. Aunque, ¿quién le creería que vivía con Chat Noir y Blaitt?

Marinette: Esos dos se van a matar sin mí.

Se separó de Alya un momento para ir hasta su casillero, pero se sorprendió al ver a Adrien allí parado. Ya no tenía esa sensación de nerviosismo cuando estaba cerca de él.

Adrien: ¿Y bien? ¿A quién debemos golpear? –apuntando el parche-

Marinette: Ah, esto –sonríe- Fue un accidente, no tiene gran importancia.

Adrien: ¿Se podría saber quién fue el causante?

Ella procesó un minuto la pregunta. No podía decir nombre, así que soltó lo primero que se le vino a la mente.

Marinette: Una persona muy importante para mí.

Los ojos de Adrien demostraron sorpresa.

Adrien: Pues si te hirió, debe ser un verdadero idiota.

Le dedicó una pequeña sonrisa a Marinette y se retiró. La chica tenía la impresión de haber conversado con otra persona, alguien nuevo, aunque de cierto modo eso la había ayudado bastante.

Por la tarde se fue a la casa de Alya. Pasaron el resto del día que les quedaba viendo películas, luego cenaron algo especialmente preparado por la madre de Alya, para pasar de una vez a las habitaciones y dormir.

Alya: Nos vemos mañana –cerrando la puerta-

Cuando Alya abandonó el lugar Marinette pudo contemplar una espaciosa habitación. Se tumbó en la cama, era demasiado silencio, demasiada paz; quería volver a su casa. Allí, Chat Noir dormiría con ella para cuidarla.

Marinette: Ni siquiera aquí puede salir de mis pensamientos... –abrazando una almohada-

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Al día siguiente, muy temprano, se oyó el golpear de la puerta en la casa de Alya. La chica se levantó somnolienta y abrió, topándose con un gato sonriente con un ramo de flores entre las manos.

Alya: ¡Ah, Chat Noir en mi casa! Espera, traeré mi celular y...

Chat Noir: Quisiera poder pasar un rato contigo, pero no vine a eso. ¿Está Marinette?

Alya se extrañó un poco, pero sin pensarlo demasiado guío al rubio hasta la habitación en la que había dejado a su amiga. Pero al abrir la puerta, solo había una cama vacía.

Alya: ¿Eh...?

La chica morena no lograba comprender la situación, mientras que veía el ramo de flores caer al suelo y a Chat Noir saliendo por la ventana.

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Los dos Chat Noir'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora