Los dos Chat Noir's

Capítulo 29: "Bajo la luz de luna"

Narrador omnisciente.

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Cautivada por todo lo que el chico rubio decía, Marinette no pudo aguantar colocarse totalmente roja, mientras que Adrien no evitó detener su baile para tomar a la peliazul por las mejillas y darle un largo beso completamente lleno del amor que sentía.

Al separarse, sin siquiera dejar que la chica recuperara el aire, él llamó a Plagg y usó la transformación. Cargó a Marinette como la princesa que era, y avanzó muy decidido a salir de la casa.

Marinette: ¿Qué haces, gato tonto?

A pesar de fingir un tono molesto, la sonrisa no se le borraba del rostro y eso hacía al chico enloquecer en varios sentidos. Sin soltar la respuesta, Chat Noir comenzó saltar aproximándose cada vez más a su objetivo, lo más alto de la torre Eiffel.

Una vez allí, dejó gentilmente a su damicela y la tomó de ambas manos. La luna se veía enorme desde ese lugar, como si fuera solo de ellos y cumpliera la función de iluminarlos en aquel bello momento.

Chat Noir: ¿Quisieras decir algo tu primero, My Lady?

Marinette: Bueno... Nada ha sido fácil entre nosotros, lo sé. Y la verdad que desde que tú llegaste a mi vida todo a sido un caos, pero no un caos imposible de soportar, porque tú estabas a mi lado, tú me alentaste siempre dándome el valor para seguir... Tú cambiaste todo pero...

Al darse cuenta de lo emotiva que se estaba colocando, la verguenza se hizo presente y no la dejó seguir.

Marinette: M-Me gustaría seguir -ríe-, pero ya sabes, n-no soy buena en estas cosas.

Casi feliz de oír eso, como si lo tuviera previsto, el negro felino se aclaró la garganta para dar a entender que él sí sabía a la perfección qué decir.

Chat Noir: Marinette, oh mi querida princesa... Ante esta radiante luna blanca quiero decirte tantas cosas.

Las palabras le salían con tanta fluidez que por un momento la peliazul llegó a pensar que todo eso lo había ensayado, pero no, aquellas sinceras palabras venían directamente desde el corazón del rubio.

Chat Noir: Nadie nos derrumbará, porque como el tiempo nos ha demostrado, nuestro amor es indestructible... Y aún si alguien o algo logra hacer que perdamos el equilibrio, sólo serán unos segundos, dado que tú y yo estaremos ahí, apoyándonos. Codo a codo trabajando como el gran equipo que somos.

Marinette: El mejor equipo -agregó-.

Chat Noir: My Lady, tú sabes lo mucho que te aprecio y vengo a prometerte que te atesoraré el resto de mi vida. Nuestras vidas. Quiero formar un destino únicamente junto a ti, claro, si me lo permites.

Marinette: Desde que te conocí todos mis días son solamente tuyos.

Chat Noir: Entonces déjame preguntarte una última cosa... ¿Me amas tanto como yo a ti?

Parece responder aquello Marinette pensó que no eran necesarias las palabras. Sólo se acercó, tímidamente, para besar a su querido en los labios y luego abrazarlo con fuerza en medio del silencio de la noche.

Todo les parecía increíble. Hace no mucho tiempo atrás, eso que vivían lo verían como algo irracional, imposible. Pero ahí estaban, unidos por un cálido abrazo.

Ninguno de los dos era capaz de cuestionarse el camino que había tomado, viendo tan buen final, sería muy estúpido lamentarse por algo tan maravilloso.

Pasara lo que pasara, querían seguir oyendo esas palabras por el resto de su vida. Mil veces si fuera necesario, para así poder creer que lo que les pasaba no era una simple fantasía, sino la mismísima realidad.

El conjunto de nubes negras que alguna vez se formó había desaparecido. Era un camino totalmente lleno de emociones el que dejaban a sus espaldas...

Marinette: Te amo.

Chat Noir: Yo más.

Marinette: ¿Serás un gato fiel?

Chat Noir: Fiel a ti, durante toda mi vida.

Se les hizo difícil el no querer rozar sus labios nuevamente.

Nunca se cansarían de oírlo,
de sentir al otro, de ser,
tan perfectamente,
felices.

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