Los dos Chat Noir's

Capítulo 18: "¿Quién eres tú?"

Narra: Adrien/Chat Noir.

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Si entre todo este lío sabía algo, eso era que tenía un maldito dolor de cabeza. Era algo insoportable, sentía como si fuese a explotar de un momento a otro sino me mantenía quieto y sentado. Además, cuando me tocaba la frente parecía estar tocando el mismísimo sol, ardía a más no poder, la fiebre me hacía estar en un estado lamentable.

Veía la ciudad completa desde un lugar muy alto, el cielo estaba completamente tapado de nubes grises, no se me permitía ver ni un solo rayo de sol. No sé cómo ni cuándo llegué aquí, pero en realidad siento cierta sensación de calidez al estar en este sitio, es reconfortante, y si quitáramos mis malestares hasta lo consideraría cómodo. Se me hace muy familiar y a la vez, no.

Parece ser que tengo tanta buena suerte que se ha puesto a llover a cántaros. Oh sí, soy tan apuesto que la lluvia se muere por dejarse caer sobre mí; no es su culpa, soy demasiado atractivo.

Quiero quitarme este traje negro y no, he intentado de todo, es como si estuviera adherido a mi cuerpo. ¿Qué tengo que hacer? ¿Decir las palabras mágicas? "Hey molesto traje, despégate de mí". Además, no es como un disfraz de un policía, un fantástico superhéroe o algo, era el traje de un gato, ¡con orejas y cola incluido!

No sé ya cuánto tiempo ha pasado desde que sigo así. Sólo procuro mantenerme consciente y no dejarme vencer por este dolor. Estaba mareado, el sonido de las gotas cayendo sobre el metal retumbaba en mi cabeza y no lo podía detener, estaba enloqueciendo lentamente.

Entre tanta desesperación, repentinamente oí una voz a mis espaldas. Era la voz de un ángel, demasiado bonita, me trajo incluso algunas imágenes vagas a la mente. Como si miles de recuerdos pasaran por mi cabeza al mismo tiempo, y al final no pude ver nada.

Me volteé lentamente, sujetándome la cabeza, y lo primero que vi fue a un tipo idéntico a mí, mismo pelo, mismo traje, mismo todo, y quizás ya no estoy distinguiendo bien los colores, pero él se veía totalmente gris. Creo que eso debería asustarme, pero me dio igual.

Seguí observando, con la vista nublada y borrosa, y me topé con una figura roja llena de puntos. Alcé la mirada y me vi atrapado en unos ojos celestes que me miraban fijamente, con un toque de curiosidad. Tenía un pelo negro azabache empapado, también llevaba una máscara cubriendo su rostro, pero lo que más me llamaba la atención era su sonrisa. Parecía ser el día más feliz de su vida.

Verla hizo que sintiera varias puntadas en el pecho y una pequeña sonrisa se formó en mi rostro. Sentí como si una burbuja nos hubiera atrapado a ambos, no existiera nada más, nada importara.

Ladybug: Vaya, ¿así me recibes? ¿No dirás nada, gatito?

Se apoyó sobre sus rodillas para quedar a mi altura. Seguimos compartiendo miradas por un rato, hasta que ella se iba acercando, estiró sus brazos en el intento de darme un abrazo, pero yo la sujeté por los hombros antes de que se lograra acercar más.

Chat Noir: E-Eh, espera... Esto no está bien.

Simplemente no entiendo nada, su ojos llenos de emoción al mirarme me desconciertan. Siento que revela todo mi ser, siento como si me conociera totalmente.

Ladybug: ¿No puedo? ¿Qué pasa, Adrien?

Sonreí nervioso y me rasqué la nuca... ¿Adrien? ¿Qué decir en una situación como esta? No, hay una pregunta aún más importante...

Chat Noir: Verás... Me tendrás que perdonar, pero... ¿Quién eres tú?

La alegría y emoción que había contemplado se volvió una notoria desesperación. Sus ojos se abrieron más y su brillante sonrisa... Se esfumó.

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