Capítulo 21: "Tras las grandes nubes"

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Narra: Marinette.

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Después de leer el mensaje de Emma sentí varias piezas unirse en mi cabeza. La vez que ella dijo que había vivido en París, su cabello rubio, su "vida"... Además, Blaitt había incinuado algo sobre ella pero no me lo reveló. Ahora lo sabía.

Marinette: ¿Me puedes explicar?

Blaitt: Lo había olvidado, ¡lo juro!

A pesar de que parecía decir la verdad, tenía ganas de darle un golpe por no habérmelo dicho antes. Volví la vista a mi celular y comencé a escribir una respuesta:

-"Estamos bien. No llegamos hace demasiado, pero... Podrían venir a visitarnos".

No pasó demasiado tiempo y sentí el móvil sonar de nuevo:

-"Creo que tengo el fin de semana libre... Voy para allá".

Eso había sido demasiado fácil. Pero qué más daba, tenía un interrogatorio listo en mi cabeza.

Marinette: ¿Qué es Emma de Adrien? ¿Y cómo lo sabías?

Blaitt: Ella es su hermana. Lo supe por simple deducción, es cosa de compararlos mentalmente, además en la placa de su habitación ponían su nombre y apellido, señorita despistada.

Marinette: Hay muchas cosas raras aquí. ¿Por qué ella vive sola en Japón? ¿Por qué Adrien parece no saber de su existencia? Y, ¿por qué Emma parece odiarlo?

Blaitt: Hey, detente, me colapsarás. Posiblemente yo sepa menos al respecto que tú.

Di un suspiro y me decidí a dejar las dudas para después, aunque realmente me intrigaba. Sentía como si tuviera un montón de asuntos pendientes y no avanzara en nada. Tomé la mano de Chat Noir para luego unirla con la mía; estaba frío, no podíamos dejarlo más tiempo aquí y la única opción que tenía era mi casa... El problema es que yo sólo tiré mis maletas por la azotea y me fui directo a la torre Eiffel sin tomar a nadie en cuenta.

Marinette: Tikki, vuelve a mi bolso. Blaitt, ¿puedes cargar a Chat Noir?

Blaitt: Claro, si ya me tienes como burro de carga personal.

A pesar de sus reproches hizo lo que le pedí, la gratitud que tengo por él no se puede expresar. Salimos a la calle dándonos cuenta de que la lluvia por fin había cesado, eso nos facilitó un poco las cosas; Blaitt iba adelante y yo permanecía un poco más atrás viendo el arcoiris que salía detrás de las nubes. Reí al pensar que el clima se parecía a nosotros.

Al ir mirando el cielo, no veía por donde avanzaba y fue inevitable chocarme con alguien.

Marinette: ¡P-Perdón! Fue mi culpa.

-No, no hay proble-... ¿Marinette?

El solo hecho de oír esa voz causó que un nudo se hiciera en mi garganta y dudara si levantar la cabeza o no. Finalmente lo hice, aunque no tuviera derecho de mirar a esa persona a la cara...

Alya: ¡Marinette, eres tú! -se abalanza a abrazarla- ¡Tanto tiempo!

No pude reaccionar ante su acto. Fue un encuentro tan inesperado que tan sólo pude quedarme quieta y susurrar su nombre sorprendida. Nos separamos y nos miramos a la caras, ella me sonreía, yo hice lo mismo. Tenía que dejar mi cobardía de lado, ir a enfrentar mis miedos.

Marinette: Estoy feliz de verte.

Alya: ¿Y crees que yo no? ¿Sabes todo lo que te he extrañado? Te fuiste sin...

No terminó la frase, pero claramente yo había entendido. Alcé la vista por sobre su hombro, Blaitt había seguido su camino sin esperarme, posiblemente nos vio y prefirió dejarme.

Marinette: Lo siento... Por todo.

Me tomó por los hombros y asintió varias veces, los ojos de ambas estaban cristalinos, me dijo que había estado tanto o más asustada que yo. Nos dimos otro pequeño abrazo, pensé que toparme con ella sería malo, pero resultó ser lo contrario.

Alya: ¿Mejores amigas de nuevo?

Marinette: Nunca dejaste de serlo.

Luego de aquello se despidió de mí, diciéndome que tenía una cita con Nino, yo sólo le sonreí pícaramente. Continué mi camino ahora un poco más feliz, hasta que al llegar a mi casa dudé en abrir la puerta; obviamente quería ver a mis padres, abrazarlos, pero no era el mejor momento.

Finalmente giré la manilla y entré, la tienda estaba desierta. Lo primero que resaltó a mi vista fue un papel sobre la mesa, lo tomé entre mis manos y decía claramente que ambos andaban comprando los víveres y debo admitir que me venía bastante bien, excelente.

Subí hasta mi habitación, viendo a Chat Noir recostado en mi cama y a Blaitt tirado en el sillón. La escena me traía recuerdos de los tres cuando estábamos juntos..., no exactamente en paz y armonía como gente "perfecta", pues hablábamos de dos traviesos gatos, pero fueron bonitos momentos de mi vida.

Fui por un balde de agua y humedecí una toalla para colocarla en la frente de Chat Noir, pareció aliviarlo un poco. Luego lo tapé con una ligera manta que tenía. Había estado bajo la lluvia un largo rato y de seguro se resfriaría.

Marinette: ¿Y dónde me quedo yo?

Reí mirando mi cuarto que siempre encontré tan grande, haciéndose pequeño ante mis ojos. Decidí quedarme con Chat Noir, digo, por si acaso... Me hice un espacio en la cama y me gané a su lado, pasando uno de mis brazos sobre él para hacer un intento de abrazo.

Tal vez el cielo para nosotros no esté totalmente despejado aún. Pero sé que tras esas grandes nubes, nosotros podremos ver nuestro propio arcoiris muy pronto. Estoy segura.

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Los dos Chat Noir'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora